Capítulo XVI Estoy enamorada, prefiero seguir jugando. No debes saberlo.

663 79 8
                                    


-” Se acabo, vamos a dejar de beber, cada vez acabamos peor”-, me dije, a la mañana siguiente, tomándome una pastilla para dejar de sentir esa resaca horrible.

Si lo pienso bien la resaca, no estaba tan mal, porque la alternativa era peor.

Consistía en ir a buscar al hombre, que me robo el corazón, y pegarle una paliza hasta que me lo devuelva, o entregarle resto de mí, para que se lo quede todo, hasta que encuentre a otra que le” ponga más cachondo”, y lo tire todo machacado a la basura.

Como no me apetecía ninguna de las dos alternativas, decidí, que encerraría este secreto en mi corazón, bajo mil puertas y quince candados, con llaves de seguridad.
 
Mi prima entró a la cocina, tan mal como yo me sentía. La mire y me hizo un gesto con la mano, no quería ni hablar.

-” ¿Un café, arsénico, una bomba para acabar con Martin?”- le pregunte. 

- “No me tientes, que estoy por aceptar la última oferta, después de dos pastillas para la resaca y una taza de café fuerte, al estilo canario.¿Cómo un estúpido abogado, puede entrar en el corazón de una diosa libre, madre y feliz de su vida, para joderla?, ¿puedo demandarlo?, seguro que puedo, por allanamiento, con nocturnidad y alevosía. ¡Se metió sin permiso!.”-

-” Diras con permiso también, con mucha nocturnidad, con sus mañana incluida, y a requerimiento a gritos de la diosa, cómplice del delito. Con mucha alevosía, y perpetración del delito”- le dije a mi prima riendo.

-” ¡Mierda, Agy!, me has puesto cachonda recordándolo, ¿Por qué será que es el único que hace, que quiera vivir una temporada en el Olimpo, con él dentro de mí?”-

-” Muy fácil diosa, porque tiene aparte de tu cuerpo, tu corazón, compartido con Jonay”- le dije.

-” De compartido, nada, prefiero dejar de ser mujer, a que alguien coja algo que es de mi hijo.”- me dijo, muy seria-” esto lo paro yo, de primero esto se queda bien guardado, bajo un montón de cajas, y veré si lo saco algún día”-

-” ¿Vas a volver a tener algo con tu abogado, si los sentimientos los puedes controlar?, también puedes huir”- No sé porque le pregunte esto a Gara, quizás quería que me ayudara a responderlo por mí. 

-” No Amazona, yo soy una Arteaga, yo no huyo, además, adoro jugar con mi abogado, no olvides que aún no se ha declarado un vencedor, y antes que otra me lo quite, lo voy a disfrutar, para no arrepentirme después. Siempre sin que él se entere, de lo que siento, todo guardadito en un cajón. “- me dijo muy seria Gara.

Yo lo pensé y me dije que prefería morir con las botas puestas, que arrepentirme después, nunca le diría mis verdaderos sentimientos a Edward, porque si lo hacía se echaría a correr y yo deseaba, retar un poco más o mucho más, a mi incombustible rival.

Así que esa mañana, después de muchos mojitos la noche anterior, una resaca como una catedral, poner nuestros sentimientos en cuarentena, bajo llave, decidimos seguir jugando, bajo varias reglas, no escritas y no conocidas por los otros dos jugadores. 
 
Esa tarde fuimos a visitar a mi padre, estaba hablando con tío Dimitri, aunque fueros rivales en su momento, por el amor de mi madre, siempre fueron muy buenos amigos. Mi madre no hubiera permitido lo contrario. Supe que esa mañana mi abuelo y mi padre habían arreglado sus diferencias, por teléfono. Era normal, ambos habían perdido a mi madre y el amor que ambos sentían por ella, los unirían aún más.

Mi tío nos invitó esa noche una fiesta, que celebraba la empresa de Edward, en el fondo queríamos ir, pero en un principio nos negamos.

Porque queríamos quedarnos con mi padre, hasta que él nos dijo, que lo dejáramos en paz, que estaba convaleciente, y no podía soportar a dos mandonas Arteaga manejándole la vida.

Deseo LiberadoWhere stories live. Discover now