Nueve

164 17 0
                                    

Erick despierta al oír su alarma y se levanta de la cama, no ha hablado mucho con su padre, ni siquiera notó su ausencia del viernes por la noche y no sabe si estar aliviado o decepcionado por ello.

Se mira al espejo y nota el tinte que aún adorna su cabello, le gusta como se ve pero al mismo tiempo no se siente cómodo, extraña su cabellera oscura.

Con un fuerte suspiro entra a su cuarto de baño para alistarse, ira a clases aunque no tiene muchas ganas de hacerlo, está cansado.

Pero extrañamente quiere ver a Joel.

Es raro, desde que lo conoce sabe que nadie lo procurara más que él, Joel siempre ha sido comprensivo y como parte de la familia, lo ha sabido aconsejar y no conforme con ello lo salvó aquella noche de una situación de la que probablemente se arrepentiría el resto de su vida.

Pero al mismo tiempo es el hombre que más lo ha lastimado, no lo culpa del todo porque sabía en lo que se involucraba al entrar a esa página y acercársele de ese modo aunque eso no quita el dolor.

Y la confusión.

Recuerda ser besado en su auto y aunque le gustó la sensación solo lo hizo sentir más raro, el mayor le ofreció quedarse en su casa, quería hablar con él pero el ojiverde no estuvo listo, es cobarde huir de esta manera pero sin una solución mejor es lo único que le queda.

Escapar.

(...)

Joel  da su clase siendo torpe lo que es extraño en él, quería hablar con Er, dejarle claras algunas cosas pero no puede obligarlo aunque quiera.

Sabe que lo observa porque está en su clase y no quiere parecer nervioso pero cada palabra que sale de su boca solo empeora más su situación.

Lo que no sabe es que Erick está igual que él, pretende anotar cosas en su libreta pero no hace más que dibujar sinsentidos y evitar el contacto visual a toda costa.

El rizado observa el reloj y mira con alivio que su tiempo ha terminado, suspira hondo y se da vuelta para despedirse y continuar con su jornada.

─Listo chicos, lo siento por todo pero la siguiente clase nos pondremos al corriente ─menciona abriendo la puerta─ pueden irse.

Los jóvenes hacen caso y vacían el salón siendo Erick uno de los primeros en salir, está tan incómodo que no le importa dejar algunos bolígrafos con tal de salir lo antes posible.

Lo que sentía en la mañana es contradictorio con lo que siente ahora, quería ver al profesor pero al estar tan cerca no sabe cómo actuar y su única salida fue correr.

(...)

Joel revisa la página de siempre pero nada lo enciende ya, quiere desocupar su mente y volver a la vida de antes pero cada que lo intenta el joven ahora de cabello gris vuelve a su cabeza.

No solo es el sexo, lo disfrutó pero no tanto como saber que esa persona con la que tenía el encuentro carnal fue el mismo que robó sus suspiros por tanto tiempo.

Creyó que al tenerlo por un día volvería a retomar sus hábitos pero no hay nada más alejado de la realidad, intenta de una forma u otra sacarlo de su cabeza y cada vez parece más imposible esa solución.

Las fotos que ve de los chicos no provocan nada y vaya que son sugerentes, no logran excitarlo más.

Echa la cabeza atrás por la frustración, pasa sus manos por su cabello y observa la ventana notando que los alumnos salen de las instalaciones, ha sido tanto su estrés que no había visto que ya es hora de abandonar el edificio.

Se levanta de la silla, apaga su laptop, la guarda y sale del salón, tiene el impulso de buscar al ojiverde pero pelea contra él y continúa con su camino, no se detiene hasta que ve a un hombre que le parece familiar.

Es el mismo que vio en la entrada de ese hotel barato y no le gusta para nada lo que ve porque ese mismo hombre habla con Erick.

Y parece que Erick no quiere hablar con él.

─Oye, ¿Puedo ayudarte en algo? ─pregunta Joel acercándose al par.

─¿Qué? No, ya nos íbamos ─insiste el hombre intentando jalar a Erick pero el mayor nota que está incómodo.

—Er, ¿Quieres ir con él?

El nombrado niega con la cabeza apenado, no le gusta esa situación y si bien sabe defenderse está algo bloqueado por la impresión.

─Tiene que marcharse, el chico no irá a ningún lado ─advierte el rizado tomando la mano restante de su alumno y lo jala para que quede detrás de él─ váyase o llamaré a seguridad.

El hombre niega molesto con una sonrisa, quiere darle el primer golpe pero Joel es más rápido, lo esquiva y suelta su puño contra su rostro tumbándolo al momento.

─Er, ve a buscar un vigilante ─pide Joel sereno a pesar del pleito.

El nombrado asiente y está por obedecer pero mira como el hombre herido se levanta del suelo rápidamente y huye sin detenerse por el dolor.

Erick lo deja correr, toma la mano de su profesor y revisa sus nudillos esperando no se haya lastimado demasiado.

─¿En serio? Yo lo golpee, deberías revisarlo a él ─se burla Joel con media sonrisa.

─No me interesa él, me interesas tú ─responde sin meditar muy bien sus palabras.

El rostro de Joel se torna serio de nuevo porque no sabe que contestar a ello, sabe que hay temas que deben ser hablados y lo intentó pero nada sale su favor.

─Déjame llevarte a casa ─pide quitando su mano con suavidad─ tal vez siga por las calles y quiera hacerte daño.

El menor asiente y lo sigue a su auto, caminan en silencio hasta entrar y tan pronto lo hacen el vehículo empieza a andar.

Erick mira por la ventana buscando al sujeto y afortunadamente no lo ve por ningún lado, después de ese golpe duda que le hayan quedado ganas de intentar cualquier cosa.

─Gracias por ayudarme ─agradece Erick sin mirarlo─ gracias por salvarme de nuevo.

─Ni lo menciones, lo haré las veces que sean necesarias ─afirma dando vuelta.

Erick frunce el ceño al notar que el camino no lo dirige a su casa sino a la del mayor.

─Profesor...

─Tenemos que hablar, ya no puedo con esto ─advierte sin detenerse─ no voy a lastimarte, lo juro, solo quiero hablar contigo.

Joerick: El último (Completa)Where stories live. Discover now