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—Déjame hago mis maletas y voy a tu casa, ¿sí?

—De acuerdo, te estaré esperando. Ambos se tomaron de las manos como despedida. 

Apenas Soo Young cerró la puerta de su casa, se dejó caer en la entrada. ¿Escuchó bien? ¿Jay se quedaría en su casa una semana? Un pequeño grito interno se escuchó en el lugar. Estaba tan nerviosa pero a la vez tan emocionada por tenerlo cerca a ella, aunque fuera un cortísimo tiempo, convivirían juntos. Verlo todos los días, los desayunos juntos, noches de películas y, la mejor parte para ella, la última y la primera persona que vería antes de dormir o despertar, sería Jay. 

Se levantó del suelo y fue a verificar si el cuarto para invitados estaba en orden, antes solían usarla para guardar cosas, así que fue a arreglar un poco la habitación. Sacó las cajas vacías, cambió las sábanas y limpió un poco, aprovechó el tiempo que le quedaba y decidió cambiarse su uniforme. ¿Debería ponerse su ropa usual o una más elaborada? Esas pequeñas dudas le hacían darse cuenta su nerviosismo por la presencia del chico, pero a fin de cuentas, preferiría estar cómoda. 

Dos minutos después tocaron su puerta, era Jay. Soo Young fue a abrirle, emocionada.

—Ya llegué, bonita. Dándole un beso en la mejilla, entró en su casa. 

"¿Por qué luces tanto como un novio hoy, Jay?"

—Te mostraré tu habitación, vamos. Y juntos fueron a la que sería la habitación del chico. 

Las horas pasaban y aunque al inicio fue algo incómodo, lograron acostumbrarse a la presencia del otro. Así que volvieron a tratarse con normalidad. Llegada la hora de la cena, fue idea del rubio invitarla a comer afuera y sin más, se abrigaron y se fueron. Encontraron un local de hamburguesas y entraron. 

—¿Tus padres están de acuerdo con esto? Le preguntó ella después de sentarse. —¿No te discutieron el quedarte conmigo? No es que yo no quiera, pero-

—Hey, bonita. La tomó de las manos. —Ya conversé con ellos, está bien. Además, no será por mucho tiempo.  

La coreana lo miró. —¿Por qué ya no me dices bicho, Jay? Últimamente me dices demasiado bonita, sabes. 

—¿Acaso no lo eres? Le sonrió. —Eres demasiado bonita, Soo Young.

"¡Maldición, Park! No sabes con quién estás jugando"

Tú no te quedas atrás, mi amor. —Acarició la mejilla de él lentamente, poniéndolo nervioso. —Si tan sólo fueras mi novio... Jong Seong.

La aparición de las hamburguesas detuvo su pequeño coqueteo, ganado por la chica en el instante que el estadounidense se puso inquieto. Ahora Jay estaba terriblemente avergonzado, pero desde luego se esforzaría en no aparentarlo. Terminada su comida, acordaron salir a caminar un rato por el parque y como los infantiles que eran, no tuvieron mejor idea que subirse a los juegos junto a los niños pequeños. 

El día se iba oscureciendo más, entonces Soo Young y Jay decidieron volver a casa. Una vez entraron, se cambiaron sus pijamas y se pusieron a ver una película, sugerencia de la chica por supuesto. La coreana aún no quería irse a dormir, anhelaba poder quedarse despierta con su amigo todo el tiempo, pero eso era muy egoísta de su parte. Jay comenzó a bostezar, así que ella comentó para irse a dormir de una vez. 

Ambos llegaron a sus habitaciones, no sin antes el chico haber verificado que su amiga tomara sus pastillas correspondientes. Aquellos acontecimientos no podían volver a suceder. Soo Young se había vuelto alguien tan importante para el chico, que él mismo determinó cuidarla todo lo posible. Se despidió de ella acariciando su cabeza pero un pequeño jalón en su camisa lo detuvo.

—¿Y mi beso de buenas noches, Jay? Preguntó ella en tono infantil. 

—Ya estás grande para eso... bicho. Contestó nervioso.

"¿Se referirá en la frente, no? ¿No me estará sugiriendo que la... bese, verdad?" su cabeza estaba echa un caos.

—Entonces yo lo haré. Tomó al más alto por los hombros y le dejó un beso en la mejilla, cerca a sus labios. Sweet dreams, my love. Y cerró la puerta de su habitación. 

Jay solo atinó a entrar velozmente a su habitación y ya una vez se encontraba solo, comenzó a dar saltitos emocionados por toda la pieza. "Oh my gosh! ¿De verdad fue cerca a los labios?" recordó la escena y volvió a enternecerse. 

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Colors for you | Park JayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora