Capítulo 6

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Habiendo cancelado todas sus juntas y pendientes, Hua Cheng dedicó su tarde a acompañar al pequeño tritón en su tarea de dar un paseo, sus pies aún giraban un poco al caminar y las rodillas se tambaleaban, pero fuera de eso podía moverse por si mismo.

Xie Lian estaba más que feliz después de su enorme logro de dar unos pasos, ahora sabía que no era tan fácil como podía suponer.

Una gran cena fue su regalo por el gran logro, aún comía usando sus manos y dedos, los palillos y el tenedor eran artículos que odiaba solo de verlos y Hua Cheng no le reprendía por no usarlos, estaban en la discreción de su territorio ¿quién lo cuestionaría?

Llenando su estomago y sumamente feliz, el tritón durmió muy fácil y pacíficamente.

Hua Cheng estaba preocupado sin embargo, los últimos días los problemas con el norte solo incrementaron, sus tropas se acercaban a las fronteras para enfrentarse a la inminente batalla, pero estaban un poco retrasados.

La guerra ya era un asunto casi seguro, pero ahora tenía una persona por la cuál preocuparse, no podía comportarse de una manera imprudente o involucrarlo.

 Con ello en mente se aisló por completo en su oficina con algunos de sus subordinados, todo para coordinar los próximos eventos.

Una semana había pasado y Xie Lian tenía un asunto pendiente, aún estaba preocupado por su amigo humano Shi Qing Xuan, a pesar de que no podían verse tan seguido, al menos solían dejarse notas y recados, pero tenía un tiempo sin saber de él.

Notando su ceño fruncido Hua Cheng le preguntó que ocurría.

-Nada san Lang, solo estoy un poco preocupado por mi amigo-

Hua Cheng levantó una ceja con curiosidad:-Gege tiene un amigo en la orilla, ¿lo conozco?-

Xie Lian lo pensó un rato antes de negar con la cabeza:-No creo que lo hagas, su nombre es Shi Qing Xuan, platicamos una cuantas veces en la playa, es una buena persona, pero me dijo que la situación no era buena, solo no se como se encuentra ahora.

El semblante del pirata se movió un poco:-Quizás sea mejor que dejes a tu amigo por su cuenta, es peligroso afuera-

-Lo sé, es por eso que quiero verlo, se que es peligroso, creo que volveré a ser un tritón y nadaré a la orilla mañana, no tardaré mucho-

Renuente Hua Cheng negó con la cabeza:-Mañana te acompañaré, vayamos en bote a la orilla, después de todo caminas bastante bien-

La mirada de Xie Lian se iluminó, no había pensando en esa posibilidad, podría darle una grata sorpresa, preparó todo lo necesario para su partida.

Se comprometió bastante con la misión, pues decidió usar pantalones, los últimos días a Hua Cheng no parecía importarle lo que usará, por lo que decidió que los pantalones no eran necesarios, solía caminar por el barco con un camisón holgado y sus piernas blancas a la vista, los marinos de la tripulación fingían no verlo cada que aparecía.

Solo en ocasiones importantes, como cuando tenían visitas los usaba, pero por un corto periodo de tiempo.

Hua Cheng se dedicó a ajustarle los zapatos con ligereza, arrodillado frente a la cama, tomó sus pies blancos y coloco las medias despacio, solo para después ajustar unos lindos zapatos negros con una hebilla muy hermosa.

A Xie Lian no le gustaban esos zapatos, prefería ver sus deditos correctamente, pero no podía no usarlo, después de todo cuando iba a Roma debía hacer lo que los romanos.

Estaba pulcramente vestido con un atuendo blanco, sumando su piel palida le daba un aspecto casi inmortal, generaba un gran contraste con el marino de ropa negra con rojo, ese día estaba vestido de manera diferente, sus ropas eran más casuales pero elegantes, algo similares a las que su amigo en la orilla usaba.

Las lagrimas de una sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora