Little BITCH

Cincuenta y unava parte

_-Cincuenta y unava parte
     _El juicio, segunda parte_

La tarde se veía despejada, para los vientos que últimamente corrían a esas horas de sol el ambiente estaba cálido. Poco a poco la claridad se iba y se ocultaba por el lago, se reflejaba su luz en ondas imperfectas, como un zig-zag. Una vista de fotografía se podría decir, una perfecta fotografía que podía quedar guardada en la memoria de una familia solo por un verano y luego al siguiente mes olvidarlo. Las nubes se habían perdido de hacía horas y en ese momento sobre su cabeza solo veían tres brillantes estrellas en el cielo.
Intentó mover su pierna y no pudo. Estaba tiesa y sentía cosquillas en el interior, se rindió y miró hacia arriba.
Solo tres parpadeantes estrellas separadas entre sí por una larga distancia. Dos... Tres... No. Eran 4 pulgares de distancia de la estrella A a la B, la C era la más alejada. C estaba apartada. Estaba alejada de todo, sola y distante.
Debía confiar...
Debía prepararse y luego confiar... Tal vez más lo segundo que lo primero...
Si era juzgado... ¿Cuándo sería la próxima vez que viera ese paisaje?

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Madame Promfrey tocó la puerta tres veces antes de entrar a la oficina del profesor de pociones del colegio, este se encontraba tras su escritorio con montañas de papeles y carpetas sobre este e incluso algunos tirados en el suelo. Debía ser duro para él trabajar como profesor durante las mañanas y tardes para luego sentarse la mitad de la noche en instruirse legalmente.

-Pomfrey... ¿Lo encontraste?- La mujer salió de sus pensamientos cerrando la puerta tras su espalda. Asintió y se acercó a él dejando en un espacio vacío del escritorio una tasa de café que había preparado personalmente para él.-Gracias. ¿Dónde estaba? -

-En la torre de astronomía. Lo encontré contando estrellas... Jamás lo había visto así Severus, estoy preocupada-

-Va a pasar por un juicio que lo puede llevar a la cárcel de por vida, ¿Acaso va a estar sonriendo mientras salta por el campo?- Aunque debía admitir que si era algo extraño y preocupante. Creía que el niño con esa noticia se lo tomaría normal, tal vez estaría preparando un plan para librarse o tal vez teniendo sexo por ahí con cualquiera. Pero no. Después de escuchar esa noticia en la enfermería se mantuvo totalmente quieto en sus brazos, incluso llegó a pensar que se había dormido o estaba muerto en sus brazos, pero tras irse Pomfrey a atender una emergencia se levantó de su lugar y sin decir nada se había colocado su ropa y se había ido.

-Debemos ayudarlo Severus. Es un buen niño, a pesar de todo- Dijo recalcando lo segundo. En su interior sabía que a pesar de los actos cometidos por Harry, él era un buen niño, solo que había sufrido mucho en su pasado y no había logrado arreglar sus temores.

-Lo se- Comentó de forma corta antes de volver a su lectura. De ayudar al niño no tenía muchas ganas, lo hacía solo para volver a tener a Dumbledore en el castillo, sin él Voldemort tenía pase libre al castillo, e incluso podría tomar el ministerio si lo deseaba. No quería ni imaginar que podría pasar si llegaba a suceder eso.

-¿Lograste encontrar algo que nos ayude?- Preguntó Madame interrumpiendo la lectura del profesor de pociones, este la miró y negó con la cabeza.

-Nada que nos ayude. Intenté hablar con los centauros en el bosque, pero nadie accedió. Le dije a Hagrid si él podía hablar con ellos mañana, le tienen más confianza, así que puede que le digan algo- Dudaba. La verdad ni siquiera sabía si alguien o algo en ese bosque había visto algo, el crio se había guardado toda la información para el mismo. Tan solo actuaba evadiendo preguntas directas que puedan inculparlo con lo poco que sabía, pero el día del juicio se acercaba, si no lograban encontrar algo que ayudara a Potter, era seguro un 99% que terminara en Azkaban.