Día 9 (Pt 3)

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Todo tiene una solución... Y un final a tus tiempos de paz.

El joven heredero había escapado de casa esa misma mañana, se dio el aviso al rey quien estaba furioso y claro que lo estaba después de todo su fuente de vitalidad le había sido arrebatada.

Los días habían pasado y con ello la juventud del rey, quien se veía cansado y su cara comenzaba a enmarcar las arrugas sobresalientes de su rostro, creando con ello un tic nervioso. Rascándose la cara con desesperación cada que la frustración se apoderaba de su ya cansado cuerpo.
No había señal alguna del paradero de su "hijo" quien llevaba aproximadamente 3 meses fuera del palacio. Había gente que ya lo daba por muerto, pues la historias de los alrededores contaban de seres malignos y feroces que acabarían con un hombre en un pestañeo.

Pero parecía que la vida le jugaba para bien en esta ocasión pues el pequeño peliverde después de una búsqueda exhaustiva fue encontrado su paradero y esto para el rey era gratificante. Se alistaron tropas, animales de caza y millones de armas de aquella época para comenzar con el plan Poseerte.

——
El informante dentro del reino avisó rápidamente al clan de dragones que la guerra se aproximaba. No hubo tiempo para preparar una estrategia pero sí para reunir a los mejores guerreros, todos apoyarían pues sabían la historia detrás y lo malvado que era aquel rey.

Cuando menos se lo esperaron grandes cañones disparan hacia las pequeñas chozas del clan, destruyendo todo a su paso. Todo era un caos total
Todos los integrantes del clan se repartían trabajos de guerra, no daban piedad a sus oponentes. Majestuosos se miraban en acción.

El cenizo derrotaba sin piedad a quien se pusiera por enfrente, pero llegó el momento de enfrentarse al rey quien poseía el don de destrucción.

Shigaraki y Bakugou daban una peleá espectacular, el dragón la llevaba de perder pues algo dentro de él lo mantenía más alerta sobre el pecoso y le era imposible concentrarse en aquella pelea. Pero daría lo mejor de él, si su vida era tomada pero salvaban al pecoso entonces su muerde sería digna y maravillosa. Peleó, arrojó fuego, golpeó y dio lo mejor de sí pero el rey tocó su ala destrozandola por arte de magia.

Bakugou estaba herido de una ala, estaba desgarrada y en su cabeza comenzaba a brotar bastante sangre. Izuku estaba aterrado, una voz en su interior comenzó a susurrar tenuemente, trataba de ignorarla y enfocarse en su amado quien estaba tendido en el suelo. De pronto la voz que resonaba en su mente grito...

Sálvalo, sálvalo... salva a mi papá.

Deku tembló ante las palabras mencionadas de esa voz interior y fue ahí donde todo se esclareció para él. Había alguien mas, alguien más por quien luchas y dar la vida si es necesario.
Y lo haría, haría cualquier cosa por proteger a quien le había dado la dicha de poder decir que tenía una familia, mejor aún que pertenecía a una.

Bakugou estaba en el piso frío, sentía como la vida se le iba en un segundo, pero podía ver la determinación en la cara de su pareja. No había miedo. No había frustración.
Cerró sus ojos y dejó de tomar el brazo de su amado.

Izuku sintió como las fuerzas del mayor se iban, la saliva fue difícil de pasar tomó su mano se inclinó un poco y dio un beso rezándole a la luna que el ADN se pasará exitosamente. El mayor se removió un poco, pero no abría los ojos, no había respuesta alguna. El pecoso se levantó y con ojos de odio dirigió una mirada al rey quien lo miraba con una sonrisa burlona.

—Nunca podrás ser feliz, me pertenecen en cuerpo y alma— empuñó el arma de su amado y corrió para atacar al peliceleste. El odio crecía en su corazón, la respiración se agitaba fuerte y firme.
Clavo la espada en una pierna, arrancando un chillido de dolor del mayor quien se desplomó en el piso, después de todo su juventud se estaba agotando. Cuando estaba por terminar el trabajo una garra tomo la espada, volteó esperando lo peor, pero no fue así Katsuki estaba en su forma pura de dragón y el destello de sus ojos significaba ilusión.
El rey tembló ante aquella escena, Katsuki soltó el arma sabía que lo mejor era que Midoriya tomara la venganza por el mismo.

Izuku levantó el arma de nuevo y sin remordimiento corto la cabeza del mayor. Cayó de rodillas derramando lágrimas de miedo, el entusiasmo a había abandonado su cuerpo y las fuerzas se esfumaron.

El rey malvado de Yuei había muerto. Misteriosamente nadie lloró su partida, y en el pueblo nadie comentó nada.

Bakugou retomó su forma humana, abrazó por la espalda al pequeño cuerpo. Olía raro había un olor peculiar en él, impregnaba toda área donde pisaba. Era extraño.

Cereza y leche.

Katsuki por fin lo entendió, el pequeño estaba embarazado. Habían procreado una vida, alguien por quien velar.
Lo miro con amor y antes de que sus labios de unieran, Izuku embozó una sonrisa.

—Serás el mejor padre, gracias por hacerme la mamá de tus cachorros.— y lo beso por fin, dejando salir lágrimas de alegría.

Fin

Historias entre sabanasWhere stories live. Discover now