24. Semaine culturelle

174 29 7
                                    

Capítulo 24

— ¡Juliett, vamos tarde!—Alice me arrastra por los pasillos de la universidad.

— ¿Pero que no me dijiste que presentábamos dentro de un rato? —pregunte confundida, intentando seguirle el ritmo.

— ¡Siiiii, pero quede en verme con Alan a las cuatro y faltan cinco minutos!

Me es inevitable no reír ante la desesperación de mi amiga.

— ¿Entonces, Alan... es la razón por la que ni siquiera me dejaste elegir mi propia ropa?

Ella me da una mirada rápida mientras seguimos caminando. — ¡Vamos, luces bien para impresionar a Alexis!

Siento como mis mejillas se calientan, aunque eso no evita que le dé un golpe en el hombro.

— ¡Auuuuch!—se queja.

—Si quieres hacerme sonrojar mencionando a los Avilar, recuerda que es un arma de doble filo, James—murmuró, haciéndola callar.

Cuando por fin llegamos, vemos a todos los estudiantes pasándola bien. El festival de la semana cultural es usado como una excusa para que los profesores nos dejen tomar alcohol.

El clima es perfecto, el sol no está en su punto más alto así que no hace tanto calor y nos acompaña una fresca brisa junto a la música.

—No veo a Alan...

Ruedo los ojos, viendo a mí alrededor.

Todos la pasan bien, noto como Alice tenía razón en la ropa que tenía que usar. Yo tenía planeado venir con una hermosa sudadera y jeans, pero, al ver que todos estamos vestidos con shorts y camisetas sin mangas, no me siento tan fuera de lugar.

— ¡Juliett!—un grito me hace voltear.

Agustín Avilar corre hacia esta dirección, sonrió acercándose.

Viene con unos jeans oscuros y una camiseta blanca básica.

—Hola, Agus—lo saludo.

—Esto está genial, me moría por venir—me confiesa con una sonrisa.

—¿Y porque no habías venido antes?

—Porque nunca la banda había tocado aquí—se encoge de hombros.

Abro los ojos de golpe. — ¡¿Cómo?!

—Si, hace unos días mis hermanos me lo comentaron y ¡tada!—ríe—. Aparte, eso me dio la oportunidad de invitar a mi mejor amiga, Natalia.

Trago en seco. —Que bien...

Diablos.

—Bueno, luego te veo, tengo que ir a buscar a mis hermanos y a Natalia—sonríe y se va.

Madre santísima de Dios.

Tendrás que estar con los cinco.

No me lo recuerdes.

— ¡Alan!—Alice exclama a los lejos, haciéndome dar la media vuelta.

Parece una escena de una vieja comedia romántica.

Ella corre, el viento choca contra su largo cabello negro, el la ve, vestido con unos jeans azul marino y una camiseta roja sin mangas. Alice pega un salto, entrelaza sus piernas en su cintura abrazándolo y él a ella.

—Cuando aparezcan los unicornios voladores vomitando arcoíris, te gritare, te lo dije—Amelia dice, detrás de mí. Suelto una risita.

— ¿Tú de donde saliste?—le pregunto.

Los A.A © [✔]Where stories live. Discover now