#31 Mi primer pico

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- Entonces, ¿qué hacéis en mi cuarto? (Compañero de James)
He descubierto la poca habilidad que tiene James para mentir cuando se ha puesto a balbucear y a mirar a todos lados buscando una respuesta. Por muy pocas ganas que tuviera, le agarré el pecho de la camiseta y le di un pico para después dirigirle una sonrisa falsa a su compañero.
- ¿Por casualidad no tendrás herramientas de sobra que puedas prestarme?
Leonard, o al parecer se llamaba asi, pasó dándole un empujón en el hombro a James y me dió una caja de herramientas medio oxidada,  primero miré mal a la caja para después mirarle a él.
-Solo la caja está mal, el contenido está perfecto si quieres míralo (Leonard)
-Eso acaba de sonar a camello que no veas, por si acaso lo creías, no soy un rey mago
Me miró aún peor de lo que yo le había mirado antes y decidí abrir la caja, había un par de destornilladores de diferentes puntas, una llave inglesa y puntas de taladro sin el taladro al que les pertenecían, saqué las puntas y le miré otra vez bastante mal.
-¿Y esto por donde se supone que me lo tengo que meter?
-Prefiero fomentar que le des pie a tu imaginación (Leonard)
- Bueno... Mejor nos vamos a una ferretería ¿verdad Damy? (James un tanto nervioso)
James me sacó de arrastras de su  piso, ya en la calle liberados de la presencia de Leonard, él tomó aire profundamente y una vez que se sintió más tranquilo me miró.
-¿Que ha sido lo de ahí arriba?(James)
-Se llama salvarte el culo para que dejes de balbucear desesperado
James se frotó la cara para intentar despejarse.
-Por lo menos dime qué es verdad lo de que acabas de cumplir los dieciocho (James)
-No, mi cumpleaños es en tres meses
-Perfecto, ahora soy un asalta cunas que se da picos con menores (James)
-Creeme que no habría cambiado mucho las cosas si tuviera los dieciocho, la edad es solo un número
-Ya, y la cárcel es sólo una habitación (James exagerando)
-Tampoco te pongas así James, fue una medida extrema para salvarnos, no se va a repetir ni tú vas a ir a la cárcel, ahora vamos a la ferretería de una maldita vez antes de que te dé un ataque.
James y yo caminamos unas cuantas calles hasta que llegamos a una ferretería, decidimos que primero sacaríamos fotos a la cerradura para saber lo que necesitábamos y que después volveríamos a por todo y así no tendríamos que gastar en cosas innecesarias.
En el camino de vuelta, paramos en un cibercafé y nos pedimos un par de cafés con unas magdalenas.
-¿Que tal te encuentras?, se te ve más relajado que cuando salimos de tu casa
-Sinceramente no lo sé, nunca me había puesto tan nervioso y aún no te di las gracias por salvar la situación, siento que no he hecho más que quejarme.
-No pasa nada, me gustaría que siguiéramos siendo los James y Damy de siempre y que olvidasemos lo que pasó.
James asintió con la cabeza y le dió un sorbo a su humeante café.
-Me parece lo más correcto(James)
Le sonreí y el me devolvió una de sus sonrisas con hoyuelo incluido.
-Bueno, creo que tengo que ir marchandome, mañana hay clases y he de dormir mucho para explicar por qué alguien que audiciona para flor acaba siendo Alicia.
-Espera un momento, pago y te llevo en mi moto(James)
-De verdad que agradezco que quieras llevarme, pero me aterrorizan las motos y si empiezo a caminar ahora aún será de día cuando llegue a casa
-¿Como puedes tenerle miedo a las motos?, para mi montarme en la moto y conducir por una carretera vacía mientras me da el viento en la cara es como ir a terapia, calma todas mis ansiedades (James)
-Las motos son ruidosas, peligrosas y una vez una profesora me enseñó una enorme cicatriz que se hizo al caerse de una moto de adolescente, así que no gracias
-Vamos Dany, sabes que voy muy despacito (James)
-No, y además le dije a mis padres que iba a la biblioteca con Sandy y mi padre os tiene fichados a ti y a tu moto, mejor me ahorro una bronca
-Entonces te dejo cerca de tu casa (James)
-No me vas a dejar en paz hasta que me monte en tu moto ¿Verdad?
-Verdad(James)
-Pues ya que me llevas a casa déjame invitarte al café
-No es necesario (James)
-¿Puedes al menos dejar que una cosa sea como yo quiero?
-Está bien, paga y vámonos(James)
Pagué y nos fuimos caminando hasta su casa, una vez en su garaje, me coloqué el casco, me subí a la moto, me abracé muy fuerte a él y cerré los ojos hasta que se paró a una calle de mi casa.
-¿Te dejo aquí o sigo hasta más adelante?(James)
-Aquí es perfecto
Bajé de la moto, le dí el casco y él lo guardó en el compartimento de debajo de su asiento y nos despedimos, el arrancó y yo caminé hasta mi casa.
Cuando entré, un olor a hamburguesa invadió mis cosas nasales, me adentré a la cocina y mientras papá ponía la mesa mamá hacía la carne.
-Hola cariño, ¿Que tal en la biblioteca?(Mamá)
-Muy bien, estoy hambrienta
-Pues le dimos la noche libre a Mariela, así que decidimos hacer unas hamburguesas, sube a ponerte cómoda que cenaremos enseguida (papá)
-Está bien, ahora bajo
Subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, me di una ducha y me puse un pijama para después tumbarme en la cama mirando al techo, hoy me acababa de dar mi primer pico y tenía la mala suerte de que si pretendía que siguiéramos siendo los James y Damy de siempre, no podía llamar a Sandy para contárselo.
-DAMY BAJA A CENAR(Papá desde la planta de abajo)
-VOY
Salí de mi cuarto y bajé las escaleras hasta el comedor, allí me esperaban papá, mamá y unas hamburguesas de seitán con queso, cenamos, charlamos tranquilamente y una vez terminé mi hamburguesa, ayudé a recoger, fregué los platos y me fui a dormir.

Viviendo con Damy (libro 3)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum