Subject 7 || Tom Riddle

Tortuoso - 011

N/A: solo una advertencia para el próximo capítulo, si no te gusta el smutt, ¡omite ese! gracias x

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Se despertó con el canto de los pájaros en la distancia, por una fracción de segundo no tenía ni idea de dónde estaba mientras miraba frenéticamente alrededor de la habitación.

Después de recuperar sus recuerdos del día anterior, suspiró. Se sintió aliviada pero también enfurecida, no había sido una pesadilla y en realidad estaba atrapada con este hombre.

No recordaba la hora, así que se fue a la luz del día, parecía que el amanecer acababa de salir, así que presumiblemente eran las 5 de la mañana.

Todos los días y todas las noches la luna sale y se pone, en eso basamos nuestras vidas. No importa lo que pase, eso seguirá sucediendo. La tierra seguiría girando, los pájaros seguirían cantando entre sí, nada sería diferente.

Ese pensamiento envió un escalofrío por su espalda.

Ya sea por la falta de interacción real o porque su mente se estaba volviendo lentamente hacia sí misma, notó las pequeñas cosas. Como que las mañanas huelen diferente a las noches. Por la mañana es fresco y limpio, mientras que por la noche es acogedor y poco claro.

Se levantó de la cama y se puso un par de calcetines, necesitaba un trago.

Trató de recordar el camino que tomó con Tom para llegar al comedor y la cocina, pero parecía que su mente se había quedado en blanco.

Llegó a varios callejones sin salida, se disculpó con varios elfos domésticos por entrar en sus habitaciones y finalmente se encontró con el familiar

Puerta de T • M • R con la que se topó el día anterior.

Llamó vacilante, convencida de que él abriría la puerta y la abofetearía de nuevo o le gritaría hasta el cansancio.

Llamó suavemente, "¿Tom?"

Llamó de nuevo esperando una respuesta.

Silencio.

Llamó de nuevo por última vez y llegó a la conclusión de que estaba dormido.

Antes de que ella diera la vuelta, la puerta se abrió en un instante y reveló a un Tom de cabello mojado con una toalla envuelta alrededor de su cintura y un cepillo de dientes en la boca.

Mierda.

Se veía, bueno ... jodidamente bueno??

Su aspecto despeinado la tomó por sorpresa, su cabello mojado goteaba sobre sus hombros esculpidos mientras su toalla estaba tan baja como su línea en V. Un movimiento en falso y se acabó.

Se sacó el cepillo de dientes de la boca mientras escupía en una taza vacía a su lado.

"¿Puedo ayudarte?" Preguntó mientras se limpiaba la barbilla.

Olvidó por completo por qué estaba allí hasta que se dio cuenta del ardor en la garganta y el estruendo en su estómago.

"He pasado el último tiempo tratando de encontrar tu cocina. ¿Me ayudas?"

Él se burló.

Anoche la había abofeteado por su rudeza, ahora ella estaba en su puerta teniendo la audacia de preguntar dónde podía encontrar una habitación en su mansión.

El contacto visual volvió cuando el silencio los venció una vez más.

Fue su turno de poner los ojos en blanco, "dame un segundo".

Regresó a su habitación, deliberadamente sin cerrar la puerta mientras se revolvía en los cajones para encontrar algo.

Él fue a bajar la toalla cuando ella abrió mucho los ojos en un intento de apartar la mirada, pero descubrió que no podía.

"Mirándome ahora, ¿verdad?"

"No te hagas ilusiones."

Sonrió para sí misma mientras se alejaba de la puerta, haciendo un gran problema para no mirar, a pesar de que deseaba desesperadamente hacerlo. Se apoyó contra la pared con los hombros cruzados.

Salió de la habitación mientras olía su aroma, drogando sus pulmones.

"Tenemos que dejar de reunirnos así". Él se rió secamente detrás de ella.

Llevaba pantalones de chándal grises y solo esos. Estaba frente a ella cuando la diferencia de altura se hizo obvia una vez más.

Ella se alejó en un intento de recordarle que le dijera dónde está la cocina.

En cambio, la tiró hacia atrás por la cintura de su camisón, enviándola hacia él.

Ella miró hacia arriba y vio sus ojos mirándola mientras lo hacía.

Inclinó la cabeza hacia abajo a la altura de ella mientras sus labios estaban ahora a centímetros de distancia, sus narices prácticamente tocándose.

"Deberíamos-" susurró.

"¿Te importaría terminar esa frase, Elizabeth?" Él susurró en respuesta mientras colocaba sus manos en la parte posterior de su cuello.

Ella le llevó la mano a la barbilla como lo hizo con ella la noche anterior. Se sonrieron cálidamente el uno al otro.

Avanzó poco a poco incluso se acerco a ella, todavía sin tocar sus labios juntos.

Ella apartó la mano de su barbilla, esperaba que ella lo empujara hacia adelante, pero en cambio ella levantó la mano y lo abofeteó en la mejilla como lo hizo unas horas antes en la biblioteca.

Ella se apartó de él, mientras su mandíbula se apretaba sintiéndose completamente humillada.

Ella le lanzó un beso mientras él permanecía desconcertado.

"¿Entonces te importaría llevarme a la cocina?" Ella cuestionó, mirando hacia el bulto obvio en sus pantalones de chándal grises.

"Perra." Él murmuró.