Odio

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Poco después de año nuevo, Kohaku empezó a hacer los trámites para inscribir a Shizuku en el jardín de niños más cercano a su casa, pero entonces su amiga Amaryllis se le acercó con una nueva oferta de trabajo.

—Mi prima Kirisame sabe que estoy desesperada por irme de esta isla, es demasiado pequeña para mí —dijo con una mirada airosa—. ¡Así que me ha recomendado para un excelente puesto de trabajo!

—¿Ella vive en Osaka, no? —preguntó Kohaku distraídamente, observando como su hija jugaba a lo lejos persiguiendo mariposas.

—¡Si! Y trabaja en el castillo de Osaka. ¡Le pagan muy bien! Y ahora tienen vacantes. De hecho, tienen dos, así que te recomendé también.

—¿A mí? —Volteó a verla con sorpresa.

—¡Claro que a ti! Pedían mujeres bonitas, yo soy hermosa —admitió sin pena—. Y tú también eres una belleza. ¡Están muy interesados en contratarnos después de que envíe una foto!

—Amaryllis, ¿enviaste una foto mía sin mi permiso? —Su ceja se retorció con molestia.

—¡Oh, vamos! ¡Es una gran oferta! Tú hablas Inglés y aprendiste a hablar coreano por hacer de guía aquí. Harás de guía en el castillo. ¡Y yo serviré té y encantaré a los clientes! Y todo por más del doble de nuestro sueldo actual.

—¿Más del doble de nuestro sueldo? —Ok, eso le cambió la cara.

Criar sola a una niña pequeña no era barato.

Pero si aceptara ese empleo tendría que mudarse a Osaka…

Al ver su cara de duda, Amaryllis volvió a hablar.

—Trabajaríamos desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. Buena paga. Dijeron que puedes llevar a tu hija mientras sea tranquila, que lo es. Nos darán un curso de capacitación. ¡Y lo mejor de todo es que podremos salir de esta isla! ¡Para mí es el trabajo soñado! ¡Vamos, ven conmigo! ¡Me he encariñado mucho contigo y la pequeñita, son lo único que me dolería de irme! —le rogó abrazando su brazo, llorando cascaditas.

—No lo sé… —Suspiró, mirando a su hija jugando tranquilamente—. Esta isla me acogió cuando no tenía nada. Mi hija nació y creció aquí… Finalmente me siento en casa aquí e irme ahora no me convence del todo…

—Es cierto que será un cambio grande, pero quizá traiga nuevas oportunidades. Quizás en unos años esta isla les quede pequeña a ambas y entonces será mucho más difícil irse ¿no crees? Ahora que tu pequeña aún no ha entrado a jardín de niños y no tiene lazos fuertes con nadie en específico es el momento perfecto. ¿No lo crees?

Kohaku se llevó una mano a la barbilla.

En realidad, Amaryllis tenía mucha razón.

Aunque la isla era agradable y tranquila, a veces extrañaba la sensación de vivir en la ciudad. Algunas comidas, algunos servicios, atracciones y cosas que en esa isla nunca se vieron. Y tampoco es que quisiera vivir toda su vida en la isla.

Entonces el mejor momento para mudarse probablemente fuera ese, antes de que su hija entrara a jardín de niños e hiciera sus primeros amigos.

—¿Sabes qué? ¡Lo haré! —exclamó decidida.

Amaryllis chilló encantada, lanzándose a abrazarla.

You Lost MeWhere stories live. Discover now