Uno

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Ser profesor en una universidades más prestigiosas del país es de total admiración y respeto.

No es fácil obtener un puesto y mucho menos la plaza, puedes pasar meses para una simple entrevista y no es para menos pues en sus manos llevan el futuro siendo alumnos muy destacados y disciplinados.

Es el caso de Erick, joven de apariencia seria y reservada, siempre impecable a la hora de vestirse y con un gran futuro por delante según sus propios profesores.

Disciplina, carácter e inteligencia acompañados de un físico que ha levantado las miradas de mujeres y hombres por igual.

Sin duda un alumno intachable.

─Buen día, profesor ─saluda el ojiverde parado en el umbral del salón─ ¿Puedo pasar?

─Erick, falta mucho para que inicie mi clase ─hace saber mirando el reloj─ pero supongo que está bien, adelante.

Er asiente y pasa a tomar asiento para prepararse, su clase favorita va a comenzar en veinte minutos.

Aunque la clase es lo menos que le preocupa.

Joel Pimentel, maestro destacado incluso entre los mejores, sus clases son tan estrictas que solo hay dos opciones, o los alumnos pelean por un lugar en su clase o le huyen por temor a una mala nota.

Todo un reto para Erick.

Cuando el mayor fue informado de que aquel joven del que todos hablan quería ser parte de su aula no dudó en aceptar, además Erick es hijo de uno de sus mejores amigos por lo que le tiene un especial cariño pues lo ha visto desde que era un niño.

Es brillante.

Pero no es solo su mente lo que le gusta de él, sí, es muy inteligente y el alumno perfecto para cualquier profesor pero su apariencia.

Ese rostro sereno adornando un cuerpo pequeño, perfecto y sin ninguna imperfección.

Ojos verdes y cabello oscuro.

El baby perfecto.

Y es que en la escuela Joel podrá tener una reputación intachable pero lejos de ella, cuando llega a casa y abre su computadora las cosas cambian.

Es amante de ciertas prácticas fuera de lo común, estando con chicos más jóvenes y llenándolos de regalos a cambio de su discreción.

Porque siendo honestos Joel podría tener al chico que quisiera con sólo pedirlo, no por nada es un daddy muy solicitado al punto de no pedirle nada más que los folle con fuerza.

Pero así es mejor.

No disfruta las relaciones a largo plazo, solo lo aburren al punto de hartarse pero estando con personas que buscan lo mismo que él es más fácil deslindarse emocionalmente.

Y al pagarles asegura la confidencialidad de su trato.

Y es que Joel es un daddy particular, no se acuesta con un baby boy más de una noche y al terminar les da un obsequio, algo que le pidan sin llegar a las extravagancias.

Pero si dinero, alguna joya, ropa, cosas por el estilo.

Y Erick sería perfecto para eso.

Observa como su joven alumno bebe agua de su termo lentamente, retira el envase y una gota del líquido recorre sus labios así que Erick los lame siendo lento.

Joel mira fascinado la escena, cada movimiento que realiza es perfectamente erótico naturalmente.

¿Cómo puede atraerle tanto?

Muerde su labio inferior mirando su cara angelical y automáticamente una escena de él siendo cubierto únicamente por sus sabanas llega a su mente.

Su erección comienza a hacerse notar debajo de sus pantalones deseando cumplir esa fantasía.

Erick tiene una apariencia distinta a los baby boy que ha encontrado, no es femenino o delicado, no tiene una preferencia por las cosas infantiles o rosas.

Al contrario.

Es maduro, se nota demasiado incluso en su ropa, gusta de cosas sofisticadas como la música clásica y adornos discretos.

Colores neutros u obscuros suelen ser los que más usa durante la semana dejando a un lado los colores vivos o tonos pastel.

Y es lo que lo hace especial porque tiene el cuerpo de un baby y la mente y gustos de alguien maduro.

Al follarlo, ¿Cómo gemiría? ¿Le gustará ser dominado? ¿Su boquita será tan buena chupando como parece?

Son preguntas que se hace constantemente en la soledad de su alcoba.

Está mal en muchos sentidos, no puede verse involucrado con sus estudiantes así sean mayores de edad pero su imaginación trabaja demasiado.

Y tu entrepierna comienza a resentirlo.

─Erick, ¿Podrías abrir la ventana de atrás? ─pregunta controlándose para no delatar su excitación.

─Seguro ─responde poniéndose de pie, se da la vuelta y avanza a donde le fue pedido.

Es justo lo que la perversa mente de Joel hace que trabaje de más.

Al estar de espaldas puede ver ese perfecto culo que tanto desea moverse pues Er batalla bastante para alcanzar la palanca que libera la ventana.

Y entre más se tarde mejor para él.

Mira con lujo de detalle cada movimiento pareciendo una invitación que lo tienta a romper sus propias reglas así como las de la escuela.

Se controla aunque no del todo porque su mano empieza a sobar su erección sin miedo pues se encuentra cubierto tras el escritorio.

Como desearía cogerlo con fuerza contra la ventana, robarle sus gemidos y regalarle sus marcas en forma de mordidas y succiones.

─Erick, voy al baño, ya vuelvo ─avisa el mayor sin esperar a que su alumno termine.

El nombrado asiente sin voltear pero mira de reojo la prisa que tiene el mayor por llegar al baño así que deja de fingir, se encima en una silla y abre la ventana sin dificultad.

Camina a su asiento original y sonríe satisfecho con lo que ha logrado.

Joerick: El último (Completa)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt