Capitulo 17 - Criminal.

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El sol por la mañana se filtró a través de las ventanas. Una figura, envuelta en una bata rosada apareció en la puerta, mientras me lanzaba una mirada incierta. Era muy extraño para mí verla en esas circunstancias.

- ¿Tienes hambre? - susurró, con su voz aún ronca por el sueño. Suspiré y asentí con la cabeza y su pequeña sonrisa apreció y yo estaba tan agradecida por eso - ¿Te gustan los Pancakes?

Mi rostro se iluminó con una sonrisa ante eso. “Dios no comía Pancakes desde hace una eternidad”.

Tomé un gran bocado y la señorita Calle me entregó  un olla con jarabe de arce

Y Dios, si, también podría haber muerto en ese momento.

Miss Calle río sobre su taza de café mirando mis mejillas hinchadas, señaló un punto en mi cara y yo tomé la toalla y limpie mi rostro.

- Toma, antes de que te ahogues - dijo mientras me daba un gran vaso de leche de soja.

- Mh, faffrias - me aclare la garganta - ¿Que? - pregunté secándome con una toalla preocupada de tener algo mas en mi cara. La señorita Calle suspiro y respondió:

- Nada.

Dijo con una sonrisa y yo se la devolví.

(...)

Me quite el cinturón y tire los pantalones en la bolsa que la señorita Calle me entregó dónde contenía el resto de la ropa.

- No te preocupes, tengo algunas ropas viejas que te pueden ir bien - dijo la señorita Calle mientras veía mi cuerpo ya que solo tenía mis boxer, me sentía expuesta pero no incomoda. Ella salió hacia el ático y la seguí, abrió un armario viejo que estaba lleno de ropa de hombre - el tamaño de mi padre Germán, debe de adaptarse a ti. Oh, mira.... - saco una vieja chaqueta de cuero, pero era hermosa, y se parecía tanto a la que tenía.... - era el orgullo de su armario - "Ya veo por que, si es hermosa". Me aclare la garganta y la señorita Calle sonrío - Bueno es un poco grande, obviamente, pero estoy segura que te mantendré cálida - dijo y juro que yo admiraba a esa mujer, le sonreí.

- Gracias, lo devolveré mañana - dije y Miss Calle negó con la cabeza.

- No, no, quédatelo, es tuya ahora - dijo y parpadee un poco sorprendida.

- Señorita, no puedo aceptar, su padre.....

- Estoy segura que no le importara - La señorita Calle apretó mi brazo - tómalo - dijo con una sonrisa que tuve que tragar saliva y mirar a otro lado por que tenía unas inmensas ganas de llorar y la señorita Calle acarició mi mejilla izquierda - vamos a ver si podemos encontrar un par de pantalones, no puedo dejarte ir por ahí con esas cosas - reí entre entre lagrima ahogadas mirando mis calzoncillos.

(...)

Me puse las botas y me levanté. No quería ir a casa, pero tampoco tenía nada mas que hacer ahí, y preguntarle si necesitaba arreglar algo me parecía pretencioso y arrogante, como si quisiera su dinero después de que me había ofrecido refugio y la ropa de su padre.

- Adiós señorita, no se como darles las gracias por esto... - me referí a la chaqueta ya que estaba facinada con ella, y ella solo me sonrió.

- Cuando necesites algo, incluso un lugar para alojarte en un mal día, mi puerta esta siempre abierta para ti - asentí con la cabeza sin decir nada y abrí la puerta - tengo varias bombillas que cambiar - dijo y me volví hacia ella - ¿estas libre el martes?

Sonreí y asentí con la cabeza para después salir de esa agradable casa.

(...)

- Cristo ¡lo sabía! ¡estoy orgullosa de ti! - Juana me dio unas palmadas en la espalda con fuerza y yo fruncí el ceño.

Eres la cura de mi tormento, ( Caché G!p.) Where stories live. Discover now