[06]•• ••• ~. ...•.•. ..• •••...

169 29 12
                                    

[Sin editar]

[Capítulo seis]

Mi vista estaba perdida en las burbujas del aceite; como se inflaban y luego reventaban. Era sábado y como era tradición, estaba escuchando a mi amiga quejarse.

—¡Estoy cansada! —gritó estirándose

—Si estuvieras cansada no estarías gritando, estarías durmiendo —la miré como se iba deslizando del sillón hasta el suelo, como si fuera un helado derritiéndose.

—Estudiar para ser abogada es un trabajo —lloró—, tuve que haber estudiado algo más artístico ¿No crees?

—Fue tu decisión —agité el sartén para revolver las papas fritas. La rubia me miró colocando los ojos en blanco y me sacó la lengua y yo la imité.

—Si, lo sé, y me gusta, pero es muy agotador —se arrastró hasta llegar a mis pies—Y ni hablar de mis compañeros

—Cuidado, te puede caer aceite y a todo esto ¿Por qué estoy haciendo papas?

—Porque me quieres —abrazó mi pierna—y yo te quiero

—Eres un caso perdido

—Pero así me amas ¿Sabes algo de tu hermana? —levantó su vista

—No, ¿Por qué? —seguí en lo mío

—Porque siempre llega por estos días

—No la invoques, es como las hormigas —recordé

Mi hermana era especial, era la mayor, pero su actitud demostraba lo contrario, era distinta a mí. No tenía una buena relación con mi mayor.

—Es tu hermana

—Hermana que solo se acuerda de mí cuando necesita algo —Saqué las papas—,sabes lo que opino de ella

La veía una vez al año y si le faltaba algo, en mi cumpleaños o para alguna fiesta. No éramos una familia muy unida.

—Tus padres la tienen entre ceja y ceja

Era verdad ellos le daban todo, pero con condiciones, la primera fue que terminara la universidad y que no se metiera en algún problema. Pero a ella poco le importaba, antes que me fuera de la casa siempre me metía en problemas por su culpa.

Bueno, mis padres era muy estrictos, pero a la vez ausentes, daban órdenes y amenazaban con quitar nuestros privilegios a través del celular.

—No me sorprendería que llegara y me dejara a su hijo en la puerta —solté con gracia

—¿Hijo? —me miro sorprendida

—Si llegara a tener

—Saldría guapo, he visto las conquistas de tu hermana y no son feos al contrario son unos dioses con ropa, esculturas del renacimiento

—Vamos a comer —dije. Corrí el sartén al último plato de la cocina. Dejé las papas en la mesita de la sala y nos sentamos en el suelo y vimos una película que no capte su nombre, pero se trataba de una chica que cuidaba a un León. Tomamos unas copas. La noche avanzaba y hace una hora había sonado la campana que avisaban las doce de la noche.

—Entiendo, sin embargo no comparto tu decisión —se quejó mi amiga mirándome con esos ojos cristalinos por culpa del alcohol

—Entendí —me quise escabullir de la conversación, pero Ginna no me iba a dejar tan fácil.

Cuando llegó a mi casa después de que Felix se fuera, fue lo mismo me atacó con preguntas y yo no quise responderle, sin embargo solo le dije que no podía seguir con él porqué él no era feliz conmigo, a pesar de que no me lo dijiera.

Cuando La Nieve Se Derrita[Terminada] [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora