Capítulo XXI Un regalo, un beso, un anillo... Y la felicidad de sentirte enamora

822 80 16
                                    

Cuando llegue al hotel, ya toda mi familia me había llamado, todos excepto, Gara y mi tía Amparo.

Entre amenazas de muerte, destrucción de negocios, y lisiar a mi escoces, de la parte que más me gusta de él, los hombres de mi familia, incluido mi tío Dimitri, se estaban regodeando.

¡Como si yo les hubiera dejado hacerle daño al amor de mi vida!  Así que tire de mi arma secreta, cuando llegue a la sala, donde sabía que estaban mi tía y Gara, discutiendo sobre la boda.

-” Tía, por favor para esto, ¡cómo se les ocurren a los hombres de esta familia amenazar, al que será algún día el padre de mis hijos!, escucha los mensajes tía, están desquiciados”- le dije llorosa a mi tía, Gara que me conocía. Tuvo que disimular una risa, sabía que yo era lo menos llorona que ella había conocido, prefería romperle la cara alguien, que llorar por los rincones.

Mientras mi tía oía los mensajes vi como su semblante iba cambiando, y para rematar la faena, tiré el dardo que apuntillaba que mi tía siempre estaría de mi lado

-” Si mi madre estuviera viva, no permitiría que mi padre se comportara así, ni los tíos”- Vi como los ojos de mi tía cambiaban, al fuego que se desataba cuando una mujer Arteaga, tomaba una decisión. Sin más cogió el teléfono y comenzó a llamar a las pobres víctimas, de mi plan maquiavélico.

-” ¡Espero que alguno sobreviva!, tengo que tener a alguien que me lleve al altar, y sospecho que tú también”- me susurro la diosa, divertida.

-” Tenemos al abuelo, ¡que se los cargue!”- nos reímos las dos y nos preparamos, para ver a mi tía en acción.

Fue todo un espectáculo, como desde mi padre hasta un ruso, con fama de ser algo mafiosos en sus negocios, caían rendidos, ante una princesa Guanche de fuego.

Mi tío fue el primero en rendirse, ya que peligraba su felicidad conyugal y poder dormir, todas las noches junto a la mujer de su vida. Mi tío Dimitri fue el siguiente, debido a que mi tía desataba el mismo coraje que el amor de su vida, que era mi madre, desato en muchas ocasiones, cuando eran amigos, y que nunca pudo ganar, ni siquiera cuando, se casó con otro, pudo deshacerse de esa sensación.   Mi padre fue el último, pero hasta él, supo manejarlo mi tía, ya que solo tuvo que decir una frase, que sinceramente yo, hubiera preferido no escuchar.

-” ¡Y tu piloto de pacotilla!, recuerda que tuviste que embarazar a mi hermana para que mi padre te dejara casarte con ella. La tuvistes una semana en tu cama, para conseguirlo. Así que ni se te ocurra amenazar a mi Agy, por hacer lo mismo que tú le hiciste a tu esposa. O te juro que cuando vuelvas a su lado vas a tener que dar más de una explicación, ¡como si le hubieras podido ganar alguna de tus batallas!”-

Mientras yo trataba de taparme los oídos, para evitar ver a mis padres tener sexo, descontrolado durante una semana para concebirme, Gara estaba partida en el suelo de risa. Lo más fuerte fue oír a mi padre por el móvil, callarse, y pedir perdón.

-” Joder amazona, no solo fuiste un plan para que tus padres se casaran, sino que encima, tu padre le tiene miedo a tu madre, hasta después de la muerte.”- me dijo la diosa, mientras seguía partida de risa en el suelo.  

- “Tu ríete, pero te recuerdo que tu padre encerró a tu madre todo un día en su despacho para conseguir que se casara con él, y que al año naciste tú, cuando no se casaron hasta cinco meses después de haberse conocido, lo que me dice que, por puras matemáticas, tu madre se resistió muy poco, y durante horas de más no estuvieron sólo jugando a las cartas”- le dije en un susurro, partiéndome de risa, al mismo tiempo que a mi diosa se cortaba la suya.

-” ¡Mamá!, deja de hablar de sexo, delate de nosotras”- se quejó mi prima.

-” ¡Lo que faltaba!, ni que tú no te hubieras comido todo lo que se puede comer de tu abogado, y tu prima de su empresario. Sois Arteaga, vinisteis a este mundo para volver loco a vuestros hombres, disfrutarlo y asumidlo”- y sin más mi tía salió de la habitación como la reina de los dioses, dejándonos con la boca abierta.

Deseo LiberadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora