Capítulo 42.

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Londres, Reino Unido.



02 de diciembre, 2009.


Neal Hardy.



Golpeteé el piso con la suela de mi zapato, al ritmo del sonido de las manecillas del reloj. No lo hago por diversión, lo hago sin pensar y por el nerviosismo.

Solo puedo mirar el suelo, intento ignorar la mirada que mi psiquiatra me da.

Sé lo que dirá.

Sé por qué estoy aquí.

―Tu hermano me ha mencionado que las pesadillas empeoraron ―Rompió el silencio al que ya me había acostumbrado después de un rato―. Que te despiertas todas las madrugadas gritando. ¿Eso es cierto?

No contesté.

Si Nathan ya lo habló, ¿para qué quiere que se lo confirme?

―¿Alain? ―Insistió.

Sí, empeoraron.

No hay noche que no despierte gritando, sufriendo, con miedo. Son tan reales...son como si de nuevo estuviera en ese sótano.

Como si la historia se repitiera una y otra vez.

―Bien, no quieres hablar de ellas. Entiendo ―Suspiró, quitándose los lentes y dejándolos a su lado―. Ya sabes la verdadera razón por la que estás aquí hoy. Tu hermano quiere que hablemos sobre lo que pasó hace dos días.

Y las manos me empezaron a temblar.

Todo mi cuerpo comenzó a temblar.

―¿Por qué no llamaste a emergencias? ―Cuestionó―. No te estoy juzgando, ni culpando, antes de que lo pienses. Solo quiero entender tus razones, que me cuentes qué fue lo que pasó.

Me tallé las manos con nerviosismo, aún con la vista clavada en el piso.

―Tu hermano está preocupado por ti. No has dicho mucho desde lo que le pasó a tu vecina. Si temes que alguien te culpará de lo que le sucedió, te aseguro que no es así. Estás en un lugar seguro, Neal. Puedes hablar con libertad.

Pasé saliva, más ansioso que cuando llegué.

―No pude abrir la puerta ―Susurré.

―¿Estaba bajo llave?

Negué lentamente.

―No...no tuve el valor ―Mi tono aún era bajo―. Intenté ayudar, realmente quise hacer algo, pero temía que...

―Temías que James estaría del otro lado de nuevo ―Terminó por mí ya que yo no pude hacerlo. Me abracé a mí mismo, de nuevo guardé silencio. Escuchar su nombre, me hace sentir pánico―. Él ya no puede hacerte daño, está en prisión, ¿recuerdas? Ya estás a salvo, Neal. Estás bien.

―¿Cómo puede decirme que estoy bien? ¿Se da cuenta de lo que hice? ―Finalmente levanté la cabeza para mirarlo―. Mi vecino...asesinó a su esposa, ella tocó mi puerta, gritó, me pidió ayuda y yo solo me quedé paralizado, me escondí y me hice un ovillo en la habitación en lugar de tomar un teléfono y pedir ayuda. Fui cobarde, y estos días solo me he preguntado si mi vecina estaría viva de no ser por el miedo que me paralizó.

Ya fui impulsivo, eso le costó la vida a mi hermana.

Y hace dos días, fui un cobarde y es por eso que mi vecina murió en el apartamento de enfrente, murió después de suplicar por ayuda.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICOWhere stories live. Discover now