Tres

191 23 3
                                    

La sonrisa de Joel es más grande de lo que su cara puede soportar, el joven que provoca sus erecciones desde el inicio de ciclo es el mismo que lo espera con una bata blanca.

─Erick, ¿Qué haces aquí? ─pregunta sentándose en la cama y quita el primer botón de su camisa.

─Lo mismo que usted, profesor Pimentel ─asegura acercándose al mayor, se sienta en su regazo, pasa sus brazos por la parte trasera de su cuello y acerca sus labios a su oído— o debería decir, daddy.

Esa palabra en forma de susurro proviniendo del ojiverde llega directo a su entrepierna endureciéndose más a cada momento.

─No tienes una idea las noches que me hiciste pasar, Er ─regaña llevando sus manos a su cintura─ tantas noches masturbándome pensando que tus manos eran las que estaban sobre mi polla, ¿No crees que tu papá se enoje?

Erick ríe un poco sin soltarse del mayor, siente algo hacer presión contra sus nalgas y está conforme con lo que sucede.

─¿Y porque debe saberlo? Ya estamos aquí.

Joel no necesita más frases que esa para comenzar con lo suyo, al fin saciara su hambre de sexo y lo hará precisamente con la persona que ha deseado estar.

Así que al terminar se aburrirá de él y seguirá con su vida como ha hecho desde siempre.

Erick se encarga de terminar de desabrochar su camisa ante la mirada sonriente del mayor, no sabía lo mucho que le gustaba que alguien tomara la iniciativa hasta ahora.

Una vez desabotona su camisa intenta quitarse la propia pero Joel lo evita tomando sus manos.

─Yo lo haré ─pide y Erick asiente.

Comienza a quitar los botones uno por uno, observando como poco a poco su piel se va liberando mostrando un camino perfecto para sus labios.

Le encanta lo que ve.

─¿Desde cuándo usas la página, baby? ─pregunta el rizado terminando de desabrochar su prenda.

─Una semana ─responde alzando el rostro de Joel para que lo vea a los ojos y une sus bocas en un beso.

El profesor está sorprendido por el hambre que presenta sobre sus labios, es rudo y lleno de posesividad, pero él no se queda atrás, lleva una mano a su cintura para que no se caiga y usa su lengua para intentar dominarlo.

Su lengua pelea contra la de Erick hasta que se da por vencido dejando que el menor sea quien lleve el beso, la forma en que su boca es dulcemente torturada la disfruta al punto de tener que respirar pero no querer hacerlo para no separarse.

No es hasta que Erick necesita aire que se separa dejando a ambos hacerlo, la erección de Joel que crece cada vez más se topa con el trasero del menor que se mueve cada que tiene la oportunidad para provocarlo.

Joel lleva sus labios al cuello de Erick, sus manos van a dar a sus caderas y lo carga haciéndolo girar y lo recuesta en la cama.

Se encima en él acomodándose entre sus piernas y su boca recorre el cuello de su alumno, si lo que dijo es verdad y solo lleva una semana en el sitio cree que no ha quedado con nadie más y al recorrer toda su piel y no encontrar ninguna marca sus esperanzas aumentan.

─¿Sabes? Debes obedecerme, soy tu daddy ─regaña en un susurro sobre su oído─ no debes dominar.

─Hay muchas cosas que no debo hacer, como coger con mi maestro, pero no es divertido seguir las reglas─ afirma travieso.

─Un bebé desobediente, puedo castigarte por eso.

Erick ríe discreto, toma de la parte trasera del cuello a Joel y lo acerca delicadamente hasta que su boca roza con su oído.

Joerick: El último (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora