Joerick: El último (Completa)

Cinco

Joel llega a casa de su amigo Zabdiel, no le sorprende que haya invertido demasiado en la decoración y el servicio, le gustan estas cosas.

Honestamente no estaba seguro de venir, la situación con Erick no ha mejorado ni un poco y no quiere que explote en ese lugar con su padre presente.

Tal vez esa era su táctica.

Fingir que todo está bien durante la semana para acorralarlo donde esté indefenso y así hacer alguna movida, no encuentra otra explicación para su indiferencia tan marcada.

─Hey, qué bueno que llegaste ─saluda Zabdiel acercándose a él y le da una palmada en la espalda.

─No podía faltar ─asegura sonriendo─ ¿Quién es la afortunada?

─Se está arreglando arriba ya vuelve, ¿Cómo va todo en el trabajo? ─pregunta deteniendo a un mesero que pasea con una charola de copas, toma dos y le entrega una a Joel.

─No me quejo ─dice dando un sorbo a su bebida─ me gusta mi trabajo.

─Hablando de eso, ¿Er no te ha dado problemas? Espero que no lo estés consintiendo solo por ser hijo mío.

─Para nada, es brillante, no necesita que le ayude ─asegura mirando al fondo donde se encuentra el joven conversando con algunos familiares─ es perfecto.

─¿Te parece? Últimamente he tenido un par de problemas con él.

─¿Qué clase de problemas?

─Bueno, no creo que acepte mi relación del todo pero creo que es normal, quiere mucho a su mamá después de todo.

─Dale tiempo seguro entenderá.

─Eso espero, bueno amigo estás en tu casa, debo ver cómo van en la cocina ya vuelvo.

El invitado asiente y Zabdiel camina hacia donde había indicado, es muy perfeccionista.

De algún lado debía sacarlo Erick.

Hablando de él, nota que sigue conversando con su rostro sereno, viste tan pulcro como siempre teniendo buen gusto y ese aire sofisticado que tanto lo identifica.

Er voltea levemente y se encuentra con la mirada del mayor que no ha perdido su rastro desde que llegó, Joel intenta disimular pero ya es demasiado tarde cuando sus miradas conectan.

Una sonrisa aparece en el rostro del menor que le sonríe a lo lejos en forma de saludo y vuelve a su plática.

Joel corresponde la sonrisa pero eso es raro.

¿Por qué no se acercó a hablarle? Esta podría ser la ocasión perfecta para hacerlo, es decir, hay mucho ruido y nadie les prestaría atención.

Es muy extraño.

Termina su bebida de una y camina hacia Erick, no hará ninguna pregunta fuera de lugar pues sabe que está mal pero por lo menos quiere saber qué es lo que piensa.

─Hola Erick ─saluda amistosamente viendo amistosamente a los presentes─ buenas tardes a todos.

─Profesor Pimentel ─nombra Erick─ es un gusto verlo, ellos son Johann y Yoandri, mis primos.

─Un placer ─saludan ambos al mismo tiempo.

─¿Mi papá ya sabe que llegó? Lo estaba esperando ─anuncia el ojiverde.

─Lo vi hace unos minutos pero regresó a la cocina para asegurarse que todo esté en orden.

─Típico de él.

El mayor asiente dándole la razón esperando algo más, alguna frase con doble sentido o pedirle hablar en privado.

─Bueno, ¿Quiere otro trago? ─pregunta Er viendo que su profesor no dice nada.

─¿Eh? No, no acostumbro beber más de una copa en reuniones ─menciona incómodo─ ¿Tú cómo estás con esto? Es decir, con el nuevo noviazgo de tu papá...

─Bueno...

─Atención a todos ─interrumpe Zabdiel desde el salón─ si gustan pasar al comedor, la cena se servirá pronto.

Los invitados comienzan a dirigirse al lugar indicado entre ellos Erick y Joel.

Er se sienta junto a su papá y Joel sin pensarlo mucho lo hizo al lado de él, quiere estar cerca.

Poco a poco la gente va llenando sus asientos, no es tanta pues solo los amigos más cercanos y familiares fueron invitados.

Del otro lado de la mesa ubica a la mujer de la que Zabdiel está tan enamorado, se ven felices al menos y siendo honestos ella es linda.

Esperan a que los platillos vayan llegando junto con más copas, todo perfectamente planeado por alguien tan detallista como Zabdiel.

Pero al prestar atención, Joel se da cuenta que Erick no está muy cómodo, juega con la servilleta haciéndole nudos y deshaciéndolos constantemente.

Es una manía que ha notado desde hace tiempo que posee, eso hace con la parte superior de sus camisas o su corbata.

─Erick, ¿estás bien? ─pregunta en un susurro.

─S-sí ─responde dejando las manos quietas─ creo que solo estoy algo ansioso.

─¿Por qué?

─Yo, no es nada, es una tontería.

Joel asiente y lo deja tranquilo pero no se queda con esa respuesta, sabe que algo anda mal.

─¿Quieres salir un momento? ─ofrece discretamente.

─Papá va a anunciar a su novia.

─No te preocupes por eso, ¿Quieres?

Er asiente silenciosamente y el mayor se levanta de su asiento y se dirige a donde Zabdiel.

─Zabdi, disculpa pero olvidé mi teléfono en mi casa y espero una llamada importante, voy por él pero no tardo.

─De acuerdo.

─Pero no traje mi auto, ha estado fallando y lo dejé en el taller, ¿Crees que puedas prestarme a Erick un momento? Solo para que me lleve, así volveré antes.

─Seguro, sabe dónde están mis llaves.

Joel asiente y le hace una señal al menor para que lo siga.

Salen de la casa y se sientan en uno de los escalones, como hay tanta gente Zabdiel no prestará atención.

─Gracias ─dice Erick suspirando.

─No es problema, ¿Me puedes decir que ocurre?

─Es solo que estoy enojado, mi papá tiene derecho a rehacer su vida y su novia es muy dulce, pero no puedo evitarlo, estoy molesto.

─¿Tu mamá pasa un mal momento?

─Para nada, incluso ella se hizo a la idea de mi papá con otra mujer pero yo no puedo, me gusta mi familia, creí que solo sería una separación pasajera y es una idea cada vez más alejada.

Joel asiente y de hecho puede comprenderlo, su forma de vida es todo para él y un desbalance puede derrumbarlo todo.

─No te preocupes por eso, puede ser difícil al inicio pero por lo menos dales una oportunidad, tal vez te sorprenda gratamente.

─No estoy seguro.

─No pierdes nada intentándolo pero hazlo a tu tiempo, si no quieres entrar todavía no lo hagas.

Erick asiente y ve la puerta principal tras él, escucha aplausos viviendo de adentro mostrando que ya les dio la noticia.

─No, todavía no es tiempo.