Huída

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Catra caminaba por los pasillos, le parecía interesante lo que veía a excepción de la escena que pasaba frente a sus ojos, Adora estaba besando a otra mujer mientras se metía a una tienda, sentía como le hervía la sangre, su corazón se había destrozado, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, quería ir y matar a la estúpida que había puesto sus garras en su novia, pero las imágenes de como había cambiado su relación, como la rechazaba, esas palabras hirientes en sus discusiones y el hecho de que la había amarrado como un animal solo para irse con alguien más, era obvio que ya no la amaba, nuevamente escuchó un aullido a lo lejos, el aroma a menta se sentía otra vez, así que dejó las cosas por la paz y corrió para escapar de Mabel, ya que aunque no le gustara admitirlo era muy antojable y excitante, además no podría aguantar más, las feromonas en el ambiente la estaban enloqueciendo, una felina moteada la embestía con sus feromonas, su nariz se impregno rápidamente de ese aroma que le hacia sentir como si una brisa marina la golpeara en el rostro, la detuvo en seco, dilatando sus pupilas, aumentando su temperatura corporal, una dulce y seductora voz llamó su atención - ¿te puedo invitar una copa? soy Gelga- preguntaba la felina - Catra se había embelesado con esa melodía y el suave aroma, a punto de aceptar a la felina con una señal de feromonas otra felina se dispuso a golpear a Gelga -¡¡Ella es mía!! - Gritaba Mabel erizando su pelaje, Gelga se levantaba del suelo bufando aceptando el reto de Mabel; Catra salió del trance por la pelea y se dispuso a correr nuevamente, debía salir del campamento, tal vez estaría mas segura cerca del campamento de Saga, ya que había puesto restricciones hacia los otros soldados. La felina corría en sus 4 patas, repentinamente se le atravesó una reptiliana en estado de ebriedad, ambas cayeron al suelo, la reptiliana tomó rápidamente a la felina del cuello, estaba dispuesta a golpearla pero al percibir sus feromonas comenzó a proponerle ir un lugar más privado, la felina la rechazó llenando de ira a la otra quien la llevó a la fuerza a un rincón oscuro - eres demasiado dulce como para dejarte ir - dijo la reptiliana mientras sometía a la felina utilizando su peso - Esta bien, está bien, después me dejarás ir - propuso la felina, a lo que la reptiliana aceptó - quítate la armadura, quiero ver tu fuerte torso - le decía mientras acariciaba los brazos, la reptiliana comenzó a desnudarse, cuando se retiraba su túnica la felina aprovechó para clavar la espada en el muslo de la reptiliana para correr a toda velocidad nuevamente; finalmente había salido del campamento, pero no dejaría de correr, el cansancio comenzaba a sentirse, la velocidad iba disminuyendo hasta que solo continuaba caminando intentando recuperar el aliento, sin embargo ahora el frío nocturno la amenazaba, solo estaba a un par de horas de camino, en su mente todo daba vueltas, comenzaba a sentir los efectos de la pastilla que Mabel le había dado, pero no podía haberla rechazado si quería realmente engañarla y luego Adora huyendo hacia otros brazos ¿tanto daño le había hecho acaso?¿las garras de la otra eran menos filosas?¿acaso no eran la misma clase de híbrido? en todo caso no importaba ya. El frío comenzaba a calar cada vez más, los pulmones dolían con cada respiración, las luces del campamento se podían divisar, ya casi llegaba, el viento cambió de dirección golpeando la espalda de la felina arrastrando el aroma a Menta, estaba muy cerca, no otra vez, volteó hacia atrás, se podía ver la silueta de Mabel corriendo en sus 4 patas a toda velocidad, Catra corrió lo mas rápido que pudo hacia un bosque cercano, las feromonas de Mabel estaban llegando directo con ayuda del viento y los efectos de la droga  las potencializaban, ya no aguantaba, las feromonas, la droga, el frío, el cansancio, bajo la velocidad dejándose alcanzar por la felina -Te dije que eres mía - dijo Mabel con una voz  autoritaria llena de ira, azotó  a Catra en un conjunto de grandes rocas, el cuerpo de Catra soltó feromonas de celo, se había rendido, la felina sonrió maliciosamente de nueva cuenta triunfante - Serás mi Omega - susurraba en el oído mientras la manoseaba y besaba, Catra solo hacía muecas de desagrado, pero su cuerpo respondía al estímulo de las feromonas y toqueteos de Mabel - No te preocupes, esto te va a encantar a tal grado que me suplicarás por más  

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