XII

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¡Yah! ¿No te emocionan los dos días que estaremos en un campamento? ¡Tan sólo pensar en la idea me emociona! Dio pequeños saltitos frente al chico.

No realmente. La escuela hace esto todos los años y no es la gran cosa. Ya te aviso que no iré por si pensabas preguntarme. Miró de reojo a la chica.

¿Qué? ¿Cómo que no irás? Detuvo su andar, sorprendida. ¡Jay, vamos! ¡Tienes que ir! ¡Debemos ir juntos!

¿Para encontrarme con más bichos a parte de ti? ¡Qué emoción! Respondió sarcástico.

Soo Young lo miró molesta. Como mencionaron, ese día en la escuela les informaron del tradicional campamento que realiza la escuela. Para la chica era toda una noticia ya que jamás había asistido a una antes; sin embargo para el rubio, era todo lo contrario.

Juntos estaban regresando a casa, como ya era costumbre y se podría decir que su relación había avanzado bastante o al menos así lo sentía Soo Young. Desde aquel incidente en la biblioteca, Jay se mostraba muy atento acerca si la chica había tomado sus pastillas para aquel resfriado y eso la conmovía bastante y la ayudaba, de paso. Últimamente la chica se olvidaba de tomar sus pastillas y estaba un poco angustiada por ese detalle.

¿Tomaste tu pastilla? La chica lo miró asustada. Tómala de una vez, bicho raro. Te pondrás mal de nuevo.

Ella asintió y se la tomó. ¿Por qué se estaba olvidando? ¿Era acaso una efecto secundario? No, claro que no.

Sin darse cuenta, Jay la observó atentamente.

Había notado que algo raro le andaba sucediendo a su amiga y pensándolo mejor, era mala idea dejarla sola. Aquella chica se había perdido el derecho de hacer amigos por juntarse con él y eso, lo había declarado sus compañeros de clase.

Sabes... creo que cambié de opinión. No tengo nada más que hacer esos días así que, iré.

¿Hablas en serio? -Jay asintió sonriendo. ¡Eres el mejor, Park! Feliz saltó sobre el chico para poder abrazarlo y este correspondió alegremente.

Pues sí, aquel chico que al inicio no le agradaba la chica le había comenzado a tomar cariño, y bastante. Además, tenía que estar a su lado para recordarle sobre su medicina, sí, no podía dejarla sola. Una vez llegaron a sus hogares, prepararon sus maletas para el día siguiente estar listos en el campamento.

¡Jay! ¡Despierta dormilón! Soo Young entró por la ventana, otra vez.

¡Te dije que no entrarás mientras siga en mi cama! Con sus sábanas buscaba cubrirse un poco el torso, otra vez. Por lo menos deja que ya esté cambiado, bicho raro.

Estaré esperando abajo, ¡no te demores! Y cerró la puerta de su habitación.

Una vez desayunaron y con sus maletas al lado, juntos se dirigieron hasta la escuela. Apenas cruzaron la entrada, Soo Young notó como todos comenzaron a rumorear tras verlos juntos, de nuevo. Sutilmente observó la reacción del chico a su lado y este sólo apretaba la mandíbula, tenso. Ella tomó la mano del contrario y le sonrió, Jay al verla se relajó y le devolvió la sonrisa.

Subieron al autobús correspondiente y los susurros continuaban: "¿De verdad está él aquí?" "¡Oh, por Dios! ¡Debería tener vergüenza al ir al campamento!" "Sólo espero que Soo Young no corra la misma suerte que ella..." "¿Ocurrió en el campamento, verdad?" "¡Aún la recuerdo como si fuera ayer!"

"¿Ella? ¿El campamento? ¿Exactamente qué fue lo que sucedió...?" se preguntaba Soo Young.

Lo que ambos amigos no se imaginaban, era que su estadía en el campamento iba a ser más tediosa de lo que pensaban.

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Colors for you | Park JayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora