32. Pourquoi pas?

121 24 3
                                    

Capítulo 32

Puede que algunas personas crean en las almas gemelas, otras puede que simplemente no.

Dos almas que se entienden son un gran amor, dos almas que parecen una, son aquello que saben que sin importar que pase... siguen estando destinados a estar juntos.

Es como si de alguna manera contará la historia en automático, sabiendo que no tiene un final, mi cerebro suelta las palabras por boca sin algún sentimiento de por medio.

Sus ojos verdes brillan y me miran nostálgicamente.

—No eres como Grace y nunca lo vas a ser—murmura, igual que su hermano.

—Me aterra que lo pienses.

El niega con la cabeza.

—Grace era una persona con muchas caras falsas de por medio, tu eres todo lo contrario.

—No quiero dejarte, Alexis—susurro, apunto del llanto.

Él sonríe un poco. —Yo tampoco quiero que lo hagas, pero no seré quien te detenga de por fin hacer lo que siempre deseaste.

—No sé cuando voy a volver.

—Juliett...—me llama, analizandome por completo—. Si ambos queremos cumplir nuestro sueño, debemos apoyarnos mutuamente.

Encarnó una ceja ante su afirmación.

— ¿Cuál es tu sueño?

—Quiero ser escritor, contar mi historia y crear nuevas—susurra—, yo también pienso en irme, Juls.

Siento como las lágrimas se resbalaron por mis mejillas y como él las atrapa con su pulgar.

— ¿Qué pasará con nosotros?—susurro.

—Yo deseo mantenerte en mi memoria, si tú me guardas en la tuya.

— ¿Es una promesa?

—Es un juramento—alega—, incluso puedo hacerlo de sangre así como en las películas.

Suelto una risita y siento sus labios rozando los míos, sabiendo que hemos hecho una promesa que no sabemos cuánto va a durar, pero queremos que viva.

—Te quiero ¿entiendes eso, Juliett?—susurra cuando se separa.

—Yo también te quiero.

Puede que el destino tenga todo planeado, todo perfectamente calculado y siempre ese plan será imperfectamente perfecto.

Los cambios son aquellos que te llevan a ese rumbo, el rumbo correcto que el universo tiene planeado que sigas, tenemos que arriesgarnos. ¿Qué se puede perder?

***

1 semana después...

—No puedo creer que dentro de poco empiece el verano—Alice comenta.

—El tiempo pasa volando, estamos en la recta final para al fin dejar los estudios—murmuró, mientras le doy una mordida a mi sándwich.

—Extrañare todo—Alice afirma viendo nuestro alrededor—, extrañare esta cafetería, el patio, la cancha, los pasillos, también...

—Creo que ya entendimos—Alan ríe, interrumpiendo a su novia.

— ¡Oh vamos! ¿No vas a extrañar este edificio?—la pelinegra le pregunta.

Él se encoge de hombros, sorbiendo de la pajita su jugo de naranja.

— ¿Verdad que tu si lo vas a extrañar?—Alice me pregunta. La miró con una sonrisa a medio comer mi sandwich.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora