Catorceava Parte

1.7K 209 11
                                    

_-Catorceava parte
         _Loco: Tercera parte_

Su mente siempre había sido un lío interminable, siempre lo había comparado con un pantano con cocodrilos y enredaderas que caían de los grandes árboles. Sus dudas y recuerdos se almacenaban ahí entre la madera oscura ocultándose de los intrusos.
Su mente ahora era un lío por las suaves palabras que enduldazan su oído mientras hacía un desastre doloroso con su cuerpo. Damián seguía moviéndose en su interior con fuerza sacándole gritos de dolor aún mordiendo con fuerza el cojín que tenía en sus manos, pero a pesar de todo ese dolor él le decía que era bueno, que era un buen chico y que el seguía dandole calor. El calor que tanto anhelaba costaba trabajo tenerlo, pero le agradaba sentir su pecho cálido, su respiración agitada a más no poder dejándolo sin aire. Le gustaba como se sentía su interior abriéndose pasó con cada embestida, le encantaba como el líquido que había soltado en su interior se quedaba ahí en su estómago dándole un cosquilleo -no sabía si era porque le dolía o simplemente era agradable-.

-Estoy agotado, tu cuerpo realmente me dejó agotado pequeño- Le dijo cuando acabó saliendo de su interior, podía sentir como aquel líquido se escurria por sus pierdas dejando un viscoso camino blanco. No se pudo levantar del sofá por el dolor en sus caderas pero si pudo girar su cabeza para ver al hombre sin camisa con su miembro aún afuera trayendo nuevamente un vaso con agua- Ten, parece que lo necesitas- Harry lo acepto tomándolo con rapidez. Su garganta se había secado por tantos gritos.

-¿Fui un buen niño? -preguntó descolocado a Damián, tras dos segundos de una cara de asombro sonrió a más no poder asintiendo repetidas veces- Entonces si fui bueno ¿Me seguirás dando calor?

-Claro Harry, todas las veces que quieras- le revolvió el cabello sacándole por fin una sonrisa.
Damián lo llevó cargando hasta la bañera en donde le dejó lavarse con tranquilidad, al salir le ayudó a secarse pasando con sus dedos las recientes marcas que había hecho con orgullo. Le entregó un cambio de ropa nuevo que tenía en su armario -el cual le gustó mucho y decidió que seria su favorito a partir de ese momento- para luego pasar al comedor y servirle unos huevos revueltos con jugo de naranja. Mientras el comía Damián empezó a recojer su ropa tirándole al sesto de la basura, limpio el sofá y el suelo mientras le comentaba sobre un libro que había leído recientemente. Al pasar el tiempo entre charlas, caricias y besos el timbre sonó estrepitosamente cortando la atmósfera que tenían. Vernon apareció por la puerta cuando Damián fue a abrirle con una cara de pocos amigos, inmediatamente Harry se acercó a él temblando sabiendo que lo llevaría de vuelta a casa.

-Harry se porto bien hoy, deberías traerlo el viernes nuevamente para poder educarlo nuevamente- Sonrió Damián apretando la mano de su tío, el aceptó con una mueca tirando de su hombro para salir de la casa y entrar nuevamente al auto. Observó por la ventana al hombre que lo despedía con su mano, Harry le devolvió el gesto ya queriendo que sea viernes.

-¦¦¦¦¦-¦¦¦¦¦-

En casa no hubo preguntas ni golpes, tampoco hubo gritos hacia su persona, tan solo le dijeron que se fuera a dormir. Obviamente iba a hacer caso si no quería que le llegara otro golpe -no quería romper su brazo que ya estaba morado y verde-. En la alcanena comenzó a recordar las manos de Damián y su dulce voz en su oído. Realmente dolió lo que hizo pero el calor que recibió a cambio se sentía bien en su interior. Incluso ahora cuando apretaba con sus manos su estómago por el dolor que tenía, sabía que si iba al baño iba a botar el líquido que Damián había tirado en su interior, no quería hacerlo porque a pesar de que ya no estaba cálido se sentía bien tenerlo dentro.

-¦¦¦¦¦-¦¦¦¦¦-

Los días posteriores para su suerte estuvieron más calmados, Dudley había decidió pasar las semanas que quedaban del mes en casa de unos amigos, dejando a los adultos en casa casi ni prestándole atención. Su tía se la pasaba en la casa de las vecinas o en el salón de belleza, su tío en cambio trabajaba todo el día y cuando llegaba se quedaba en el sillón tragando todo lo que había en el refrigerador. En resumen, días de descanso para que las heridas de Harry se recuperarán en un 20%, aún estaban los moratones en sus brazos y espalda pero eran menos que al inicio.
Pará cuando llegó el día viernes se repitió el mismo proceso que cuando fue el primer día, se bañó, comió algo y partieron a la casa de Damián quien ya estaba afuera con otro maletín en mano, ambos se saludaron en un apretón de manos y como la vez anterior Vernon se fue tan rápido en cuanto le pasaron el maletín en sus manos.

Little BITCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora