Capitulo 16 - Lo siento.

4K 238 19
                                    

- ¿Eres creyente Poché?

Observaba nuestros pasos sobre el pavimento mientras caminaba, tratando de no tocar las líneas. Algo un poco infantil, pero no me importaba.

- Una vez yo creía en Dios, si - dije y la señorita Calle siguió.

- ¿Por qué perdiste tu fe? - pregunta y suspiré suavemente.

- Es difícil creer en algo cundo es usado en tu contra, tal vez yo todavía creo en Dios, pero no en la iglesia - dije y ella me miró sin decir nada

Juro que escuche algo que se movía detrás de nosotras, fruncí en ceño mientras me daba la vuelta.

- ¿Que? - pregunto la profesora.

- Yo... No, nada - volví sobre mis pasos.

Trate de mantener mi equilibrio en el borde de la acera. La voz de la señorita Calle era dulce y tranquila.

- Bradley me dijo que sacaste cien en el trabajo.

- Fue suerte - murmuré sin mirarla.

- No, no mierda. María José Garzón. No me digas tonterías, tu sabes todas las respuestas por qué eres muy muy inteligente - yo solo solté un bufido y trate de decir algo, pero ella continúo - ¿Por qué lo haces? Has.... Has repetido ese maravilloso poema - sonreí mientras miraba mis pies - Poché, mírame. No hagas eso - murmuró la señorita Calle - por favor - la mire durante lo que pareció interminable. Y entonces suspiré y dije con seriedad.

- Yo no tengo un futuro, señorita.

Fue la última frase que dije, por qué los ojos de la señorita Calle se fueron detrás de mi, donde se escuchaban varias voces.

Abrí los ojos y me di la vuelta, golpeando la cara de un chico, que retrocedió mientras se tapaba la nariz. La señorita Calle gritó. Me volví y la Vi en las garras de dos chicos.

- Nos vemos de nuevo perra.

- La puta me rompió la nariz - trate de librarme, pero los brazos que me sujetaban eran demaciado fuertes para mí.

- ¡No la toques! - le grite al chico con el pelo rubio que sontenía a la señorita Calle.

- Oh, no te preocupes, todavía tengo que terminar el trabajo que empezamos ¿Recuerdas? Y no habrás tiempo para tu amiga - dijo uno pero al que le rompí la nariz parecía muy molesto.

- Vete a la mierda, puta - me dió un puño en la cara y conocí el dolor tan familiar. Le di una patada en la espinilla y el respondió con otro golpe.

Golpeé la cara del que si no recordaba mal, era Roy, lo suficiente fuerte como para que aflojara su agarre y baje la mano asta el bolsillo de mis pantalones. Aferre el cuchillo en mi mano y lo clave en el muslo firme de Roy, quien gritó y me soltó.

- Poché....

Lo deje en libertad de inmediato y corrí hacia la señorita Calle.

Sentí una mano en mi cuello. Roy trato de tomar mi cuchillo pero lo empuje hacia atrás. El todavía estaba desplomado sobre mi, y eso pareció sorprenderle.

Tome el cuchillo lentamente cayendo al suelo. En un charco de sangre en sus pantalones.

- ¿Poché? - me di la vuelta.

La señorita Calle estaba temblando y tenía lágrimas en los ojos. Me acerque, pero ella retrocedió con temor viendo mis manos y mi ropa. Mire hacía abajo, cuando levanté la vista la señorita Calle tenía su teléfono en la mano.

No recordaba lo que había sucedido. Aún así, parecía grave. Y eso es lo último que recuerdo antes de ver todo ponerse negro.

(...)

Eres la cura de mi tormento, ( Caché G!p.) Where stories live. Discover now