Capítulo 13.

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Tyler Kerlsonn.
-¡Por Dios, sabe delicioso!-rio Kevin junto con los demás-. Derek, no sabía que cocinabas tan bien, joder.
-Cállate, no es para tanto -dijo Derek-. Además, la mayoría lo hizo Ty...El profesor Kerlsonn -le dio un trago a su bebida.
-Sí, pero también tiene tu toque, tu especialidad.
-Mierda, cállate y come.
Sonreí y empecé a comer.
Estaba tan feliz: habíamos cocinado juntos. Habíamos hecho algo juntos.
Cocinaba bien y era sexy cuando lo hacía, no dejaba de verlo, y cruzábamos miradas de vez en cuando.
¡Desearía hacer todo con él!
Después de un tiempo, todos terminamos de comer y Derek y yo lavamos nuestros platos. Le había dicho a Derek que no tenía problema con lavar los de todos, pero él me dijo que no:
-Tú no lavarás platos que no hayas usado -dijo Derek-, todos tenemos la responsabilidad de lavar lo que ensuciamos, ¿no es así?-volteó a ver a los demás con una mirada asesina y todos temblaron de miedo.
-S...sí -respondieron al unísono.
Sonreí.
-De acuerdo.
Derek y yo terminamos primero, después él decidió salir para fumar.
Ya era de noche.
Entonces salí después de él y nos apoyamos en el barandal del hall.
Sacó su cigarro, poniéndose de espaldas hacia la vista panorámica que nos mostraba la montaña, apoyándose con sus codos en el barandal; prendió su cigarro y empezó a fuma.
Tenía mis antebrazos sobre el barandal, apoyándome, mirando la magnífica noche que destacaba ante nosotros.
Y entonces él habló después de exhalar el humo del cigarro.
-Qué irónico, ¿no?
Lo miré.
-Que después de lo que me hiciste haya estado enojado contigo al punto de no querer verte y ahora esté aquí contigo, como si nada hubiera pasado.
-Derek, yo...
-No te disculpes -volvió a exhalar de aquel humo y me miró-, eso solo lo empeorará.
Lo lamento, pensé. Quiero decírtelo.
De verdad...lo lamento.
-Bien -dejé de verlo para ver el cielo-. Sobre aquel día...¿quieres hablar de ello?
-Mierda, no, pero es inevitable.
-Supongo que sí -nos reímos y después paramos-. Yo...realmente no quería hacer eso sin tu consentimiento.
-¿Y entonces por qué...?
-Porque estaba celoso.
-¿Celoso?-volvió a inhalar y exhalar de aquel humo, ahora mirándome con detenimiento-. ¿De qué?
-De tu novia, de tus amigos, de todos los que te rodean -respondí, aún viendo el cielo.
-Eso...es lo más cursi que he escuchado en toda mi vida -se rio fuertemente.
Esa risa...
-¿Qué es gracioso? -y me reí igualmente.
-¿Celoso por eso? No me jodas -paramos de reírnos-. ¿Y solo lo hiciste por eso?
-Sí, bueno, y supongo que ya sabes lo demás.
-¿Lo demás? Mm....-miró el cielo-. Ah, sí, tu confesión.
-¿Lo habías olvidado?
-Bueno..., no realmente. Digo, quiero olvidarlo, pero no puedo.
-¿Olvidarlo?-dejé de apoyarme del barandal para pararme frente a él y apoyar mis manos en el barandal, a cada lado de sus codos, quedando encima de él, tan cerca-. Derek, ya han pasado semanas desde entonces y no has respondido ante ello. He intentado de todo y...
-Ya te lo dije, no soy Homosexual, me gustan las mujeres.
-No...
-Tyler, tengo novia, pienso casarme y tener hijos. Además, soy un Alfa, no puedes...
-¡Mentiroso!
-¿Eh?
-Eso no es cierto -continué-, sé que sientes algo por mí, lo sé.
-¿De qué mierda hablas? ¡No me gustan los hombres! ¿Cómo podría...?
Y en un momento desesperado, lo besé. Lo besé tan profundamente que...
Me separé de él después.
-¿Por qué?-susurró, mirándome seriamente.
-¡Porque te amo!-grité-. Porque me gustas, porque te quiero, porque te amo.
-Pero soy hombre, un Alfa...
-Me gustan los Alfas...y tú eres uno especial para mí.
-Pero tú eres un Alfa, Tyler, ¿cómo podríamos...? ¿Qué dirá la gente?
-Eso me dejó de importar desde hace mucho -sonreí-. Derek, todo lo he hecho porque te amo.
-¿Sí? ¿Hasta llegar al punto de casi violarme?
-Eso...Ya te lo dije, estaba celoso.
-Y yo ya te lo dije, no soy Homosexual.
Me empujó y, sin siquiera mirar y estar a punto de irse, llegaron los demás.
-¡Hombre! ¿Qué pasó aquí?-preguntó Kevin.
-¿Estás bien, amor?-intervino Coraline, tocándole la mano a Derek. Se la quite.
-No pasó nada -dije, sujetando la mano de Derek-. Nos iremos a dormir.
-¿Qué? ¿Y en dónde...?
-Derek dormirá en mi habitación, ustedes en la de los huéspedes.
-¿Qué? Yo dormiré con mi novia no contigo -exclamó Derek.
-Ella puede dormir sola -dije, jalándolo de la mano para llevarlo a la habitación.
-Mierda, ¿cuándo vas a dejar de perseguirme? Somos Alfas, ¿comprendes? ¿Cómo podríamos juntarnos? Es...
-¿Asqueroso?-intervine-. Déjate de esa mierda.
-¿Eh? ¡Te recuerdo que no me gustas y que...!
Lo empujé a la cama de la habitación.
-¿Qué mierda te pasa?
Me puse encima de él y lo miré, acariciando su rostro tan suave.
-Llegamos.
-¿Qué mierda...? Quítate.
-Escucha, Derek, quiero enseñarte algo.
Me quité encima de él y me acosté a su lado para después ver el cielo estrellado que se asomaba en la habitación.
Parte del techo era de cristal templado.

