33. Plage et amour

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Capítulo 33

El sonido de la constante bocina fuera de la casa de Alice, nos altera. Las tres seguimos metiendo lo primero a nuestra mano en una maleta.

— ¡Cuando dijo "viaje de amigos", no creí que justo fuera esta noche!—Amelia exclama.

La bocina vuelve a sonar.

— ¡Van a despertar a todo el maldito pueblo!—exclamó.

—Me siento como fugitiva—Alice murmuró, riendo.

—Tu sentido de la aventura es agotador—Amelia rueda los ojos.

Ambas reímos.

La pantalla de mi celular se ilumina, mostrando un mensaje de texto.

<< "Ángel, estamos afuera." >>

—Los chicos quieren que salgamos...—puntualizó—, ya.

—Ni siquiera sé que vamos a hacer ahí, no sé qué llevar—dice Alice, Amelia por su lago sigue metiendo prendas de vestir a la maleta como si fuera a una gala.

Me acerco a ellas y cierro de un rápido movimiento la cremallera de la maleta, ambas chicas me miraron frunciendo el ceño.

—Solo vamos a la playa a mitad de la noche, no es gran cosa—comentó, sarcástica.

Si claro, no es gran cosa.

Ambas chicas parecen comprender y terminan tomando el resto de sus cosas para que por fin salgamos de la casa.

—Tenemos que darnos prisa, mis padres no tardan en llegar—Alice comenta lo obvio. Las tres aceleramos el paso una vez fuera de su casa, encontrando a pocos metros la camioneta de los chicos estacionada fuera.

La ventanilla del copiloto baja, mostrando a Alejandro con una sonrisa y lentes de sol.

— ¿Sabes que es de noche, no?—Amelia le dice sarcástica al verlo.

—Lo sé nena, pero los lentes de sol se me ven genial—contesta con su típico tono arrogante.

Suelto una risita junto Alice y ambas entramos a la parte trasera del vehículo.

— ¡Hola, chicos!—saludo, viendo a Agustín y Alan también en la parte de atrás.

—Hola, Ángel—Alexis me saluda desde el asiento del copiloto.

Me sonrojo.

—Esperen un minuto... Aquí falta un hermano—Alice comenta divertida.

—Adam es un aguafiestas—Alejandro respondió rodando los ojos, así que si ya están listos...—el chico baja un poco sus lentes dejando ver sus orbes verdes—. ¡Conduce hermano!

El motor se ha encendido y ahora ocho jóvenes nos encontramos en camino hacia la playa en medio de la madrugada.

Los lugares quedaron distribuidos de la siguiente manera: En la parte de atrás quedamos Alice, Alan, Agustín Amelia y yo, Alexis como conductor y Alejandro de copiloto.

—Mis hermanos comentaron de que te vas—Agustín susurra a mi lado una vez que hemos avanzado.

Lo miro con una ligera sonrisa. —Es un tema algo delicado pero si...

El chico desvía un poco la mirada.

— ¿Ahora quién va a darme clases de francés?—murmura, lo miró preocupada y él suelta una risita.

Sonrió. —Eres increíble, Agustín.

Él se encoge de hombros. —Soy el mejor de los cinco.

Ruedo los ojos.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora