Desconocida - 001

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Esperando despertarse en sus familiares sábanas de terciopelo, Elizabeth se despertó con un olor a humo persistente y una manta fria.

Se levantó sobresaltada y miró a su alrededor tratando de recuperar la conciencia de la noche anterior.

Qué extraño.

La habitación apenas era una habitación, sus paredes de piedra pintaban la imagen de un entorno desconocido.

La gran puerta de roble sonaba contra el fuerte viento, y el ruido le provocaba dolor de cabeza.

Sin noción del tiempo ni del lugar, se sentó aturdida, sintiéndose totalmente inútil.

Lo que más le sorprendió fue que la puerta no estaba cerrada con llave, sino que le pedía que la abriera.

Quienquiera que estuviera detrás de este plan no tenía ni idea o era extremadamente sabio.

Dejar la puerta abierta de par en par era un truco común para hacer que el prisionero sintiera que tenía una opción y se sintiera menos prisionero.

Simplemente una forma de deshumanizar al cautivo. Ella era un rehén para esta persona, un juego para ellos como si fuera una marioneta con hilos.

Tratar de repetir las noches anteriores, los encuentros previos o cualquier cosa fuera de lo común sólo la ponía más ansiosa.

Repitiendo toda la noche anterior en su cabeza, preguntándose qué había hecho mal y, sobre todo, a quién había hecho mal.

Tenía muchos enemigos, pero ninguno habría hecho algo así.

Al respirar, pudo ver que el aire la abandonaba mientras temblaba visiblemente por la temperatura. Demasiado frío.

Temblando, se levantó de su asiento tratando de encontrar algo que delatara a su secuestrador. Su despiste era claramente una broma para él. Incapaz de ver pistas, abrió la temida puerta.

Le resultaba familiar, pero estaba segura de que nunca había estado allí, una sensación de déjà vu le hizo sentir un escalofrío incoherente.

Era un lugar sencillo, pero parecía muy elegante. Sus paredes estaban decoradas con un hilo de oro, siendo el azul real el color principal.

El lugar parecía grandioso, la habitación en la que se encontraba parecía diferente al resto.

El suelo de madera dura que había debajo de ella crujía con sus pasos, lo que indicaba que el castillo era usado y victoriano.

Buscando una persona, cualquiera en realidad que le explique por qué está aquí y qué va a pasar.

No estaba acostumbrada a este entorno, al crecer pobre no era habitual despertarse en un castillo.

"¿Hola?" Su voz resonó en los desolados pasillos, esperando una respuesta, pero el silencio sólo se rió de su estupidez.

¿Qué esperaba? ¿Que alguien se diera la vuelta y se disculpara profusamente por las molestias y se ofreciera a llevarla de vuelta?

Su voz retumbó en las paredes como una burla.

Los cuadros de la pared la miraban con desconfianza, y sus rasgos inexpresivos no hacían más que aumentar la sensación de inquietud.

Parecía algo sacado de una de sus pesadillas.

Al explorar los pasillos desocupados, tropezó con una puerta en la que se leía "T-M-R".

El primer sonido que no salía de su boca resonó detrás de ella.

El crujido de una tabla del suelo.

Subject 7 || Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora