Side Story: Segunda parte

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_-Side Story: Segunda parte
          _Draco Malfoy_

Para las personas que convivían con el rubio príncipe de Slytherin el joven era alguien distante, mantenía siempre un perfil bajo junto a buenas calificaciones, participaba activamente en políticas y cuidados del colegio, además de que cada cierto tiempo se incluía en actividades sociales junto a cursos mayores para proponer ideas para el mejoramiento de la educación. Draco Malfoy para sus compañeros de escuela era un joven distante, dedicado que tenía una vida resuelta, puesto que tenía una familia orgullosa y adinerada junto a una prometida bien portada casi igual de perfecta que el chico. Todo eso era Draco Malfoy para los que lo veían desde fuera. Pero la realidad, como toda historia de cuentos indefinido, era muy diferente.
Draco Malfoy era un joven quebrado, mantenía siempre una corona de cartón en su cabeza junto a una máscara con una luminosa calcomania que decía "frágil". Se habia acostumbrado a mantener un perfil bajo fuera de su cuarto ya que era lo que un Malfoy debía hacer, además de que odiaría que la gente se acercara de repente por verlo decaído, era algo que prefería evitar. Aunque al interior de su cuarto podía quitar todo lo que tenía encima, apenas cerraba la puerta la desesperación que instauraba agobiandole por completo, terminaba arrodillado por completo llorando hasta cansarse incluso algunas veces ni siquiera podía levantarse luego quedando con su uniforme arrugado, para su suerte tenía un uniforme de cambio para el día siguiente o si no todos notarían lo desaliñado que estaría.

Draco Malfoy simplemente se estaba derrumbando como un árbol que cae tras su leñador, estaba siendo observados por todos pero nadie podia detener su caída. Todo a causa de la persona que más amaba en esa tierra, Harry Potter, su ex-ángel, muchas mujeres que sufrían de ese abuso quedaban mal, buscaban ayuda, denunciaban y podían salir adelante con el apoyo de sus familiares junto a una institución profesional. Pero para él, un hombre de familia conservadora, sin una persona de confianza a la que pueda hablar, con su confianza destrozada. ¿Que podía hacer?
Su padre era seguro que lo terminaría golpeando diciendo que era obvio que eso pasaría, tal vez lo cambiaría de colegio o quien sabe a que llegaría. Su padrino que estaba en el mismo colegio era otra opción, pero si le decía le hablaría a su padre si o si, además de que sabía que Severus tenía un odio hacia Harry por lo que si decía que había pasado algo su amado terminaría crucificado.
A cualquiera eso le parecería genial, puesto que le había hecho daño de una forma horrible. Pero era una idea dolorosa para su persona, porque aún con doror y todo mantenía su cariño hacia Harry. Aún palpitaba su corazón cada vez que lo veía, pero de la misma forma que palpitaba sentía como mil agujas eran enterradas en su corazón. Casa vez que lo veía por los pasillos tan sonrientes le dolía, le daban ganas de llorar molestandose por las preguntas que hacía ¿Que porque estaba asi? ¿Que porque lo ignoraba? ¿Acaso era idiota? Le daban ganas de golpearlo, tantas ganas de borrar esa sonrisa. Pero debía contenerse, puesto que si hermano aún le tenía un aprecio a pesar del daño, a él tambien le dolía pero como siempre mantenía como principal regla era mantener la calma. Por muchas ganas que tuviera de matar a la persona que quería terminaba respirando alejándose del chico por su seguridad y su estatus en el colegio.

-Hoy ha estado más insistente- Escuchó el suave eco de su hermano en su cabeza, mantuvo la cabeza en frente observando el pizarrón de clase como si nada hubiera pasado, agradecía en silencio que sus compañeros estuvieran hablando por lo que pudo contestar con sususrros sin parecer loco.

-Insistente o no, no vamos a perdonarlo- Desde hacía varias noches atrás mientras escuchaba su llanto a la lejanía escuchaba como decía que debian perdonarlo. Coa que había negado rotundamente, por mucho que lo amara era un daño horrible.

-Al menos debemos dejar de ignorarlo, parece desesperado- Suspiró no queriendo seguir conversando puesto que si seguía terminaría diciendo algo cortante o hiriente a su hermano, y eso era lo que menos quería. -Se que también te duele.. - Si, dolía. Dolía demasiado. Tanto asi que simplemente podía arrancar todos sus órganos y ninguno podría doler tanto como lo hacía su pecho. Trago saliva observando la ventana como algunos pájaros pasaban enfrente. Ya más tranquilo decidió cambiar el tema.

Little BITCHWhere stories live. Discover now