CAPÍTULO 10

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Subí casi corriendo a mi habitacion, me senté en la cama con los brazos cruzados hasta que decidi ir a la cocina a enfrentar a mi padre por haberme mentido, aunque el hecho de hacerlo tendría que mentirle para no meter en problemas a Bere

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Subí casi corriendo a mi habitacion, me senté en la cama con los brazos cruzados hasta que decidi ir a la cocina a enfrentar a mi padre por haberme mentido, aunque el hecho de hacerlo tendría que mentirle para no meter en problemas a Bere.

Salí de la habitacion dudosa si preguntarle pero tenía tanta curiosidad, además, no era justo que el no me haya mencionado alguna vez de mi vida que tuve o tengo una hermana, así que tome una decision, le preguntaría. Camine hasta la cocina y Bere me detuvo.

—No le preguntes nada me meteras en problemas —susurró, mi padre picaba algunas verduras y de reojo nos miraba.

—No le dire nada sobre la salida.

—Pero si le dices ahora sospechara.

—¿Que tanto murmuran? —preguntó mi padre detras de Bere con ambos brazos en la sintura.

—¿Por qué no me dijiste que tenía una hermana? —solté una vez por todas, hasta que me di cuenta que fue lo más estupido que pude haber hecho, Bere se dió un toque en la frente.

—¿Qué? ¿De qué estas hablando? —contestó esta vez cruzado de brazos.

—Se llamaba Rebeca —Seguí hablando, ya había metido la pata, tampoco lo iba hacer en balde—. Era idéntica a mi.

—Te advertí que no te acercara a Michael Bennett.

—¿Qué? ¿Michael? No hable con él...- ya no sabía que decir sin meter a Bere en problemas con mi papa.

—La lleve al mercado, encontro a Kevin y penso que era la tal Rebeca, ni siquiera yo sabía de ella —Comentó Bere.

—¡¿Que hiciste qué?! —mi padre abrió los ojos tanto que se le iban a salir del círculo.

—Lo siento señor Eladio, Ella estaba muy sola y yo no quería salir sola al mercado por igual, no volverá a pasar.

—Pero ya paso. ¡Ese fue el trato!

—¿Trato de que papi? —Pregunté en medio de la discusión.

—Estas nuevamente castigada, y como ya sabes que tuviste una hermana mayor, quedate con eso en mente hasta que cumplas veinte años, ahora vete a tu habitación.

—¿Qué tanto alboroto en esta cocina?—entró diciendo la señora Beatriz.

—¿Usted lo sabía, sabía que tengo una hermana? Dígame la verdad  señora Beatriz, ya que mi padre no quiere hacerlo —dije volteandome hacía ella, la mujer se quedo en silencio mirando a mi padre.

—A tu padre que te diga nena, el sabe más que yo —respondió entrando a su lado de la cocina. Casi no cocinaba por su vejes pero debes en cuando hacía algunos platos.

—Y ya no hay nada más que decirle que no sepa, largo —contestó mi padre, suspiré sapateando hasta que salí de la cocina, papá me persiguió con la mirada por si me desviaba, solo camine hasta mi habitación cerrado con un portazo.

—Y ya no hay nada más que decirle que no sepa, largo —contestó mi padre, suspiré sapateando hasta que salí de la cocina, papá me persiguió con la mirada por si me desviaba, solo camine hasta mi habitación cerrado con un portazo

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Ellos Mienten.©//Pronto En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora