Capítulo VIII Estamos en empate, el juego sigue.

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Sentí como su boca se apoderaba de la mía, y por unos segundos, perdí la conciencia, su boca era el paraíso, las oleadas de deseo recorrían mi cuerpo, desde mis labios hasta el centro de mi feminidad, pasando por mis pezones que se endurecieron al instante. No había rosado nada más que mis labios, y ya estaba humeda, decididamente este hombre era un peligro.

Intente retener un gemido involuntario, pero se me escapo, y él se lo bebió de mi boca. Lo que me hizo volver a la realidad, fue notar el efecto que mis besos también estaban causando en él, sentía que su erección se hacía más intensa y que sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo ansioso, al oírlo gruñir cuando mi lengua atrapo a la suya, decidí acabar con sus esperanzas de ganar este juego.

-” Deténgase Señor Stewart, o tendrá que ir esta semana en silla de ruedas”- le orden separando mi boca de él, y apretándole su erección con mis manos, con cierta fuerza. Me permití sorprederme del volumen que palpé, decididamente Edward Stewart, estaba muy bien dotado.

El separo sus manos levantándolas en señal de rendición, soltó un gemido de frustración.

-” Ha ganado señorita Arteaga”- me dijo  con voz ronca por el deseo, alejándose de mí, para que yo pudiera levantarme. Me puse de pie con cierto esfuerzo, porque aún me temblaban las piernas. -” Si un beso me deja así, moriré si entra en mí ”- pensé.

Me envolví en la tolla, y me dirigí hacia la puerta para salir de allí . En el último momento me giré, antes de llegar a la puerta, para despedirme. Pero el me interrumpió:
-” Aun no le he dicho, para que la he traído aquí”- me dijo acercándose poco, poco a mí.

-” ¿Y para qué fue, si se puede saber?”- le pregunte preparándome para evitar otro ataque de sus labios.
 
En ese momento él me empujo contra la pared, levanto una de mis piernas sobre su hombro mientras se agachaba. Me sujetó con la otra mano por la cintura, para que no pudiera moverme. Lo hizo tan rápido que casi no pude reaccionar. Sentí en un segundo sus labios en mi piel sobre el interior del muslo, y me succiono esa parte haciéndome gemir sin control. De repente paro y se alejó de mí, dejándome temblorosa, apoyada en la pared.

-” Tenia que borrar la marca de otro hombre, sobre la mujer que voy a poseer, soy muy egoísta señorita Arteaga, cuando seas mía no te compartiré con nadie, serás mía mientras te desee” y sin más abandono el salón dejándome allí, en estado de shock.

En un principio sentí la furia subir por mi cuerpo hasta mi rostro, deseaba matarlo, pero de repente solté una carcajada y me senté en el suelo, muerta de risa.

-” Muy bien Edward, has ganado este juego”- acepte mirando la marca que había dejado, borrando la anterior, mi sexy empresario. -” Esto sólo hace que me estimule más. Me alegro que sepas jugar a este juego, porque queda mucha partida, hasta el jaque mate”- dije en voz alta, antes de salir de la salita y dirigirme a mi habitación, para ver cómo le había ido a Gara, con él abogado. 

Cuando llegue a la habitación, me encontré, a la diosa saliendo de su habitación Recién duchada. Por su cara, vi que no estaba muy contenta, más bien estaba furiosa.

-" A ver cuenta, espero que te haya ido mejor que a mí,  porque lo mío fue un desastre”- Le dije enfadada.

-" No te creas, si no es, por tu príncipe Jonay, a estas horas estaría todavía, retozando en la cama de la tentación que es el abogado Martín Conway”- me dijo Gara, también enfadada. La miré extrañada.

-" ¡Pero cuenta, y no te dejes nada!”- Volví a insistirle.

-" Cuando el señor abogadito, me sacó de la piscina, me llevó directamente al ascensor, y cuando se cerraron las puertas, le dije que le daba dos segundos para soltarme, me soltó colocándome la sabana como si fuera una toga, A continuación comenzó a besarme y te lo juro prima nunca me habían besado así, sentía como las piernas me temblaban, si no es porque Martín paso mis piernas alrededor de su cintura,  me hubiera ido al suelo. Mientras estaba a horcajadas sobre él y su lengua metida hasta mi garganta, se abrió la puerta del ascensor, y me llevó hasta su habitación, hasta su cama. En ese momento ya estaba decidida pasar la noche más excitante de mi vida con él.
Cuando estaba sobre la cama me giró boca abajo, deshaciéndose de la sabana, no me habló en ningún momento mientras comenzaba a besarme el cuello y a desatar la parte de arriba del bikini. Comenzó a besarme en la nuca y me estaba volviendo loca…”

-" Espera"- la interrumpí-" date la vuelta"- la hice girarse y descubrí lo que me suponía, las marcas de labios que habían en la nuca y en la espalda de mi diosa, después de una noche con el policía, habían desaparecido, se observaba unas más rojizas, por toda la espalda.-" lo que me imaginaba mi diosa, a ti como a mí, te acaban de dejar marcada"- le dije enseñándole, la marca que me había dejado el infame Edward en el  interior de mi muslo.-" Es una marca de propiedad, según ellos"- le explique.

-" ¿ Propiedad?, ¿pero que se ha creído , ese estúpido abogado?, pues la jugada le salió mal"- me dijo y continuo relatándome lo que había sucedido”-mientras me besaba la espalda , se deshizo de la parte baja de mi bikini tirando de los lazos que lo sujetaban, dejándome  desnuda.
Mientras una mano me sujetaba las muñecas sobre la cabeza y  otra iba recorriendo mi cuerpo. Te lo prometo Agy, me hubiera dejado hacer de todo, ya no tenia control sobre mi, ese hombre es opio para mis sentidos. Estaba apunto de acariciar mi clítoris, cuando, me pregunto, que antes de nada debía saber, si había alguna carga en mi vida, marido, hijos... fue como un jarro de agua fría,  le dije que si era un problema eso,  me quitara las manos de encima, me soltó y yo me levante quedándome totalmente desnuda delante de él. Mientras, con mi voz de diosa castigadora, le dije, que tenia un hijo, y si quería algún día meterse en mi interior y disfrutarme, debía asumirlo, ¿sabes lo que me dijo el muy cretino?”- me preguntó Gara enfadada,  le hice un gesto con la cabeza de negación.

-"Diosa, hay tributos que no estoy dispuesto a pagar”- me dijo imitando la voz de Martin –“ así que me enrollé , en la sabana y le dije que se quedara con el bikini, que eso seria lo mas cerca que estaría de olerme y tocarme, y que él se lo  perdía. Salí de habitación, no sin antes oír estrellarse algo contra la pared y oírlo  maldecir, al abogadito, al menos yo no soy la única frustrada. Lo malo es que llevo unos media hora debajo de la ducha y aun no me he quitado el deseo de alimentarme de su cuerpo.-" finalizó mi prima exasperada.

-" Te entiendo"- y pase a relatarle mi encuentro, con el CEO de Stewart Holding,  Edward Stewart, cuando finalicé ambas estábamos  furiosas, -" No se tu pero me voy a vengar… pero antes me pasaré la tarde con el stisfaller, porque o me quito la frustración de encima,  o voy a secuestrar al Narciso Edward,  para hacerlo mi esclavo el resto del fin de semana"-  le dije a mi prima dirigiéndome hacia mi habitación.

-" Entiendo lo que  dices,  yo tengo una reunión con el mando de la ducha, el baño de mi habitación estará ocupado, toda la tarde, ya pensare en el castigo divino que sufrirá el señor Martin Conway, si tienes una idea llámame por WhatsApp, y no te olvides llamar al abuelo, a mi madre, yo voy a llamar para hablar con Jonay “- me dijo perdiéndose tras la puertas de su habitación.

-" A sus ordenes diosa"- le dije en alto.

-" Ah y asegúrate de tener batería suficiente en el stisfaller,  lo vas a necesitar"- me dijo desde la habitación, eso me hizo reír.
 
Una vez en mi habitación,  llené la bañera, volví  a mirar la marca que Edward me había dejado, recordando la sensación de sus labios sobre mi piel, sus besos, y me volví a excitar.
Me introduje en la bañera con ese recuerdo y cogí el stisfaller  en la mano encendiéndolo, en ese momento me llego una idea para mi venganza, sonreí perversamente.

-" Tu y yo amiguito, vamos a pasar un rato interesante, después me ayudaras a vengarme"- le dije llevándomelo al lugar donde desearía que estuviera ahora mismo, Edward Stewart, me dedique a disfrutar mi baño, mientras gemia de placer, pensando en el CEO mas sexy y atractivo  de lo que es capaz de soportar cualquier mujer.

Horas después me reuní con mi prima en el salón de la habitación muchísimo  más relajada y con mi venganza, ya perfilada.

-" Vístete diosa, vámonos de compras y a almorzar fuera"-  le dije-" Tengo la venganza perfecta, te la contaré por el camino, ¡ah! y vamos a necesitar a Bruno"- mi prima me miro, y sus ojos centellaron de placer.

-" Sabía que mi amazona no me iba a defraudar, me voy a vestir y nos vamos"- camino hasta la puerta de su cuarto, antes de entrar se giró y me preguntó- "Agy ,¿ valdrá la pena?”-

Le sonreí y le dije -" No sabes como"- mi prima soltó una carcajada y entró en su habitación.

Bueno que siga el juego, vamos a salir del empate.
 
 
 

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