Capítulo 1

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Los recuerdos de ese día parecían cada vez más borrosos con el tiempo, envueltos en una bruma y con un brillo cegador.

Algunos destellos de memoria volvían de tanto en tanto con un ligero dolor de cabeza, cabello largo y sedoso cual carbón, de un largo inusual danzando al son de las corrientes en el agua, aletas con escamas plateadas brillando, bañadas en la luz del sol, si las mirabas un poco de cerca podías notar que el reflejo de las mismas creaba una apariencia tornasol.

Pero lo que nunca olvidaría era aquel rostro tan puro y blanco, no expuesto a la intemperie de el exterior, con unos ojos brillantes y enormes, quizás había sido la primera vez que miraría la preocupación en los ojos de alguien que no fuera su madre, la sensación de ser protegido y cuidado permanecía grabada en sus huesos.

Con un golpe de la puerta Hua Cheng despertó de sus pensamientos para dar un sonido de asentimiento, detrás de la puerta el hombre que entraba agachaba la cabeza disculpándose por interrumpir el tiempo a solas de su jefe.

-¿Qué tienes para informar Yin Yu?-

Papeles en mano Yin Yu dio un informe conciso y completo de la situación actual, el gobierno había anunciado alerta roja en todos sus puertos, después de anunciar la guerra su plan parecía ser el apoderarse de los mares, para, de esa manera, ampliar su poder militar, los piratas como ellos serían solo un pequeño estorbo en su plan, el cuál erradicarían sin pensarlo dos veces.

Lo que el gobierno no contaba era con su líder, nunca fue visto en tierra, todos lo conocían solo por su apodo "Lluvia carmesí" su fama de sanguinario lo precedía, creían que acabar con una pequeña ola de piratas sería una tarea fácil, pero después de todo ellos no gobernaban el mar, desconocían el alcance que ya tenían en ese momento.

Una sonrisa se dibujó en su rostro ante la noticia, así que decidieron dar el primer golpe, no solo estaban en guerra con el país vecino, ahora podían considerar la guerra que acababan de anunciar en el mar, no era conocido por ser una persona justa y digna, terminaría con todo eso lo más pronto posible para continuar con su búsqueda.

Terminado el informe Yin Yu no se movió de su lugar esperando más indicaciones de su parte, o alguna afirmativa para marcharse, pensando bien sus palabras Hua Cheng decidió hacer una última pregunta:-¿cómo marcha la búsqueda? ¿Han encontrado algo?-

-Aún no señor, nadie ha tenido noticias de la criatura que está buscando... pero ¿está seguro que en verdad existe? Usted sabe que hay muchas leyendas al respecto, quizás haya visto mal- antes de poder terminar con su discurso la otra persona ya lo veía con intenciones asesinas, cerró la boca lo más rápido posible y se marchó sin hacer ruido.

Con un suspiro Hua Cheng se derrumbó en su silla, sabía perfectamente que no estaba soñando, como una especie de gesto reconfortante, llevó su mano hacia el pendiente que nunca retiraba, una hermosa gema de color rojo carmín brillaba con un destello brillante, aquello era lo único que le indicaba que todo fue verdad, no importaría cuantos años le llevará su búsqueda, algún día encontraría a su salvador para darle las gracias apropiadamente.

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Xie Lian estaba seguro que limpió esa zona del mar no hace muchos días, ahora, de nuevo, estaba lleno de objetos extraños provenientes del exterior, suspirando tomó una de esos sacos de tela hecho por los humanos para llenarlo, cuando las personas se retiraran a dormir, el podría asomar un poco la cabeza para arrojarlo lejos.

La tarea le tomó algunas horas, pero al menos podía mantenerse entretenido, en un lugar tan extenso como el mar, el aburrimiento le llegaba demasiado pronto, sentía mucha curiosidad por aquel pequeño pueblo que se había instalado hacía unos cuantos años cercar de la costa, pero no tenía el coraje suficiente para salir a admirarlo, ya no.

Las lagrimas de una sirenaWhere stories live. Discover now