Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICO

Capítulo 26.

02 de Enero, 2020.

Lo escuché pronunciar mi nombre. Su tono era de sorpresa, como si realmente no esperara verme.

Me alejé unos cuantos pasos de espaldas, hasta finalmente salir del pasillo.

―¡Espera! ―Lo escuché llamarme, sin embargo, no me detuve. Dejé la película en el primer estante que se me cruzó.

No me quedaré a hacer fila para rentarla.

Lo que quiero es estar lo más lejos posible de Bruno. No quiero tenerlo cerca de mí.

Salí del local, aferrándome a mi bolsa y cruzando todo el centro comercial.

Bruno me alcanzó finalmente, tomó mi mano con suavidad para detenerme. Me zafé de golpe, sintiendo al pánico invadirme, consiguiendo que de nuevo me sintiera débil e inferior a su lado.

¿Por qué siempre consigue que me sienta así?

¿Cómo puedo superar el miedo que le tengo?

―Por favor, no te vayas.

Lo miré, alejándome un poco para poner distancia. Me abracé a mí misma, como si eso fuera a darme un poco de protección.

―¿Qué quieres de mí? ―Siseé―. ¿No te bastó con lo de la última vez? ¿Vienes a insultarme de nuevo? ¿Decirme zorra o prostituta hasta cansarte?

Cerró los ojos con fuerza, negando con la cabeza.

―No, no quiero eso, Lara ―Formuló―. En realidad...quiero disculparme.

―¿Disculparte? ―Repetí.

Sus ojos grisáceos de nuevo me enfocaron. Asintió, muy seguro de sus palabras anteriores.

―Sí ―Dijo―. Escucha, he sido un completo cabrón contigo desde la primera vez, he hecho un sinfín de cosas horribles, sobre todo a ti. Y soy consciente de que no hay nada en este mundo que pueda justificar mis acciones, no hay nada que pueda justificarme. Pero por lo menos, quiero disculparme por la forma en la que te traté la última vez que nos vimos. Lo hubiera hecho antes, pero estoy en esto de hacer lo que me pediste; alejarme de ti. Sé que lo correcto es dejarte ir, mantenerme lejos de ti y dejar que tengas una vida tranquila, sin irrumpir o atormentarte. Es lo mínimo que puedo darte.

Dejé escapar una risa baja.

―¿Y esperas que crea que tus disculpas son sinceras? ―Inquirí, en un tono irónico―. ¿Después de las cosas que has hecho recientemente?

―¿Las cosas que he hecho?

―Mandaste a golpear a Oliver Cross y a sus ayudantes y después me enviaste un mensaje. No necesitaba que golpearas a nadie por mí, la justicia ya se estaba encargando de ellos.

Aplanó los labios.

―Bueno, eso sí fue provocado por mí. ¿Pero qué esperabas que hiciera? ―Cuestionó―. ¿Quedarme de brazos cruzados después de que casi mueres por su culpa?

―¿Y que hay del antifaz que enviaste? ―Apreté los dientes―. ¿Crees que es divertido recibir un paquete así y una nota en la que preguntas si lo volveré a usar?

Sus cejas se hundieron un poco, hasta parece confundido.

―¿El antifaz? ―Repitió, su tono fue bajo, como si estuviera procesando lo que dije―. ¿Qué anti...?

―Y cuando fuiste al trabajo de mi hermano ―Interrumpí―, ¿qué esperabas conseguir con eso?

Su mirada se tornó más confusa.