Una hora después de la partida de Chase y mis labios continuaban palpitando por su beso. Ni siquiera puse atención a la película que Aurora escogiera para ver en el streaming. Recordaba que era algo sobre guardianes y navidad, pero mi mente no daba para más que pensar en el sube y baja de emociones en el que estaba convertida. Fue hasta que el tema de salida sonó en la portátil dándole paso a los créditos, que más o menos retorné de la confusión, escuchando la vocecilla de la hija de Corine llamándome.
—A que te gustó. ¿No es bonita? —preguntó levantando su cabecita de mi regazo, donde había pasado la mayor parte del tiempo recostada y en silencio.
Me aclaré la garganta, decidiendo mentir para no decepcionarla.
—Sí, es muy bonita.
Sonrió, agarrando el cuenco de porcelana en la mesita y un puñado de rosetas de maíz que sobra decir, ya estaban congeladas.
—Tu turno —articuló, con espontaneidad.
"¿De dónde saca tanta energía?" Pensé, porque ya se había pasado su hora de dormir y ella continuaba fresca, sin intenciones de irse a la cama.
— ¿Mi qué? —formulé, confundida.
"¿A caso estamos jugando a algo y yo no me he dado cuenta?" "Imposible, tampoco he estado tan ausente". Me dije, aclarándome la incógnita a mí misma.
—Sí, me refiero a que es tu turno de escoger una película.
Resoplé aliviada, posteriormente reí y ella me correspondió. Aunque a decir verdad, estuve segura, por su ceño fruncido y su cara de contrariedad, de que no entendía mi accionar y me estaba juzgando de loca.
—Ah, era eso.
— ¿Pues de qué pensabas que hablaba? Ándale, escoge antes de que me de sueño —ordenó, bajando rápidamente del sofá y devolviendo el cuenco a su sitio para escribir el nombre de mi elección en el buscador.
— ¿Otra de dibujos animados y fantasía?
—No, ahora quiero algo de romance. Una de amores imposibles. O mejor todavía, de amigos que están enamorados y ambos son tan jodidamente estúpidos, que ni siquiera lo notan.
—Aurora —dije su nombre con tono cantarín, en amonestación —. Si tu madre te escucha, pensará que ha sido a mí a quien le has oído decir esas cosas.
Rodó los ojos y negó.
—Pero no ha sido a ti a quien he escuchado decirlas, ¿por qué le diría a mamá que has sido tú, cuando el que las dice es Chase?
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"El poder de la pasión" (E. I. 1)
Romance"Se habla sin cesar contra las pasiones. Se les considera la fuente de todo mal humano, pero se olvida que también lo son de todo placer". Desde que tuvo uso de razón, Audrey Nollan tuvo un lema: "Seguridad es igual a felicidad", lema que se afianzó...