𝑵𝑬𝑾 𝑳𝑰𝑭𝑬⎯ ❝Alyssa Genovés se había unido al clan Vulturi muchos años antes que Carlisle. Cuando Carlisle decidió irse para formar una familia propia, ella no dudo en aceptar ir con él. Sin saber que después de casi cinco siglos, encontraría a...
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LA PEQUEÑA VAMPIRO PELINEGRA HABÍA TENIDO LA VISIÓN DE UNA TORMENTA ACERCÁNDOSE LO QUE significaba que jugarían Béisbol. Cada miembro estaba emocionado eran las pocas veces que jugaban, no siempre los rayos hacían acto de presencia.
Emmett como siempre empezó hacer apuestas con el rubio piel, si tenían algo en común era sus competencias absurdas. Parecía que cada vez se quedaban sin ideas y recurrían a las de un niño de tres años, el cual tenía más cabeza que ese par. Pero Alyssa le divertía todo eso, con ellos ahí su día a día no era aburrido.
La morena tenía ganas de jugar y patearle el trasero a Emmett ese vampiro que era extremadamente competitivo. Sabía la rabieta que haría al haber perdido, eso no tenía precio. Las burlas hacia el pelinegro no se detendrían, como él mismo hacía sufrir a alguien de la familia cuando perdía. Le daría de su propia medicina.
Después de la noticia de la pequeña la pelinegra estaba emocionada, tanto que hasta Jasper estaba contagiado de su alegría.
Ya todos se estaban preparando para el juego, el médico de la familia también jugaría. Todos se querían divertir menos el competitivo de Emmett, que estaba ansiosos por ganar.
Edward no estaba en la casa, había ido a buscar a su pareja y según les había dicho la duendecilla le presentaría a su padre. Ahí los presentes pagarían por ver sus caras, seguramente la cara de fastidio del señor Swan y posiblemente la de nervios del cobrizo Cullen.
Llegado el momento partieron hacia el claro donde se jugaría, todos vestían ropa deportiva. Alyssa tenía recogido su cabello en dos trenzas chinas, unas mayas, un top deportivo, junto con sus zapatillas.
Bajo las escaleras para encontrarse con el Mayor Whitlock al pie de las mismas, él también estaba listo para el juego.
-Hoy está más hermosa, bella dama.-beso del dorso de su mano.
-Usted también, mi valeroso soldado.
Ambos vampiros tomándose de las manos, partieron.
[...]
Ya en el campo estaban todos excepto el lector de mentes, que había ido por la humana. Alyssa se encontraba entre los brazos de su amante, cualquier persona que la viera pensaría que estaba dormida. A pocos metros de ellos se escuchó un auto acercarse, a gran velocidad. Eran ellos.
Ambos enamorados caminando hacia donde estaba la familia reunida, la humana pensó que la vampira dormía tal vez desee era su don. Sabía que poseía uno, Edward se lo había comentado cuando la curiosidad la atacaba.
