Capítulo 24.

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            "Quiero ser honesto.
               Quiero ser malo".

       ―Lurk - The Neighbourhood.

31 de Diciembre, 2019.

Lo primero que noté al entrar en su cabaña, fue el olor agradable que hay por todo el lugar.

Aquí huele a fresa, no como en la mía que huele a borracho gracias a Tommy.

Lo seguí al interior del lugar, al igual que las demás cabañas, no tiene separaciones para los distintos espacios.

Hay una cocina con barra, un par de sillones un tanto alejados, frente a ellos hay una chimenea. Al fondo está una cama con sábanas blancas, solo hay una debido a que esta es una cabaña individual.

Lo único que sí está aparte, es el baño. Incluso hay una puerta para entrar a él.

El diseño de la cabaña es de roble, el piso es de madera brillosa y bonita. Otra cosa agradable, es que es un lugar cálido.

Y que la luz de la luna se filtra un poco a través de las cortinas claras.

―¿Café? ―Preguntó Neal―. Estaba a punto de preparar un poco. ¿Quieres unirte?

Curvé los labios un poco hacia arriba.

―Sí, me gustaría unirme ―Contesté―. Gracias.

―De acuerdo. Toma asiento mientras lo preparo.

Se adentró a la cocina y comenzó a usar la cafetera. Preferí quedarme de pie, recargándome contra la barra mientras él terminaba.

―¿Quieres galletas? ―Pregunté―. Creo que pusieron paquetes de galletas en todas las cabañas.

Asintió.

―Claro. Creo que están en los cajones de arriba si quieres tomarlas.

―Muy bien ―Sonreí. Me gustan las galletas, son de mis cosas favoritas en el mundo.

Abrí los cajones y sentí un poco de desilusión cuando noté que la caja estaba hasta la última repisa.

Muy alto para mí.

En casa tengo un banco para este tipo de situaciones, situaciones en las que no puedo alcanzar ciertas cosas incluso si me paro de puntitas.

La verdad es que no miento al decir que soy pequeña, realmente lo soy.

―Eh...¿Neal? ―Carraspeé.

―Dime ―Giró para mirarme.

Señalé la alacena, haciendo una pequeña mueca.

―No alcanzo ―Musité, algo apenada.

Sus labios formaron un círculo, entendiendo la situación.

―Oh...ya veo ―Emitió―. Deja te ayudo.

Dejó las tazas de lado y caminó hasta mi lugar. Estiró el brazo para alcanzar las galletas. Injusto. Él puede sin ningún problema.

Me quedé quieta al sentirlo tan cerca de mí, al sentir su calor y al sentir su delicioso olor inundar mi nariz. Mientras estaba a mi lado, solo pude desear una cosa.

Bajó un poco la cabeza, enfocando sus ojos en los míos. Me tendió la caja para que la tomara.

―Listo, aquí tienes...

No lo dejé ni terminar de hablar debido a que junté nuestros labios de manera ansiosa. La caja cayó al suelo cuando él llevó una de sus manos a la parte baja de mi espalda y la otra a mi cabello.

Seduciendo a tus demonios © [Destructiva Obsesión #1] ✔✔ EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora