"Perdedor" Marcetty

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Habían pasado varios meses desde que Beatriz había tomado el puesto de presidente y el tiempo había sanado las heridas que dejó Armando, pero no era la única, Marcela al saber todo lo que su ahora ex-prometido había hecho entendió que ese ya no era su lugar, ambas comprendieron que nunca se enamoraron de él, sino de la persona que ellas creían que era, una que nunca existió, una que intento ser fiel pero que siempre tuvo una doble cara.

Cada día que pasaba era una nueva oportunidad de sentirse vivas, comenzaron a buscar un nuevo camino, lentamente sus mejores versiones salían a la luz, pero el destino siempre se encarga de reunir a las almas gemelas, aun cuando parezca que sus vidas son muy distintas, lejanas, incompatibles.

Marcela y Beatriz habían hecho un pacto por ECOMODA, trabajarían en paz, pero la convivencia era cada vez era más constante, los momentos se convertían en horas, las pláticas acerca de almacenes siempre terminaban en risas, intercambios de gustos o un
debate acerca de alguna obra de arte, hasta el punto que cualquier mala acción del pasado había sido perdonada.

En el fondo sabían que habian encontrado el amor que tanto habian deseado, les había costado insomnio verlo, reconocer lo que para los de alrededor era obvio, o más bien para sus amigas, tanto Patricia como las del cuartel lo sabían, para ellas no era novedad encontrarlas mirándose fijamente como si estuvieran en una dimensión distinta donde no existían más que ellas, o verlas contemplando a la otra con una sonrisa boba en el rostro.

A pesar que el miedo de volver a sufrir se hacía presente las ejecutivas se confesaron sus sentimientos, no pasó mucho tiempo cuando su relación se volvió un secreto a voces, porque aunque intentaron mantenerlo en discresion, no podían luchar contra el poder de sus amigas para enterarse de lo que sucedía, además que sus propios cuerpos las
delataban.

Todo esto llegó a oídos de Armando, que siempre se negaba a creerlo, aun cuando era evidente no preguntaba nada, porque en el fondo, él sabia la respuesta y no estaba dispuesto a escucharla, hasta que fue insoportable la incertidumbre, asi fue como dio con el diario de Betty, el deseaba preguntarle a ella pero cuando vio la pequeña libreta y se dio cuenta de lo que era, no dudo en tomarlo, necesitaba respuesta y sabia que ahi las encontraría, pero cada hoja era un martirio por qué con gran tristeza se daba cuenta del profundo amor por qué alguna vez le tuvo la economista, sí, tuvo, por al pasar de las hojas su nombre se desvanecía y en su lugar aparecía el de Marcela, había perdido el amor de Beatriz, y no tenía cómo luchar contra eso, lo comprendió al llegar a la última hoja...

"Estoy segura que la amo, AMO A MARCELA VALENCIA con todas las fuerza de mi alma, cada que pienso en ella mis suspiros son más profundos y una sonrisa aparece en mi rostro, ella cambio mi vida de blanco y negro a colores alegres y calidos. Cuando estoy con ella mis temores no pesan, se volvió mi hogar, mi abrigo, mi luz, mi vida y sin importar lo que lo que los demás digan, mi corazon lleva tatuado su nombre, por que solo a ella le pertenece."

Entendió que no tenía caso luchar, cualquier esperanza había muerto, era momento de alejarse, y a pesar que le doliera, en nombre del amor que tenía por Beatriz y del cariño por Marcela, decidió renunciar a la empresa, estaba seguro que había aprendido la leccion seria
un mejor hombre, uno que fuera merecedor del amor que alguna vez las ejecutivas le profesaron.

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