Capítulo 25

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Había pasado una semana desde aquello se acercaba el mes dónde Lorena cumpliría sus quince años, se prometió a si misma que para el día de su cumpleaños ya había terminado todo esto, en la semana pasada pensó en como seducir a su padre lo más rapido para que él antes de cumplir el plan tan macabro que tenía con ella le enseñara en donde se encontraba el cadáver de su madre, y es que el hombre pensaba en beber junto a ella un veneno que había comprado para irse con su mujer y no solo mujer sino hija, Lorena pensó que estaba totalmente loco aunque en ese momento le había dicho que sí, que se iría con él hacía su madre. El quería hacer aquello el día de su cumpleaños pero la promesa que se había hecho Lorena no caería al suelo.

-Papá me gustaría antes de ese día saber cómo está mamá, me gustaría vestirme como ella está vestida ¿Me llevas ahora? -Michael la miró y le sonrió.

-Claro que sí, eso esta bien pero más tarde, tengo cosas que hacer ahora.

-No, ahora sí, son las once de la mañana, me gustaría saberlo temprano para ir en la tarde al mercado a comprar la tela que necesito.

-Oh nena, tienes razón -Michael se dejó convencer por la menor se levantó de la silla y cerró la computadora, planeaba todo con anticipación. Su cumpleaños era en marzo el 7 de ese mes cumpliría sus 15 años y en ese día por fin cumpliría la promesa que le hizo una ves a Rebecca, promesa que le había hecho a su cadáver aunque claro lo menos que quería Rebecca era ver su hija muerta junto al hombre que tanto odió.

Michael tomó a Lorena del brazo y la llevó todo el pasillo como la última vez, al bajar los escalones cruzó la gran sala hasta la puerta principal, salió y caminó unas cuadras a la izquierda de la mansión, se fueron por un camino hecho de mármol y en la orilla sembrado de unas rosas rojas. Después de una larga caminata calurosa Llegaron a una pequeña cabaña donde la puerta era blanca y metálica en esta había una rosa roja dibujada, Lorena se preguntó <Por qué tantas rosas> Cuando entraron el ambiente era frío, Jesús! Era tan frío que se abrazó con sus propios brazos. La habitación estaba alumbrada con una luz blanca y la vio

Su corazón se aceleró al verla, estaba tan bella ahí en esa caja de cristal, al tocar aquello era tan frío, empezó a llorar Mientras le temblaba las rodillas, adentro estaba decorado con rosas rojas, su vestido era rojo vino de aquella época del 84, su cabello negro cubrían parte de su rostro, era demasiada hermosa.

-Ya.. sé, ya sé como vestirme -Secó sus lágrimas y salió de la cabaña.

Ellos Mienten.©//Pronto En Edición Where stories live. Discover now