21. Confessions de lui

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Capítulo 21.

Alice se acerca a mí a paso veloz —ni siquiera pensándolo— rápidamente me toma por el brazo y me aleja de esa incómoda escena.

—Estás loca—me dice mientras vamos caminando y los alumnos susurran cosas a nuestro lado.

—Tenía que hablar con él—me defiendo. Alice me mira mal.

—Clarooooooo, y hacerlo en la universidad fue una gran idea.

—Yo no tuve la idea—me excuso. Alice se detiene en seco justo cuando llegamos a las gradas, la chica me mira con una sonrisa picara.

—Bueno entonces...

— ¿Qué?—la miro confundida.

— ¿Caíste bajo el hechizo de un Avilar?—me sonríe nuevamente, ruedo los ojos.

— ¡Cállate, Alice!

Ella se tira a reír—. Primero se besan en uno de los lugares más increíbles y románticos de telenovela para después besarse en el armario de limpieza. ¡Es irónico!

— ¡Claro que no, Alicia!—exclamó, le doy un golpe en el brazo.

— ¡Sabes que no me gusta que me llamen Alicia!.

— ¡Así te llamas!

—Pero...

— ¡Chicas!—Amelia la interrumpe, llegando corriendo.

—Espera Amelia, tengo que ganar esta ridícula discusión porque...

—Todo el patio las está viendo—la vuelve a interrumpir, señalando nuestro entorno con la mirada.

Efectivamente, varios alumnos que se encontraban en el patio están viendo hacia esta dirección. Veo a mi mejor amiga que se sonroja como un tomate maduro.

—Acabamos de hacer el ridículo, Alicia James—me quejo, ella me mira de reojo.

—En primera, ya te dije que no me llames Alicia y en segunda, no es la primera vez que lo hacemos.

—Bien señoritas, creo que hoy seré su héroe—una voz masculina dice a nuestras espaldas, Alejandro llega caminando hacia nosotras tranquilamente. Las tres lo miramos confundidas.

— ¿Qué quieres, Avilar?—le pregunto directamente.

El pasa su brazo por mis hombros—. Te salvaré de esta incómoda situación, cerise.

Lo miro confundida, a mi lado, mis amigas no saben cómo actuar. Alejandro ni siquiera pregunta cuando comienza a caminar y me arrastra junto a él.

¿Que tienen estos hermanos con llevar a las personas donde les plazca?

— ¿No me vas a agradecer?—me pregunta, divertido.

—No.

El chico me mira frunciendo el ceño.

—Bueno en ese caso—murmura—, me podrías decir que hacías con mi gemelo en el armario de limpieza.

Genial, ahora todo el mundo lo sabe.

Lo miro de reojo, su rostro está en un semblante tranquilo, sin esa chispa de diversión.

—Tenía que hablar con él.

Si a hablar me refiero a besar no estoy diciendo una mentira, como dije antes... en ocasiones es bueno resguardar para ti ciertas cosas porque simplemente está bien guardar secretos.

—Bueno—se limita a decir. Veo nuevamente a mí alrededor, descubriendo que vamos hacia la cafetería.

— ¿Por qué vamos a la cafetería?

Los A.A © [✔]Where stories live. Discover now