Parte del techo era de cristal templado

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-¿Qué...?
-Es hermoso, ¿no?
-Sí..., lo es -respondió, impactado.
-Siempre que quiero estar solo...vengo aquí.
-¿Tan lejos?
-Sí..., tan lejos -nos miramos.
-Joder, esto parece una escena de romance.
-¿No te gustaría que lo fuera?
-Ni de broma.
Nos reímos.
-Lo digo en serio -dijo.
-Lo sé.
Nos quedamos en silencio por unos segundos.
-Derek..., quiero contarte algo.
-¿Qué?
-Desde niño siempre me han gustado los Alfas, y comprendo que yo también sea uno, pero no me importa, aunque a la demás gente sí. Siempre que veía uno me emocionaba mucho y se lo contaba a mis padres. Fue tonto de mi parte haberlo hecho, pero, oye, ¿acaso no te sientes bien cuando tienes a alguien a quién contárselo? Yo creía en mis padres, porque eran ellos, porque eran mis padres y pensaba que me apoyarían, pero no fue así; cuando se enteraron de ello, me llevaron con psicólogos, psiquiatras, doctores...Ninguno ayudó. ¿Qué podría estar mal en los gustos de alguien? No es una enfermedad. Pero mis padres eran ciegos. Sufrí un infierno por eso; todos me odiaban, me hacían a un lado, les daba asco -miré las estrellas-; mis padres me llevaron Omegas y más Omegas para quitarme lo "sucio". Nada funcionó -reí-, y eso que me obligaron a casarme con una Omega para tener herederos.
-¿Te casaste?-dijo sorprendido.
-No -sonreí, mostrándole mi mano izquierda que no tenía ningún anillo.
-¿Y eso? Perdiste una gran oportunidad, yo la hubiera cogido y...
-No es fácil, Derek -lo miré y después miré las estrellas de nuevo-. Tal vez tú sí lo hubieras hecho, pero yo no: nací siendo odidado por la sociedad, con un gusto raro, pero, ¿sabes?-me giré para quedar frente a frente con él-. No me arrepiento en lo absoluto.
-¿Por qué?
-Porque si no hubiera tenido ese gusto raro...jamás te habría conocido.
-Idiota, no digas cosas cursis.
-Pero es la verdad -reí-. Después de haber sufrido todo eso...por fin soy libre y ahora te conocí.
-¿Y qué pasó con la boda y tus padres?
-Bueno, escapé.
-¿Qué?
-Tranquilo, eso fue en la boda. Créeme, me odiaron más después de eso, pero yo me negaba a casarme con alguien que no amaba: quería un Alfa perfecto como tú. Alguien con quien compartir mi vida.
-Pues vete con alguien más porque yo no soy a quien buscas -agarró una almohada y se la puso encima de su rostro, cubriéndose.
-Ey, todavía no he terminado de hablar -sonreí y me acerqué a él más para quitarle la almohada, y para eso me incliné, casi estando encima de él.
Cuando le quité la almohada pude ver un rostro tan hermoso y brillante, reflejando en sus ojos azules las hermosas estrellas. Combinaba a la perfección con su cabello y cejas negras.
Estaba sonrojado.
-Derek...-susurré.
-¿Qué?-susurró.
Me acerqué a su rostro, sintiendo nuestras respiraciones.
-...me tienes jodidamente enamorado -usé mi voz de Alfa.

El amor de un Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora