Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICO

Capítulo 19.- Parte II.

18 de Noviembre, 2016.

Abrí los ojos lentamente, adaptándome a la luz. Una vez que terminé de abrirlos, observé el techo blanco y pulcro.

¿Dónde mierda estoy?

Me removí un poco al sentir un poco de dolor en mi vientre. Me llevé las manos a él e hice una mueca.

―¿Cómo te sientes? ―Preguntó una voz que reconozco muy bien; Bruno.

Rápidamente giré mi cabeza en esa dirección, él estaba sentado en una silla en la esquina. Al notar lo que había en la habitación, paseé mis ojos por todo el lugar, sintiendo el pánico invadirme.

―¿Dónde estamos? ―Pregunté y me incorporé lentamente, por los movimientos, el dolor se hizo un poco más fuerte―. ¿Por qué me...?

―Estamos en una clínica ―Interrumpió.

Parpadeé, sintiendo como mi pulso se aceleraba más.

―¿Clí...clínica? ―Repetí en medio de un susurro―. ¿Por qué me has traído aquí?

Se levantó de su asiento y dio un par de pasos hacia la cama.

―Terminé con lo que tú y tu necedad se negaban a hacer ―Soltó con frialdad―, antes de que fuera más tarde.

―¿Qué quieres...decir con eso? ―Balbuceé, intentando que me confirmara lo que muy en el fondo ya sabía.

―Te traje aquí para que interrumpieran el embarazo.

Negué con la cabeza.

―No...no es verdad ―Mis ojos se llenaron de lágrimas―. Estás mintiendo.

Apretó los labios y me miró con fijeza.

―Estoy diciéndote la verdad, Lara ―Expresó―. El problema se fue.

Me llevé una mano al vientre y de nuevo sacudí la cabeza de un lado a otro.

―No lo hiciste, por favor dime que no lo hiciste ―Rogué, las lágrimas empezaron a escapar de mis ojos, nublándome la vista. Bruno guardó silencio, no me dio ninguna contestación―. ¡Responde! ¡Por favor dime que no me has hecho esto!

―Lo hice.

―No...no podrías ―Formulé.

―¡Lo hice, Lara! ¡Lo hice! ―Bramó.

Solté un sollozo y bajé la cabeza, intentando asimilar esto.

―No...Bruno...

―Vístete, debemos irnos ―Dijo, dejando mi ropa sobre la camilla puesto a que estoy en bata.

De nuevo lo miré, esta vez con odio.

Ni siquiera le importa como me siento, no le importa nada. No tiene sentimientos, no tiene corazón.

―Eres un monstruo... ―Susurré―. ¿Cómo...pudiste hacerme esto?

Desvió la mirada y negó un poco.

―Tal vez no lo veas ahora, pero esta era la mejor decisión ―Expresó, su tono de voz tenía un matiz de algo que no podía identificar―. Te esperaré afuera.

Caminó a la puerta y abrió, después cerró detrás de él y me dejó sola en la habitación.

Apreté los dientes y tomé mis zapatos, los lancé con fuerza contra la puerta, ocasionando un estruendo.