"UNIÓN DE CORAZONES". (Catalina x Betty)

5.3K 146 36
                                    

Catalina Ángel era sinónimo de perfección, era la mujer que todos querían a su lado pero ella no quería establecerse con nadie nuevamente, había sufrido varias decepciones amorosas no estaba dispuesta a pasar por otra.

Su semblante era tan pacífico pero sabía perfectamente como defenderse de comentarios indeseables, donde ella entrara era capaz de llenarlo de luz, era hermosa físicamente como internamente.

Tenía la capacidad de reconocer el sentir de las personas a través de su energía, podía leerlas, comprenderlas y si lo permitían aconsejarles, sus consejos eran los más sabios que podrías recibir.

Cuando conoció a la asistente poco agraciada de su gran amigo Armando Mendoza, podía darse cuenta a través de su energía que poseía algo que la hacía diferente que la hacía única, sabía que su alma era tan pura que se diría que pecaba de ingenua.

Durante el poco tiempo que podía compartir con ella se dedicó a estudiarla a comprender cada movimiento, cada palabra, cada gesto, la brillante economista era un imán para la relacionista, su sola existencia era una excusa para querer tenerla cerca, aunque su razonamiento solo la dejara admitir que su interés era meramente laborar.

Eso la llevó a proponerle a la joven azabache un puesto a su lado en el reinado de Cartagena, quién un poco dudosa aceptó, después de una  situación bochornosa y un mar de lágrimas que había derramado por culpa de quién creyó era el amor de su vida.

Beatriz era consciente que ese viaje cambiaría su vida pero lo que ignoraba es que su destino iba a tomar un curso totalmente inesperado para ella pero que sin duda la renovaría.

Ambas partieron hacia Cartagena sin saber las sorpresas que se encontrarían. Desde que llegaron la relacionista se encargó de hacer de la pelinegra una nueva mujer, empezando con lo interior y por último con lo exterior.

El día que Betty decidió revelar toda su tragedia la rubia comprobó la dulzura que embargaba el alma de aquella chica, que si bien no obró de manera correcta sus intenciones nunca fueron maliciosas, a pesar de que todo fue por amor (y claro eso no la eximia de culpas) entendía perfectamente el motivo de sus actos.

Desde aquella confesión Catalina había terminado de cautivarse por la economista, sus pensamientos solo se dirigían a ella. En un principio se rehusaba a aceptar los crecientes sentimientos, pero de nada servían sus esfuerzos, ya que en vez de desvanecerlos solo los fortalecía. Aunado a eso los constantes celos que surgían  por culpa de Michel solo confirmaban que se había enamorado de Beatriz Pinzón Solano.

Se encontraba presa del temor, la sola idea que su amada no correspondiera a el amor que sentía por ella la horrorizaba, se recriminaba así misma afirmando que ella no era ninguna cobarde, así que una noche en un acto de valentía (que por si fuera poco había conseguido gracias a el alcohol que había consumido que no era suficiente como para estar ebria)  se dirigió hacia la habitación de la azabache.

Al llegar tocó la puerta suavemente, Betty abrió un poco adormilada y confundida - Doña Catalina ¿Que hace aquí? ¿pasó algo?- la relacionista no podía articular ninguna palabra, al verla cualquier rastro de alcohol había abandonado su cuerpo pero decidió no hacer caso a sus miedos - Eh... Sí Betty, necesito que me acompañe a la playa, necesito hablar de algo importante contigo - respondió conteniendo el aire como si en el estuviera la valentía que había recabado hace un momento.

- Está bien Doña Catalina, solo me cambio y vamos - contesto entre curiosa y nerviosa. Después de un rato se encaminaron hacia la playa, en el trayecto habían permanecido en silencio, el cielo estaba iluminado por una hermosa luna llena, era digno de un paisaje retratado por un pintor.

Al llegar Catalina comenzó a hablar
- Betty... Yo sé que sigues herida por la historia con Armando y que ahora no es el mejor momento para decirte esto pero no puedo ocultarlo más... Betty me enamore de usted, la amo - Catalina estaba viendo en dirección del mar, no tenía el suficiente valor como para mirarla a los ojos, el miedo a la reacción que tendría la consumía. Después de unos segundos sintió una suave mano que la obligaba a verla, cuando volteo vio el rostro de su amada noto el rojo que teñían las mejillas de su amada que eran acompañadas por la mirada más dulce que había visto en su vida.

- Doña Catalina... Es lo mejor que me ha pasado en la vida... yo, yo también la a-amo - la rubia no pudo contenerse más y reclamo los labios de la pelinegra, estaba segura que la boca de ella era lo más dulce que había probado.

Lo que al principio comenzó como un beso tímido se volvió hambriento, deseoso lleno de pasión, la relacionista aprisionó a la ojimarrón contra su cuerpo, provocando que cayeran en la arena, comenzando a explorar sus cuerpos, cada línea, cada poro de sus pieles, los besos de la rubia navegaban desde el cuello de la economista pasando por su clavícula, deteniéndose en sus senos retirando todo rastro de tela, continuando hacia su sexo dándole el placer más grande que jamás había sentido haciéndola llegar al clímax, después la azabache hizo lo mismo provocando que Catalina en su opinión tocará el cielo.

Esa playa adornada por la oscura noche se volvió testigo de la entrega no solo dos cuerpos sino de dos almas, dos corazones que se profesaban el amor más puro e incondicional, no sabían que pasaría con ellas que planeaba el destino para ellas, pero sin duda afrontaría todo por su amor y no dejarían que nadie ni nada se interpusiera entre ellas.

Epílogo

Betty decidió trabajar por su cuenta después de dejar saneada a Ecomoda, ahora trabajaba como vicepresidenta financiera en una empresa multinacional con sede en Bogotá.

El padre de Betty no lo tomo muy bien al principio pero al ver a su niña tan feliz no tuvo más remedio que aceptarlo y Doña Julia por su parte no le importo mucho pues su hija era feliz después de tanto sufrimiento, así que no era relevante la preferencia que tuviera su primogénita.

Han pasado 5 años desde esa la confesión que cambió sus vidas, ahora Catalina y Beatriz estaban felizmente casadas, adoptaron dos niños a los cuales les pusieron Julia Ángel Pinzón y Alberto Ángel Pinzón.

Su amor triunfo sobre todo prejuicio y todo obstáculo, la "unión de sus corazones" fue su principal arma contra todos ellos. Solo dedicaban sus días y sus fuerzas a hacerse feliz, a amarse hasta el final de sus vidas con la esperanza que ni la muerte las separará.







Espero les guste este capítulo y este a la altura de sus expectativas, si hay un error háganmelo saber, cometarios y críticas constructivas son bien recibidos.

Espero que estén bien, cuídense mucho, usen cubre bocas y tomen awita. Los quiero no leemos pronto ✨♥️.

One Shots   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora