「Volpina」

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—¡Despierta despierta! ¡Día de escuela!—exclamó Aria mientras saltaba animadamente sobre mí.

—Ay, estoy morida—me quejé y me tapé con el cobertor—5 horas más—pedí tratando de volver a dormir.

Ciertamente, mi alarma se quedó sin trabajo, Aria siempre se levanta temprano y ayuda a despertarme, lástima que a ella no la puedo tirar por la ventana como con mis otras alarmas.

Me levanté con toda la flogera del mundo y me estiré para quitarme la pereza, bostecé y me levanté dispuesta a empezar un nuevo día, pero antes de dar el primer paso, me dio pereza y me tiré nuevamente sobre la cama.

Aria suspiró—Tal parece que será por las malas...

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—¡No había necesidad de tirarme agua!—reclamé caminando hacia el instituto.

Mis madre insistió en que era un hermoso día y que debía caminar, así que no tuve de otra más que mirarla mal y salir de mi casa indiganda.

—Oh vamos, ¡Estás en la primavera de la juventud! Una adolescente llena de energía que no debe ser desperdiciada—explicó Aria animandome a no ser tan ociosa.

Cosa que es imposible ya que ser ociosa es 99% parte de mi...

Suspiré y caminé a paso tranquilo hacia el instituto, tenía como 35 minutos antes de que comenzaran las clases, tenía tiempo de sobra.

Fui con calma y Aria iba mirando atentamente, y de forma discreta para que nadie la viera, las calles de París tratando de memorizar los caminos.

Despues de una caminata de aproximadamente 20 minutos, llegué al colegio.

—¿Y ese milagro?—oí decir a alguien tras de mi, volteé y vi a Alix acercarse a paso tranquilo—¿Te caíste de la cama o qué?—preguntó con burla.

Reí y me encogí de hombros—Algo así—dije.

Vimos a Nath sentandose en la banca de siempre, por lo que deduzco que llegó poco tiempo antes que nosotras—¡Mira tómate! ¡________ madrugó!—exclamó la pelirrosa mientras nos acercábamos a nuestro amigo ojiturquesa.

—¿Y ese milagro?—preguntó con sorpresa y algo de burla.

—Ja ja miren cómo me rio—dije con sarcasmo pero no pude ocultar mi sonrisa, esto me divertía.

La mañana era extrañamente tranquila, como si fuera la calma antes de la tormenta, o tal vez sólo era yo siendo paranoica.

—¡Hola!—oí una voz femenina saludarnos, volteé a ver a la dueña de aquella voz.

A mi lado estaba una chica que nunca había visto en el instituto, de un largo cabello color café y con ojos olivos, era bonita, debía admitirlo.

—Disculpen la interrupción, pero creo que me perdí, estoy buscando este salón—dijo y señaló una escritura que tenía en su horario.

—Es el salón de allá—dijo Alix y señaló nuestro salón que quedaba en el segundo piso.

La ojioliva sonrió—Muchas gracias—agradeció e hizo una pequeña reverencia—Soy Lila Rossi, estudiante de intercambio, vengo de Italia—explicó y me extendió su mano.

Sonreí—Soy ________ (T/A), pero llámame _________—dije y tomé su mano devolviéndole el saludo, Lila miró a los demás.

—Alix—se presentó la pelirrosa.

—Nathaniel—habló el ojiturquesa imitando el saludo de la susodicha.

Ella les sonrió, pasó su mirada por nosotros y se detuvo en el dibujo del pelirrojo.

Oвrα dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora