29. Hoaxes and promises

122 27 3
                                    

Capítulo 29

A.A

Italia, Roma.

— ¡Alexis vamos, date prisa! ¡Ya casi llegamos a la plaza!—Verónica me grita, mientras seguimos caminando por las pintorescas calles de Roma.

—Al menos es mejor que la pasada—dice Adam a mi lado.

Asiento concordando con el. —Ni que lo digas.

Los últimos viajes que hemos siempre junto a la nueva esposa de mi padre, terminan en lo mismo: Alejandro borracho, los recién casados encerrados en una habitación de hotel y el resto viendo que poder hacer.

Esta vez parece distinto. Verónica se ha dedicado a llevarnos a distintos lugares turísticos... todos juntos.

—Y dime...—Adam llamó mi atención—, ¿Ya sabes donde trabajar cuando termines la carrera, Alexis?

— ¿A qué se debe esa pregunta?—respondo.

—¿Por qué no la contestas?—alega.

Desvió la mirada.

—Aún no lo sé—me encojo de hombros—. Puede que pida empleo con algún editor o algo parecido, aun no creo que sea el momento para que piense en eso.

—Te equivocas—mi hermano mayor suspira—. El tiempo prácticamente se va volando y créeme, cuando llegue el momento vas a querer tener un plan.

Asiento con la cabeza, viendo mi entorno, un suspiro sale de mis labios al saber una vez más que nadie es enemigo del tiempo.

Saco de mi pantalón un cigarrillo para calmar mis nervios, veo a Agustín con Alejandro en un puesto de comida cerca y Alan viendo el mapa en sus manos a pocos metros.

—Te tengo una propuesta—Adam dice, lo miro curioso.

—Dime.

—Dentro de poco me iré a Nueva York—confiesa—. La editorial me ha dado un gran puesto y tengo el poder de llevar a alguien conmigo para que empiece sus prácticas.

Su confesión hace que lleve más humo del pequeño tubo a mis pulmones, intentando que calme algo dentro de mi. ¿Por qué me dice esto? ¿Por qué ahora?

— ¿Qué?—encarno una ceja.

—Es una gran oportunidad Alexis, nuestros demás hermanos ya tienen planes—los mira de reojo—, Adam está aplicando para irse a Ámsterdam y seguir con el baile de una manera más profesional y Alejandro... bueno, él sé que conseguirá algo.

—En primera, no puedo dejar a mi gemelo en uno de sus peores momentos y en segunda, tampoco quiero dejar todo atrás de la noche a la mañana.

—Eso solo lo dices por la pelirroja—la mención de la chica de ojos grises me hace fruncir el ceño.

— ¿Mi novia que tiene que ver en todo esto?

—En que si ella no lo fuera, no significaria lo que es para ti ahora, hace unos meses me hubieras dicho que sí, sin siquiera pensarlo.

—Eso no te incumbe—lo señalo con el cigarrillo entre mis dedos.

—Al contrario—puntualiza—, me incumbe porque yo te quiero en esa editorial y tú te quieres quedar con tu chica.

—Puede que sí, puede que no.

—Vamos, Alexis. A mí no me vengas con metáforas, ambos lo sabemos—me señala.

—Adam, en verdad me alegra que me quieras trabajando contigo pero, simplemente creo que aun no puedo dejar así de la nada ese simple pueblo.

— ¿Es por mamá?—pregunta.

Los A.A © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora