「Señor Pichón」

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Estábamos en clases de deporte, precisamente, jugando quemados—Los que atacarán ahora serán...—El profesor nos miró mientras nos examinaba—Tú—señaló a mi amiga pelirosa—Y tú—me señaló—Los demás serán los perseguidos, cada uno tendrá dos vidas—seguido de esto se fue, hace un momento el señor Damocles lo había llamado.

La pelirosa y yo nos miramos, ambas asentimos y sonreímos con maldad—¡HOY SE MUEREN PVTOS!—exclamé y me puse en un extremo de la cancha deportiva, Alix se puso a mi lado, ambas teníamos un pequeño contenedor con balones atrás nuestro.

—Veamos que tan buenos son esquivando—sonrió mi compañera de matanza.

Puedo jurar que nuestros compañeros temblaban, no sabían de quién debían preocuparse más—Empecemos...—advertí y vi que ellos se pusieron en posición de alerta.

—¡AHORA!—exclamó Alix y ambas levantamos los balones—¡CORRE KIM!—gritó con una sonrisa maliciosa y seguido de esto, tiró el balón dándole en la espalda, provocando que su cara se estrellara contra el suelo.

Hice una mueca, sé lo que se siente, se podría decir que hasta tengo un doctorado en estamparme contra el suelo—¡¿TE DOLIÓ?!—pregunté con inocencia.

Kim levantó su cabeza—¡NO! ¡QUE VA!—respondió con burla, fruncí el ceño y le di con el balón, volviendo a estamparlo contra el suelo, luego tomé otro.

—¡SOBATE!—grité con burla—Por las webas me preocupo—dije y tiré la pelota hacia atrás, dándole a Alya, quién estaba atrás de mí.

Volví a la acción, miré a mis compañeros—Ya me encargué de la mayoría—dijo la pelirosa orgullosa de su cometido, vi que quedaban Marinette, Alya, Adrien, Chloe y Juleka (Marinette tiene experiencia en esquivar ataques) pensé.

—No me esperaba que Chloe sea buena esquivando—dije sorprendida, no me esperaba esa habilidad de la rubia—Alya sólo tiene una vida—avisé—¿Y el resto?

—A todos les queda sólo una vida, esto será pan comido—dijo y sonrió—Déjame a Chloe—dijo y comenzamos a atacar.

Yo levanté el balón y amenacé con tirárselo a Juleka, pero en el último instante cambié de objetivo y se lo tiré a la azabache, tomándola desapercibida—¡Sorry Mari!—dije al ver que le quité su ultima vida, ella sólo sonrió y aceptó su derrota.

Tomé otro balón y me dispuse a tratar de darle a Adrien—¡Fallaste!—dijo en un tono burlón al esquivar mi ataque. Gruñí y tomé otro balón dispuesta a volver a intentarlo—¡Fallaste otra vez!—volvió a burlarse (Borraré esa maldita sonrisa burlona de tu cara) pensé con furia, ya me encabroné.

Bien dicen que no debemos hacer acciones cuando estamos enojados, todo se dice por una razón.

Tiré el balón con toda mi furia, pero el Rubio volvió a esquivarlo, me dispuse a querer tomar otro balón, pero el destino tenía otros planes para mí.

El balón había rebotado con la cesta de baloncesto y se dirigió hacia mí, dándome en toda la cara y caí de espaldas al suelo.

—Ow—me quejé, escuché a mi amiga pelirosa carcajearse por lo sucedido—Me muero~—dramaticé aún en el suelo.

—No seas exagerada _______—dijo la pelirosa mientras sonreía y se acercaba a mí—Así sólo preocuparás más a Adrien—señaló al susodicho, quién estaba a su lado.

Levante mi brazo señalando hacia el cielo—Veo una luz—seguí dramatizando ignorando lo que dijo la ojiazul.

—Es el sol pendeja—respondió la pelirosa con obviedad.

Oвrα dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × LectoraWhere stories live. Discover now