Capítulo 2

2K 359 135
                                    

En una pequeña cueva, a la deriva en el mar, un tritón y un humano se veían sin pestañear, el tritón no entendía que es lo que estaba sucediendo, aún podía sentir muy presente la sensación cálida y con un rastro de humedad en el dorso de su mano, sabía que los humanos tenían saludos un tanto diferentes a los de su especie, pero eso, no podía ser uno de ellos.

Lo miraba con un rastro de incredulidad y desconfianza, pero en la mirada del otro hombre solo podía detectar un poco de calidez mezclada con añoranza, durante la vida que tuvo fue mirado de diferentes maneras y llamado de innumerables formas por los humanos, pero la mayoría de ellas habían sido desagradables, podría ser la primera vez que se topaba con una persona tan extraña.

El pirata no parecía reaccionar, su herida aún se veía grande y dolorosa, la sangre dejo de salir, y si su ropa no fuera del mismo color carmín se vería de alguna manera horrible y alarmante, pero toda la situación, incluyendo el hecho que casi moría esa tarde, parecía haber sido tragado por los ojos claros del tritón, como un hechizo no podía despegar su mirada, quizás aquellos mitos acerca de las sirenas resultaban ser verdad y tenían la capacidad de seducir a los hombres de manera hipnótica.

Xie Lian estaba comenzando a sospechar que esto era cierto, o que aquel humano quizás era un poco estúpido o estaba en algún estado de shock, ignorando la mirada embelesada le dio una mirada a la herida atemorizante, al verla siseo un poco como si le doliera también.

Pensando que hacer buscó algunas hiervas que pudieran servir, esa cueva fungía como uno de sus refugios, en su mala suerte solía lastimarse muy seguido así que tenía muy bien localizadas esas plantas.

Intentó avisarle al estúpido humano, pero seguía sin reaccionar, por lo que se fue sin decir palabra.

Hua Cheng regresó de su shock al notar la ausencia de la otra ¿persona?, lo buscó tan incansablemente que no supo que decir en ese momento, quería golpearse internamente, ¿cómo pudo perder tal oportunidad? estaba a punto de zambullirse en el agua para buscarlo cuando el tritón regreso cargando una variedad de plantas.

-Esto es para ti, sirve para mejorar tu herida- El tritón le hablo muy pausadamente, como quien habla con un niño, creyendo aún que él humano debía ser tonto.

El pirata asintió, al notar al fin una respuesta Xie Lian sonrió, al menos parecía que hablaban el mismo idioma, corto unos trozos de tela bastante mojada, donde untó algunas plantas, solo para crear un parche sobre la dolorosa herida.

Con un siseo, la herida terminó de ser vendada, el paño estaba limpio, pero seguía húmedo, temía que la herida empeorara en esa situación, lo vital en ese momento sería llevarlo a otro lugar en tierra, donde los de su especie pudieran tratarlo mejor.

-¿Tienes un lugar a donde ir? podría dejar un mensaje de tu paradero-

El pirata rojo sonrió de medio lado:-No tengo un hogar ahora-

Xie Lian no sabía que decir, pero al notar la sonrisa triste y el rostro ceniciento de la persona una sensación de deja vu lo recordó, él mismo sabía lo cruel que podría ser estar solo a la deriva, y pro alguna extraña razón, mirando ese ojo negro como el carbón, no quería dejarlo solo.

La mala suerte parecía acompañarlo, después de todo, solo era una pez, ¿cómo diablos podría hacerse cargo de un humano? tenía algo llamado como un hogar temporal en medio del mar, una pequeña cueva con sus pocos artículos personales, pero no podía llevarlo ahí, a menos que quisiera matarlo.

Sin saber que más hacer examinó la cueva en la que se encontraban, debía ser suficiente por ahora.

De pronto, recordó a su nuevo amigo, no quería confiar en los humanos, pero eran de su propia especie, ¿no lo tiraría al agua si se lo llevaba verdad? se veía un tanto amable además de eso, compartió su buen vino con un desconocido por lo que no pensó que sería una mala persona.

Las lagrimas de una sirenaWhere stories live. Discover now