Little BITCH

Doceava parte

_-Doceava parte
      _Pesadillas: Primera parte_

Se sentía cálido, tenía una agradable sensación recorriendo por pequeñas descargas a través de su cuerpo, podía sentir el calor de la persona ajena, el sabor de sus labios y la combinación de saliva en sus labios. Recordaba los pequeños tirones en su cabello haciéndolo perder la poca cordura que tenía. Sabía que había pasado una buena noche y que quería más de ella. El único inconveniente que encontraba en ese momento era que no sabía si había a sido real o solo un sueño.

Se había despertado ahogando la cabeza en la almohada por el terrible dolor en su nuca, se había tocado con cuidado a través del cabello notando un pequeño bulto ¿Se había golpeado mientras dormía? Debió golpearse duro para tener un chichón en su cabeza de ese tamaño. Entonces los recuerdos de la noche anterior le invadieron, hubiera creído que era un buen sueño con su amada Lily hasta que empezó a sentir las sensaciones en sus manos, el calor corporal, los jadeos calientes entre sus labios. ¿De verdad había sido un sueño? Severus empezó a ponerse nervioso, la resaca debió irse al dormir, por lo que no estaba borracho cuando paso eso, posiblemente haya pensado que era un maldito sueño y haya seguido sin importarle con quien fuera.

Se sentía pésimo, creía que se le terminaria cayendo la cabeza no por el dolor angustiante en su nuca, si no por la vergüenza de que haya sido con un compañero -porque si, recordaba perfectamente que fue un compañero por lo que había logrado tocar bajo la ropa- de trabajo, no sabía cómo bajar ahora y mirar a todos sin ponerse rojo.
Observó a su lado notando la bandeja con comida, estaba fría, realmente no tenía apetito para cosas frías y que posiblemente ya no estaban deliciosas para consumir. Se levantó con cuidado de la cama apoyándose un momento del escritorio por el reciente mareo que se le atravesó, se colocó su ropa de trabajo y con las más fuertes ganas de enterrar se en la tierra bajó al gran comedor con la bandeja en las manos. Esperaba no encontrar a nadie en el camino o terminaría saltando de la torre de astronomía por su propia cuenta.

Al llegar abrió las puertas ligeramente, observó de esquina a esquina sin ver a nadie, entonces y sólo entonces entró suspirando aliviado.

-¡Severus! ¡Que gusto!- el nombrado dio un salto en su lugar al escuchar la voz de Albus a sus espaldas. Cuidó lo que venía en frente pero olvidó sus espaldas.

-Hola Albus- dijo girando se tratando de parecer normal.

-¿Te sientes mejor? No comiste lo que te llevaron, Severus debes ser amable, Harry se emocionó mucho cuando fue a dejarte la bandeja, al menos agradecele más tarde ¿Si? -Albus le sonrió dando ligeros golpes en su espalda para luego pasar al gran comedor y sentarse en su lugar, Severus hizo lo mismo haciendo que unos elfos se llevarán su bandeja. Pasados unos minutos los demás profesores empezaron a llegar saludando a Severus, nadie parecía ignorarlo o mirarle raro ¿Entonces de verdad...? Si ningún profesor reaccionaba a él entonces sí era cierto su peor sospecha. El único que había ido a su cuarto era aquel niño. Harry Potter, quien con una sonrisa entraba al gran comedor.
Si Severus no había rezado antes por no creer en algo supremo, en ese momento era un buen día para comenzar.

El niño caminó con la cabeza en alto saludando a los demás profesores con una brillante sonrisa, un gran abrazo y conversaciones que no lograba escuchar desde su posición. Finalmente y para su mala suerte tuvo que llegar hasta su lado con esa maldita sonrisa sacada de tono. Realmente el mocoso sabía que había pasado, pero no podía saber que pasaba por su cabeza y eso le desesperaba.

-Buenos días profesor, ¿Se encuentra bien? Ayer fui a dejarle comida ¿Estuvo buena? -preguntó sin ganas alguna, él ya sabía la respuesta después de todo.

-Buenos días señor Potter, si ya estoy mejor, le agradezco por la comida- Sin mas terminó la conversación girando su cabeza. Se sentía horrible, no quería ser amable con nadie pero realmente no tenía opción.