Estaba en un gran conflicto, no sabía si sentirse agradecido con el director o comenzar a verlo como una amenaza.
Estaba agradecido de que nezu le haya dado la oportunidad de regresar a su casa, pues tener a tantos gatos con él en un pequeño cuarto sería imposible.
Además de que recibió la ayuda de Sansa y tsukauchi, los cuales compraron todas las cosas para los bebés.
Pues después de unas semanas de estar en el hospital, se dieron la gran sorpresa de que su casa estaba llena de muchos objetos.
Desde cunas y ropas, hasta objetos para gatitos bebés.
Aquel gesto en verdad fue de gran ayuda, pues ni él ni izuku tenía idea de qué comprar.
Aunque ahora estaba con unas grandes ganas de romperle la cara a nezu, pues no dejaba de reír y platicar con su pareja.
Aquello le era muy irritante.
El sonido de algo burbujeando llamó la atención de todos, aunque el único que se levantó fue aizawa el cual caminó hacia la cocina.
Siendo seguido por 6 pequeños gatitos que no dejaban de maullar y atravesarse entre sus piernas.
Tranquilos, pronto les daré su leche -
Habían comprado una fórmula para alimentar a los bebés, esta era para que izuku pudiera descansar, pues alimentar a 8 bebes era demasiado para el peliverde.
Aizawa sintió como unas garras se clavaban en su pierna, los pequeños estaba desesperados por lo que comenzaron a subir por la pierna de su padre.
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Aizawa como pudo, tomó a los gatitos y se los llevó a la sala, en donde izuku le daba de comer a otros dos pequeños en su forma humana
Pues eso era algo que se veía a diario, los bebés no dejaban de transformarme, a veces podían estar en su forma gatuna y otras en su forma humana.
Todo eso era un caos.
Un caos hermoso, que él nunca cambiaría por nada, el sonido del timbre llamó la atención de todos.
Aizawa e izuku se miraron entre sí, los dos estaban ocupados alimentando a sus bebés, por lo que en una perfecta coordinación miraron a nezu el cual entendió la indirecta.
El ratón caminó hacia la puerta de la casa, en donde giro la perilla, asombrándose al ver a uno de sus alumnos problemáticos.
Yamikumo midoriya -susurro asombrado de ver a ese peliverde llorando.
Sus ojos estaban hinchados, sus mejillas empapadas de lágrimas, y sus ropas estaban sucias.
Aizawa al ver a uno de sus alumnos de esa forma solo se alarmo, izuku estaba algo confundido por ese comportamiento, pero no estaba sorprendido, pues ese chico era un llorón.
