ÉL Y YO

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ALTIBAJOS

• Jessica Allen •

Estoy hablando por teléfono con Alison mientras nos organizamos para ir a una fiesta.

Es sábado, y ella me había comentado algo sobre una fiesta, a la cual decidí ir sin problema.

—¿De quién es la fiesta?—le pregunte a mi mejor amiga.

—Eh... de una... bueno, no lo sé. Solo llevamos dos semanas de instituto. Hay gente nueva y no me sé todos sus nombres ¿sabes?

—Vale—sonreí—¿Que atuendo vas a usar esta vez?

—¿Sabes el vestido que tenemos igual? Pero el tuyo es negro y el mío rojo.

—Sí—respondí

—Pues ese vestido con uno tacones negros—dice entusiasmada.

—¿Sabes? Me voy a poner el mismo... Pero yo no tengo tacones. Así que me pondré unas botas negras de cordón.

—Tu no eres nada sin tus botas—Suelta una carcajada—Ya Llego Paul, te veo en unos... cinco minutos probablemente. Chao.

Me despido y cuelga la llamada.

Me dirijo al armario y saco el vestido negro de tirantes, me llega un poco más arriba de las rodillas y se ajusta muy bien a mi cuerpo.

Unos minutos después veo por mi ventana el coche de Paul estacionarse delante de mi casa, bajo las escaleras y una vez en el exterior me siento en la parte trasera del coche.

—Hola chicos—les dedico una sonrisa de oreja a oreja.

—Hey Jessi—se burla de mi nombre otra vez, Paul—Te veo muy animada.

—Estas hermosa, ese vestido te queda de maravilla—dice mi mejor amiga, cambiando de tema.

—Ustedes también se ven bien... Pero tú estas ¡Hermosa!—señale a Alison.

Paul me dedico una sonrisa falsa y yo puse los ojos en blanco.

Patético.

••••

Ya no llevo la cuenta de cuantas cervezas me había tomado y me dolían los pies de tanto bailar.

En primer lugar, la cerveza sabe realmente mal. Es amarga y... amarga. Sí, eso mismo. Amarga.
En segundo lugar, creo que mi estado es lamentable. Estoy sudorosa y borracha...

Es la primera vez que bebo alcohol, y aunque Alison me estaba "supervisando" para no pasarme de tragos... fracasó en el intento porque está hasta más borracha que yo.

Que hipócrita, de verdad, eh. Se supone que era un tipo de madre regañona para mi primera noche divertida y aquí estamos: Sintiendo que todo me da vueltas, teniendo ganas de vomitar y aunque hago el intento de llegar al baño... Bueno, el acto fue en vano, ya que vomité en el suelo y manche todo mi maldito vestido.

Genial.

Veo como todo el mundo me está mirando, así que
rápidamente me dirijo al baño, me lavo la cara y tomo agua. Una vez estoy medio limpia y apunto de abrir la puerta del baño para dirigirme otra vez a la  fiesta, una voz realmente familiar pronuncia mi nombre.