Día #13

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Tema: "¿Hice algo bien?"
Katsudeku.
Estoy de buenas por la disculpa de Bakugou, así que les libero este capítulo jsjs
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No había una razón, no había un motivo y suponía que últimamente él no se había portado del todo bien, y mucho menos para estar viendo lo que sus ojos carmín observaban en ese preciso momento.

Está seguro que no se comió todas sus verduras esa mañana y no recogió los calcetines como siempre. Así que... ¿Por qué tenía semejante premio frente a él?
Trago difícilmente ¿está haciendo calor? ¡No!está seguro de que aún es invierno y el frío debe calar, bueno hace unos segundos le calaba en los huesos... pero ahora todo él está caliente, cree que el pantalón empezó a apretar ¿se encogió?

Echo un rápido vistazo de nuevo a lo que él suponía y aseguraba que era solo una fantasía más de sus sueños húmedos pubertos. Estaba tentado a explotarse la cara de ser posible.

—K-Kacchan— oh Dios, ahí está de nuevo esa voz. —Oye dime algo— el joven pecoso soltó de repente haciendo un puchero de enojo. Tierno.

—Joder, Deku ¿donde conseguiste e-eso?— Mierda el mismísimo Bakugou Katsuki había titubeando. Bueno, Izuku estaba feliz de ser posiblemente el primero en crear esos sentimientos en su amigos de infancia. En realidad, ahora novio.
Que bien sonaba... ahora eran realmente novios.

—Yo, lo compre en internet y pensé que te gustaría... ¿te gusta?— el peliverde dio una vuelta completa modelando lo que sería la perdición de Katsuki.
Midoriya portaba un croptop negro y un body de red, unos muy bonitos semi-bóxers de encaje a juego que resaltaban bendecidamente su enorme trasero y medias negras un poco rasgadas. Pero el plus definitivo eran esos hermosos ligueros de cuero ceñidos a los carnosos muslos. Lucia espectacular, aunque la palabra correcta era sexy.

—Me fascina— después de aquella vuelta, Deku no supo en qué momento Katsuki había avanzado hasta donde se encontraba y ahora estaba acorralado por el mayor, los ojos carmín resplandecían en una luz lujuriosa y por una pizca de segundo Midoriya se golpeó mentalmente por haber comprado aquello.

La cague... la cago. O tal vez no.

Izuku sabía que ni tiempo tendría de pensar las cosas y así fue. 
El cenizo simplemente, y como la bestia temperamental que es, rasgo de una las prendas inferiores del más pequeño y colocándolo en la cama estampando su cara en el mugido colchón, posicionó su rostro entre las dos carnosas nalgas chupando aquel rosado agujero, mientras que los nervios de Midoriya se convertían en excitación suprema. Bakugou mordió los montículos de carne y propinó dos sonoras nalgas en cada glúteo, el jadeo de Izuku fue la melodía perfecta y el botón verde para no perder más el tiempo.

Sumergió, no uno, sino dos dedos al apretado anillo. Y el joven peliverde amaba la sensación de la palma de su novio rebotando en sus glúteos mientras era penetrado por dos dígitos largos, aunque siempre buscaba más que solo eso. Cuando Katsuki sintió que aquel orificio estaba listo para recibirlo, tomó el condón del tocador cercano, lo colocó adecuadamente y sin pensarlo dos veces penetro hasta el fondo

Ngh, muy apretado aún— gruñó Bakugou, pero aún así no dejaba de hacer un vaivén sutil, cosa que volvía loca al más chico.
De un momento a otro el pecoso comenzó a moverse aún más acercando su trasero para recibir por completo el falo ageno.
Tomándolo por los ligueros profundizaba cada vez más las penetraciones. Él ya amaba sin pensarlo aquellos sujetadores de cuero. Benditos fueran.

—Kacchan, quiero verte— gimió quedito Midoriya.

Sin salir de él lo volteo viendo por fin aquel rostro bañado en lágrimas y sudor, con la expresión perfecta que hacía que su pene se estremeciera. Aumento la fuerza en sus caderas llegando hasta el punto que Izuku amaba.
Sí el pequeño pecoso bajaba la mirada podía ver claramente como el pene de su novio se marcaba con cada estocada en su vientre, hacia un bulto digno de pedir más y más profundo. Y qué decir de los gemidos extremos que salían de su pequeña boca inundando el aire en extasis.
Bakugou sabía perfectamente que daba en el punto justo donde a su joven pareja le gustaba tanto, y eso lo volvía loco llevando cada estocada a un punto exquisito de placer genuino.

Los gemidos y bufidos iban en aumento, pues el joven cenizo no daba tregua alguna, el sonido obsceno de las pieles chocando llegaba a sus oídos aumentando la lujuria de ambos cuerpos. Bakugou sostenía con una mano uno de los ligueros y con la otra bombeaba el pene a punto de explotar de su pareja.

Tu culo me aprieta delicioso, mi amor— Izuku pego un respingo y su climax llegó a la puerta. Vaya que amaba las palabras de su novio.

La semilla de Deku manchó ambos abdómenes y la de Bakugou quedó atrapada en látex, una corrida digna de un merecido descanso. Ambos sabían que no habían terminado aún, y menos con un solo round pero por el momento tenían que recuperar fuerzas, el pecoso sobre todo porque Katsuki era una fiera total.

—Feliz cumpleaños, Kacchan— pronunció el pecoso agitado. ¡Ah, claro! Era por eso. Que buen regalo.

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Dato: Sí no lo habían notado amo poner a Deku con lencerías o atuendos jsjsjs

Historias entre sabanasOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz