Día 93. Los pezones de Mario: «¡Buenos días!»

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Día 93. Los pezones de Mario: «¡Buenos días!»

Querido Diario,

Anoche tuve el sueño más loco que he tenido en bastante tiempo. No supe si fue por culpa del medio vaso de jugo de mango que me zampé anoche o si fueron mis pensamientos sobre Mario al no darme ÉL la noticia sobre la desaparición de mi hermano Larry.

Resulta que me desperté. Me tallé lo ojos y, frente a mí, se encontraba Mario en bañador azul, echado sobre una silla de playa. Me dijo: «¡Buenos días!». Pero yo no le tomé importancia. Había copas sudorosas con fresco jugo de mango por todos lados y, detrás de él, se miraba una bonita vista hacia las espumosas olas del mar. La brisa se sentía taaaan bien, pero eso no fue lo que me llamó la atención, sino que Mario no tenía pezones. Así es. Sus pezones se habían ido de parranda. Y curiosamente me puse a buscarlos, y para cuando los encontré, eran éstos los que me estaban hablando desde un principio, diciéndome: «¡Buenos días!».

Fue entonces cuando me desperté y le pegué tremendo golpe a Fabrizio en el cuello. Era él quien me había hablado. Al no tener koopamonedas, no rentamos un búngalo, y tuvimos que dormir en la playa. La brisa que sentía en mi sueño era real. El sol, la arena y las olas del mar eran idénticas a my dream.

Fue cuando reaccioné: ¡estaba soñando con Mario! Lamentablemente, ya me había descontado el cogote de Fabrizio. ¡Uy!

«Yo solamente te quería despertar con un rico jugo de mango ¡cof, cof!», me dijo mientras tosía. Gruñón se estaba cagando de la risa; o sea, neta, casi que literalmente se hizo un ovillo sobre la arena para apretujarse la panza, debido a las fuertes risotadas que estaba pegando. Y yo, de rodillas, le pedí perdón a Fabrizio... ;( ←Carita triste.

Por suerte, la copa, con el fresco y riquísimo jugo de mango que me trajo, no recibió daños, aunque eso no importa mucho, pues, por suerte, ¡nos dan comida y bebida gratis en casi todos los lados!

¡Suerte de viajeros! ¿Eh?

Bueno, aunque te parezca extraño, eso es todo por hoy. Solamente quise contarte sobre mi extraño sueño y los parlantes pezones de Mario, ¡ja, ja! ¡Buenos días!, ¡ja, ja, ja, ja!

¡Me despido, amigo de papel! Lamentablemente, perdimos la canoa, porque a ninguno de los tres idiotas se nos ocurrió amarrarla y ¡adióóóós! Se nos fue... Y hoy NO hay viajes a Ciudad Delfino, sino hasta mañana, que porque hay tremendo caos allá, según la policía, quien no nos dejó ir... o por lo menos hasta que se apacigüe la cosa. No nos dieron más información al respecto; de hecho, uno de los policías me dijo que tuviese cuidado, que porque están queriendo linchar a los de mi reino, a los del Reino Koopa, que porque nosotros, sus habitantes, somos los causantes de dicho caos.

Los oficiales saben que soy el hijo de Bowser, heredero de la Corona Real (que por cierto se me olvidó allá arriba) y me quisieron retener, de hecho, pero no para arrestarme, sino todo lo contrario: ¡para mantenerme a salvo de la gente ignorante que no sabe lo que en verdad está pasando con el mundo!

Yo no quise quedarme encerrado, así que pedí una capucha en la comisaría, pues para poder vagar por la playa sin ser reconocido por los lugareños...

Ni modo, pues, ¿qué se le va a hacer?

Aunque al final no me dieron una capucha, sino una bonita camisa hawaiana, de color azul cielo con bonitos Shine Sprites por toda ésta como decoración, junto con unos lentes oscuros bien cutes y un cool sombrero de playa. ¡Yeah!

Si pasa algo más, te lo haré saber mañana por la mañana, Diario.

Atte. Bowser Jr., el-que-volvió-a-ocultar-su-identidad-por-ser-hijo-de-su-papá... *laughs in spanish*

UNISON (un amor prohibido)Where stories live. Discover now