Escupir - 007

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N/A: DISCULPAS POR ADELANTADO. No he editado esto pero he decidido publicarlo. Avísenme si hay algún error. Solo una pequeña advertencia para los próximos capítulos. También recuerden votar y comentar por favor x ~ Georgie 

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Llevaba unos 25 minutos paseando por su habitación, decidiendo qué hacer con la chica.

Podría:

A) simplemente matarla

B) dejarla ir

C) ver hasta dónde llega esto


La razón por la que hizo esto fue porque buscaba un desafío, algo que hiciera rodar su cerebro.

Pero ahora su cerebro se estaba retorciendo.

Él nunca fue de los que se rinden, así que ahora que él está herido, ella también lo estará.

Cerrando la puerta detrás de él, prácticamente corrió a su habitación deseando verla.

Se había convertido en una obsesión, habiéndola visto sólo unas pocas veces hoy también. Ni siquiera había pasado una noche aquí y él la buscaba.

No se molestó en llamar a la puerta, sino que entró y esperó verla allí, pero no estaba.

Supuso que estaba en el baño, así que, como un caballero, decidió llamar a la puerta, no le apetecía entrar a la chica.

Sin escuchar respuesta, habló: "¿Elizabeth?"

"¿Tom?" Preguntó ella, sólo que esta vez la voz no provenía del interior de la puerta, sino de detrás de él.

"Estaba paseando cuando te vi entrar, por qué estás en mi habitación, Riddle".

"¿Base de apellidos somos, Joe?"

Ella levantó las cejas mientras golpeaba el pie con impaciencia, cruzando los brazos sobre el pecho.

"¿Por qué estás en mi habitación?" Repitió su pregunta.

Él no respondió, ella no se sorprendió.

En cambio, se acercó a ella.

Ahora estaban a centímetros de distancia.

Ella aprovechó la oportunidad para abofetearlo.

Levantó la mano y le dio un fuerte golpe en la mejilla.

Su mandíbula se apretó mientras se sujetaba la mejilla.

"Perra". Susurró, con su aliento abanicando su cara.

Poniendo los ojos en blanco ante el comentario, fue a levantar la mano de nuevo para repetir la acción cuando ambos quedaron repentinamente inmovilizados contra la pared.

Él le agarró las muñecas con furia y las inmovilizó por encima de ella.

Ahora estaba indefensa, no tenía varita y no sabía nada de hechizos sin varita.

Hizo lo primero que se le ocurrió: le escupió.

Lo hizo con la pura esperanza de que él se tambaleara y aceptara su derrota.

En lugar de eso, él se quedó con su siniestra sonrisa pegada a la cara mientras su escupitajo corría por su rostro.

"¿Quieres jugar así, sí?"

Vamos a irritar a la perra.

Escupió de vuelta.

Le devolvió el puto escupitajo.

Ambos estaban tan cerca, que sabían que estaban jugando un juego peligroso.

Pero a ninguno le importaba.


Subject 7 || Tom RiddleWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu