Capítulo 17.

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17 de Octubre del 2016.




Miré el techo y tomé una respiración profunda mientras me aferraba a la sábana que cubría mi cuerpo. Volteé un poco de reojo para mirar a Bruno, está dormido plácidamente, tranquilo. Si no lo conociera y esta fuera la primera vez que lo viera, entonces diría que es un ángel y que es buen hombre.

La forma en la que duerme, en la que su respiración es tranquila y su gesto está relajado, lo hace ver como un niño al que quieres abrazar hasta no poder más.

Pero la realidad es otra, detrás de la apariencia de un tipo dulce, se esconde un hombre despreciable.

No he podido pegar el ojo en toda la noche, la noche que me hizo pasar con él. Es como si no quisiera que me fuera, como si solo quisiera tenerme a su lado después de tener sexo. Pero yo no me siento cómoda a su lado, lo único que quiero es saltar de la cama e irme muy lejos de él, deseo desaparecer el miedo que le tengo.

Sé que es imposible.

Y que así es como se siente dormir con el diablo.

Esta es como la tercera ocasión que paso una noche entera con Bruno sin volver a casa, tres veces durmiendo con él en solo dos semanas. Y ya no deseo una cuarta.

Solté un suspiro bajo y exhausto mientras me incorporaba poco a poco, tratando de no despertarlo. Tomé la sábana y me cubrí.

Él se removió un poco, antes de seguir durmiendo.

Caminé a paso lento al baño y cuando llegué, coloqué mis manos sobre el lavabo. Tomé respiraciones profundas, intentando aguantar las náuseas y esperando a que el mareo pasara.

No sucedió.

Inmediatamente me arrodillé junto al retrete y me apoyé contra él, mi garganta ardió como los últimos días en los que he estado así. Todo me provoca náuseas e incluso si no he comido, no sé como es que logro vomitar algo.

Dios, esto es un asco.

Una vez que todo pasó y después de que me quedé algunos segundos más asegurándome de que no volvería a vomitar, me levanté lentamente y volví al lavabo. Me refresqué el rostro y lavé mis dientes, borrando todo rastro de suciedad.

Escuché mi celular sonando en la habitación por lo que tomé respiraciones profundas y salí a contestar. Aún con la sabana envolviendo mi cuerpo me acerqué a la mesita de noche y miré la pantalla de mi celular.

Es Thomas.

Carraspeé y contesté.

―¿Tommy? ―Fingí un bostezo.

―Hola, Larita ―Saludó―. Oye...uhm, he entrado a tu habitación esta mañana y no te encontré, ni siquiera te escuché llegar. ¿Estás bien? ¿Dónde estás? Me asusté cuando no te vi.

―Estoy bien, Tom. Solo se me hizo tarde anoche y no encontré taxi para regresar a casa.

Fijé mis ojos en Bruno cuando se quejó un poco mientras despertaba.

Vuelve a la cama, Lara ―Su voz sonaba adormilada. Se talló los ojos y parpadeó antes de enfocarme.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICODär berättelser lever. Upptäck nu