Capitulo 5 - Soy Diferente.

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Tres días más tarde, abrí la puerta de mi casillero con un golpe violento intentado soltar toda la frustración que sentía. No podía ni siquiera mirar a la señorita Calle en la cara después de lo que había sucedido.

Juana bostezo a mi lado y escupió un cigarrillo en el suelo, que me quede mirando a sus pies, y por primera vez sentí un extraña sensación, suspire y abrí de nuevo mi casillero de donde saque un pañuelo y recogí el cigarrillo desde la tierra para después lanzarlo en el bote de basura mas cercano.

- ¿Qué demonios estas haciendo? - pregunto Juana con el ceño fruncido.

- Nada - le respondí de manera seca, pero intentado dejar lo que había echo de lado, ni siquiera yo sabia por que lo había echo.

- Dios esa perra..... - expresó y tuve que respirar muy, muy profundo.

- Deja de llamarla así, es una palabra que odio - le dije y Juana alzo una ceja.

- Oh, ¿la odias? ¿desde cuando? - pregunto y apreté los dientas para volverme a mirarla.

- Vete a la mierda - le dije pero aun así ella continuó.

- Vete a la mierda tu, Todos sabemos como se te mueve el piso por esa perra - dijo y cogió su mochila para después darse la vuelta - ¿por que no te vas a la mierda con esa pera de Miss Calle? - dijo y yo di un golpe al armario metálico antes de saltar sobre ella para caer al suelo mientras la golpeaba en la cara. En ese momento los estudiantes se alejaron y yo oí algunas voces.

- ¿Qué mierda te pasa? - grito mientras se cubría la boca y yo me tapaba la nariz, no podía respirar, y vi como la sangre caía en el suelo.

- Eres una perra.... Vete a la mierda Garzón - grito Juana.

Después de eso vi venir al profesor Simpson para preguntar si estaba bien, detrás de el en la multitud, vi el rostro de la señorita Calle observándome. Empuje al profesor Simpson y me aleje de hay, "A la mierda la escuela".

(...)

Mire las largas filas de alimentos que tenía al frente, necesitaba zanahorias, acababa de poner tres en la bolsa cuando oí una voz detrás de mi.

- No deberías tomar esos - escuché y me quede sin aliento ante esa voz. La señorita Calle estaba detrás de mi, con una cesta de plástico en su brazo, impecable como siempre - toma aquellas - dijo mientras señalaba las zanahorias pre-empaquetadas en una estantería. Me quede mirándolas, si, a las zanahorias, y a continuación volví mi vista a esos maravillosos ojos color avellanas que tanto me encantaban.

- Ah - dije mientras las tomaba. Me volví hacia la señorita Calle y ella me miro con una ceja levantada.

- Y ni si quiera preguntas ¿por que? - dijo y sentí como mis mejillas se sonrojaban, incline de nuevo la cabeza y tome el paquete de la canasta para leer la etiqueta. Después de unos segundos dije.

- ¿Por que son orgánicos, libres de transgénicos y libre de pesticidas?... Ah, y crecido en Ohio - dije con calma, levante la vista y ella estaba frente a mi con una pequeña sonrisa.

- Así que ya sabes que incluso aquellos van muy bien - dijo Miss Calle señalando a los tomates en mi cesta y yo suspire - ¿Cómo esta la nariz? - pregunto y me encogí de hombros.

- Es.... - no digas mal, no seas marica, no digas que duele como el demonio - no es nada, esta bien - le respondí y ella tomo mi barbilla entre sus dedos y tuve que tragar saliva.

- ¿Segura? - pregunto y yo no entendía. Oh, la nariz claro.

- Yo.... no importa.

- Deberías tener mas cuidado con una nariz tan hermosa - dijo y tuve que parpadear varias veces mientras la seguía de nuevo.

- ¿Qué quiere decir? - pregunte y la señorita Calle solo sonrió y negó con la cabeza.

- Nada.

- Su nariz tampoco esta mal - murmure y la señorita Calle sonrió bajando su rostro pero no dijo nada al respeto.

- ¿Entonces es solo en la escuela que actúas como una chica mala? - pregunto y yo respire hondo.

- Profesora, mire.... Lo siento por el dibujo - dije y alzo mis ojos solo para examinar su reacción, pero la señorita Calle solo siguió caminando por el pasillo con esa leve sonrisa en su rostro y yo continué - yo.... - aclare mi garganta - yo no quería que lo viera, en serio.

- Lo se - ella respondió finalmente y yo la mire fijamente a los ojos mientras ella se quedo en silencio durante unos minutos - ¿Qué hace una joven punk durante las vacaciones de navidad? - pregunto con una sonrisa, "Dios, por favor no dejes de sonreír" pensé y solo me encogí de hombros.

- Yo trabajo, nada fuera de lo normal - respondí y la señorita Calle frunció en ceño - ¿trabaja? - preguntó y asentí.

- Si, trabajo en Azul Bar, tal vez lo conoce.

- Y.... ¿Cómo haces con las clases?

- Tengo el turno de la noche - respondo.

- Oh - dijo y se aclaro la garganta - y Tu..... Bueno, eres una.... - intento decir y yo solo me eche a reír mientras negaba con la cabeza.

- No, no, yo estoy en la barra - le aclaro - además aunque ellos quisieran no podrían ordenarme hacer eso - le digo

- ¿Por que? - pregunta y me parece extraño ya que todos en la escuela saben sobre mi condición.

- ¿Usted no lo sabes? - pregunto y ella niega con la cabeza.

- ¿Saber que? - pregunta con intriga.

- Yo.... bueno soy muy diferente a las demás chicas - le digo con calma y ella me ve aun mas confundida - yo.... soy intersexual - le digo y ella me ve sorprendida, y por una milésima de segundo baja sus ojos a mi entrepierna para después verme rápidamente a los ojos.

- Ah, ya veo - responde y juro que vi alivio en su rostro.

Mas silencio.

- Y.... ¿Qué hace una chica joven y hermosa como usted trabajando en un bar y por lo que veo en tu cesta, viviendo sola? - Woah, ¿ella acababa de llamarme hermosa?.... suspire.

- Yo.... - intente decir pero solo levante la vita y vi para otro lugar.

- Lo siento, lo siento, yo no quiero exagerar o superar alguna barrera infranqueable entre el profesor y el estudiante..... Lo siento - dijo de manera rápida y yo solo negué con la cabeza.

-No importa, todo el mundo sabe mi historia - dije y la señorita calle me miro, Dios yo nunca había visto sus ojos de tan cerca. Eran.... Era un mar de avellana, un mundo done sin dudar me perdería siempre.

- Si un día quieres contármela, yo estaría encantada de prestarte toda mi atención - dijo por último.

Ese día me fui a casa con tres latas de sopa, una bolsa de zanahorias, medio kilo de tomates, algo que parecía sardinas enlatadas y un tuvo de queso azul. Pero sobre todo tenía una gran sonrisa que mi rostro, que estoy segura que nada ni nadie podría quitármela.

Eres la cura de mi tormento, ( Caché G!p.) Where stories live. Discover now